Hay muchos consejos sobre el matrimonio por ahí: Otro blog para leer, ideas geniales sobre cómo mejorar tu relación, cosas que hacer, cosas que decir.
Sin embargo, la mayoría de estos consejos son efímeros y parece que siempre hay un consejo nuevo para probar cada semana.
Afortunadamente, algunos consejos son atemporales y provienen de la fuente más inspirada: Las Escrituras.
Aquí hay ocho consejos de las Escrituras que te ayudarán a fortalecer tu matrimonio:
Moroni 8: 16: “El amor perfecto desecha todo temor”
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Interpretación: Ama a tu cónyuge como el Padre Celestial y el Salvador lo ama.
El amor es un sentimiento muy poderoso. A veces, puede cegarnos a los defectos de la otra persona y cuando la neblina se disipa, los defectos de nuestro cónyuge nos sorprenden.
Quizás nos lleguemos a preguntar dónde quedó la persona perfecta de la que nos enamoramos.
Sin embargo, como seres terrenales, no somos perfectos. Incluso las personas que amamos no lo son.
Tener un amor perfecto, amar a una persona a pesar de sus defectos, eliminará todo temor que podamos albergar. Ese es el tipo de amor que Dios tiene por nosotros.
Mientras ese tipo de amor esté presente, tu matrimonio se fortalecerá más allá de lo que podrías imaginar.
Proverbios 17: 17: “En todo tiempo ama el amigo y el hermano nace para el tiempo de angustia”
Interpretación: Tu cónyuge se preocupa por ti y te ofrece apoyo en los mejores y peores momentos.
Además de ser el amor de tu vida, tu cónyuge debe ser tu mejor amigo. Ambos deben estar juntos en las buenas y malas para apoyarse.
Esa misma es la razón por la que tenemos una familia y amigos.
Se supone que nos apoyemos el uno al otro para recibir fortaleza en los tiempos difíciles mientras disfrutamos los buenos momentos juntos.
Génesis 29: 20: “Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba”
Interpretación: Mantente comprometido.
Jacob terminó trabajando durante 14 años para poder casarse con Raquel. Fácilmente podría haberse ido después de los primeros 7 años de trabajo porque otros 7 podrían haber sido demasiado trabajo.
No obstante, se comprometió y perseveró. Se mantuvo concentrado en su objetivo de casarse con Raquel, incluso mientras trabajaba y formaba una familia.
Como Jacob, no tenemos que permitir que otros compromisos nos distraigan de nuestro gran compromiso con la persona que amamos.
Proverbios 15: 1: “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor”
Interpretación: Piensa antes de hablar y habla con amabilidad.
Si bien es fácil ponerse a la defensiva durante una discusión, las palabras que salen de tu boca en el calor del momento, pueden doler mucho después a la otra persona.
Respira hondo y concéntrate más en llegar al origen de la discusión que en ser el ganador.
No solo escuches las palabras que dice tu cónyuge, sino también las emociones que las impulsan. Mantén la calma y responde de la forma más amable que puedas.
Proverbios 15: 13: “El corazón alegre hermosea el rostro, pero el dolor del corazón abate el espíritu”
Interpretación: Elige ser feliz.
Es fácil quejarse, estar triste. Sin embargo, si eliges ser feliz, descubrirás que los problemas tal vez no son tan sombríos como pensabas al principio.
Como dijo el élder Joseph B. Wirthlin: “Venga lo que venga, disfrútalo”.
Nos sentimos atraídos naturalmente hacia la felicidad, así que sé una fuente de felicidad para ti y para tu cónyuge.
1 Corintios 11: 11:“Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón”
Interpretación: Necesitamos que los hombres y las mujeres trabajen unidos.
Nunca olvides que un matrimonio no es solo entre tu cónyuge y tú. Es entre ustedes dos y el Señor. Los hombres y las mujeres se necesitan para llegar a su máximo potencial. Como dijo la hermana Linda K. Burton:
“Hermanos y hermanas, ¡nos necesitamos unos a otros! Como mujeres y hombres que guardan los convenios, necesitamos elevarnos unos a otros y ayudarnos a ser el pueblo que el Señor desea que lleguemos a ser.
Necesitamos trabajar juntos para elevar a la nueva generación y ayudarla a alcanzar su potencial divino como herederos de la vida eterna.
Podemos hacer como el élder Robert D. Hales y su esposa Mary han hecho, que han seguido el dicho: ‘Tú me elevas y yo te elevaré a ti, y así ascenderemos juntos’”.
1 Nefi 5: 4-6:
“Y había sucedido que mi padre le había hablado [a Saríah], diciendo: Sé que soy hombre visionario, porque si no hubiera visto las cosas de Dios en una visión, no habría conocido su bondad, sino que hubiera permanecido en Jerusalén y perecido con mis hermanos.
… Sé que el Señor librará a mis hijos de las manos de Labán, y los hará volver a nosotros en el desierto.
Y con estas palabras mi padre Lehi consoló a mi madre Saríah, con respecto a nosotros…”
Interpretación: Valida las preocupaciones de tu cónyuge.
Este diálogo entre Saríah y Lehi muestra un importante consejo matrimonial: La validación.
Lehi valida la preocupación de Saríah de que al ser un hombre visionario, alejó a su familia de su casa y puso a sus hijos en peligro.
Lehi está de acuerdo, valida la preocupación de Saríah y, luego, procede a consolarla y asegurarle que sus hijos regresarán sanos y salvos.
En lugar de ignorar las preocupaciones de tu cónyuge, reconócelas y hazle saber que lo que siente está bien y que siempre puede confiar en el Señor y en ti.
Mosíah 2: 17:
“Y he aquí, os digo estas cosas para que aprendáis sabiduría; para que sepáis que cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios”.
Interpretación: Sirve a tu cónyuge.
Si bien esta escritura puede referirse al propósito más amplio del servicio, también se aplica al matrimonio.
Al igual que con toda relación, llegas a amar a los demás al prestarles servicio. El servicio dice mucho sobre lo que sientes por alguien.
Cuando sirves a los demás, no lo haces por ti, lo haces por la otra persona porque sabes que la hará feliz.
Tómate el tiempo para servir a tu cónyuge y se consciente de sus necesidades.
Lava la ropa, lleva a casa su bocadillo favorito, ordena la sala de estar, lleva a los niños a una excursión, sorprende a tu cónyuge con una cita para ver una película, dedica una hora a leer su libro favorito o salgan a tomar un helado después de un día ajetreado.
Estos pequeños actos diarios fortalecerán tu matrimonio y acercarán más a tu cónyuge y a ti a Dios.
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Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Janessa Armstrong y fue publicado en LDS Living con el título “8 Essential Marriage Tips from the Scriptures”.