El 21 de septiembre, la hermana Susan Gong participó junto a su esposo, el élder Gong, en un devocional en el CCM de Provo para todos los misioneros de tiempo completo.
En su discurso, la hermana Gong compartió cómo la expiación de Jesucristo puede ayudarnos a sentirnos completos otra vez.
Sentirnos completos mediante la expiación de Jesucristo
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En su mensaje, la hermana Gong preguntó:
“¿Qué hacemos cuando nos sentimos incapaces, con poco valor o quebrados?”
Nuestro Padre Celestial supo desde el principio que la vida no debía ser fácil. Por eso, Su maravilloso plan se centró en el Salvador y Su sacrificio expiatorio, dijo.
“Nos volvemos al Salvador con fe y humildad, listos para arrepentirnos y aceptarlo como nuestro Salvador. Cuando hagamos esto, Él nos sanará. Mediante Su expiación de amor infinito y eterno, Él puede sanarnos.
Este proceso puede llevar tiempo. Sin embargo, a través del proceso Él nos dará paz y fuerza. Nunca estamos tan quebrantados como para no volver a ser completos a través de Jesucristo”.
En Japón, el arte del kintsugi presenta piezas de porcelana rota que se vuelven a unir mediante el uso de un pegamento de laca especial.
Antes de que el pegamento se endurezca, los artesanos lo cubren con polvo de oro.
Esto hace que las fisuras de la cerámica que se rompió, brillen y la pieza reparada sea aún más hermosa, más fuerte y valiosa de lo que fue.
La hermana Gong agregó:
“Algún día, recordaremos las experiencias de nuestras vidas y notaremos los patrones del poder sanador de nuestro Salvador.
Entonces, estaremos agradecidos por los desafíos y las pruebas de la vida, que nos hicieron más fuertes y más hermosos a medida que sanamos y crecemos a través del amor de nuestro Salvador”.
El poder de sanación de la expiación de Jesucristo ocurre cuando uno lo invita a su vida, se arrepiente humildemente y con fe, se esfuerza por guardar Sus mandamientos, dijo la hermana Gong.
“Nosotros y aquellos a quienes amamos nunca estaremos más allá de la capacidad del Salvador para sanarnos, si recurrimos a Él. No hay forma de que no podamos regresar a Él.
Oro para que todos los días intentemos guardar Sus mandamientos y nos arrepintamos para que podamos llegar a conocer al Salvador y sentir Su amor en nuestras vidas.
Estas son las ‘buenas nuevas’ que estás llamado a compartir con los preciosos hijos de Dios”, dijo.
Fuente: Church News