Hace unos días, el élder Uchtdorf compartió un recuerdo significativo de su época como piloto y nos dejó también una gran enseñanza, en especial para todo aquel que no encuentra “el rumbo” de su vida.
Nuestro querido élder Uchtdorf declaró:
“Han transcurrido 61 años desde que hice mi primer vuelo en solitario a bordo de un Piper Cub, cuando era un joven piloto que comenzaba mi servicio militar en Alemania. Un año después, hice mi primer vuelo en solitario en un avión jet en Texas. Yo me sentí como un auténtico piloto de la fuerza aérea. Seis décadas suenan como si fueran un largo tiempo, pero mi sensación es como si hubiera sido ayer. Hace poco, Harriet y yo visitamos un museo de aviación de Utah. Nos tomamos una foto frente a un avión que yo volé durante mi entrenamiento en Alemania hace tantos años.
Para ustedes, la gente joven, pensar en 60 años parece toda una vida, pero les prometo que a medida que transcurran sus vidas sobre esta hermosa tierra, se van a dar cuenta de cuán corta es nuestra vida realmente, comparada con la existencia eterna. La vida no comenzó con el nacimiento ni terminará con la muerte. Realmente tenemos una perspectiva eterna inimaginable.
Es importante considerar la vida en sí como una senda, y que en nuestro transitar por la vida aprendemos de las cosas que hacemos, tanto de las que hacemos bien como de las que hacemos mal; y desde luego, siempre podemos ajustar el curso, aunque sea unos pocos grados.
Bien sea que reflexionemos sobre la persona en la que hemos tratado de convertirnos en los últimos seis o sesenta años, o sobre lo que aprendimos en los últimos sesenta minutos, es mediante la gracia de Dios —y por la expiación de nuestro Salvador, Jesucristo—, que nosotros siempre podemos cambiar para mejor y podemos acercarnos a Dios y a nuestro destino celestial.”
Siéntete libre de compartirlo con todas las personas que necesiten este valioso mensaje.