Hace veintisiete años, Debby Camp de Alberta, Canadá, dio a luz a un bebé que nació sin vida. Sería una experiencia que cambiaría su vida por completo.
Después de llevar el dolor de esa pérdida durante muchos años, Debby ha podido encontrar paz y sanación personal al ministrar de una manera especial a familias en situaciones similares.
Debby, una Santo de los Últimos Días, empezó a confeccionar ropa para bebés que han fallecido.
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Debby es una costurera voluntaria para Angel Dresses de Canada, una organización sin fines de lucro que realiza donaciones a familias y hospitales vestimentas para estos bebés.
Camp compartió lo siguiente en un video publicado en Facebook:
“Hacer estos pequeños trajes me ha permitido, finalmente, dejar ir la pena de perder un hijo después de todos estos años. Esto es algo pequeño que puedo hacer para ayudar a las familias en duelo mientras se despiden de sus pequeños, quienes han partido demasiado pronto”.
Los trajes están hechos de vestidos de novia que fueron donados. Estos se lavan y luego se deconstruyen cuidadosamente para conservar los encajes, adornos y abalorios.
Después de desarmar un vestido, Debby usa la tela restante para crear un patrón para el traje de un bebé, con tamaños que van desde las tallas chicas para bebés prematuros hasta los bebés más grandes.
“Según las normas, solo se permite un tipo de estilo [de traje de entierro], pero aún así puedo usar mi creatividad para hacer que cada traje sea único mediante el uso de los adornos de los vestidos de novia”, expresó Camp.
La sucursal de Angel Dresses en Canadá dio inicio a su labor en mayo de 2014 cuando una madre en Saskatchewan pasó por la pérdida de su bebé y tomó la decisión de “ayudar a que el día de alguien sea un poco mejor cuando tienen un gran dolor en el corazón”.
Camp se ofreció como costurera poco después de la fundación de la organización y desde entonces ha confeccionado cientos de trajes funerarios.
Ahora supervisa la sucursal de Angel Dresses en Alberta. En su página de Facebook, la sucursal de Alberta compartió:
“No hay mayor regalo que se le pueda dar a una familia en duelo que afirmar la importancia de la vida de su hijo al ofrecer este simple regalo”.
Y como una Santo de los Últimos Días, el servicio de Debby Camp ha sido moldeado por su deseo de seguir el ejemplo del Salvador.
“Siento mucha felicidad al emplear mis talentos y habilidades para brindar este pequeño acto de bondad.
Esta es una manera de poder servir a quienes me rodean y poner en acción las palabras del Salvador: ‘Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros’”.
Fuente: Newsroom