Hemos escuchado innumerables lecciones, charlas y discursos de conferencia sobre la importancia del Espíritu Santo en nuestras vidas, y podemos fácilmente hacer una lista de las formas asombrosas de cómo puede bendecirnos. Sin embargo, hay aspectos del Espíritu Santo que se pasan por alto o se olvidan. Es importante entender todos los recursos y dones disponibles para nosotros a través de él para así vivir obteniendo la mayor paz y felicidad posible.
1. El Espíritu Santo Santifica
Sabemos que el Espíritu Santo conforta, guía, advierte, y enseña. Pero raramente hablamos sobre uno de sus roles más importantes: su poder de santificar. La Santificación es un proceso de la Expiación de Cristo para purificarnos, sanarnos, y ayudarnos a ser más como Cristo – pero no es solo por el Espíritu Santo que tenemos acceso a la Expiación.
“El don del Espíritu Santo … es el mensajero de gracia mediante el cual se aplica la sangre de Cristo para redimir nuestros pecados y santificarnos” (Christofferson, “El Poder de los Convenios”, Liahona, Abril 2009). Los miembros de la Trinidad tienen roles separados pero complementarios. Cristo expió nuestros pecados y el Espíritu Santo nos trae el poder expiatorio. Sin el Espíritu Santo en nuestras vidas, perdemos el acceso a la Expiación.
3 cosas que el espíritu santo hace por tiCuando estamos viviendo dignamente de la compañía del Espíritu Santo, el Espíritu puede cambiarnos y ayudarnos a ser más como nuestro Padre Celestial. Este proceso de santificación no es sólo acerca de erradicar los pecados y las debilidades, sino también ayudarnos a desarrollar la divinidad en nosotros – en resumen, ayudarnos a ser como nuestro Padre en el cielo. En su rol como santificador, el Espíritu Santo actúa como el jardinero, ayudándonos a sacar la maleza pero también a plantar flores. Por ejemplo, después de que la gente escuchara el sermón del Rey Benjamín, ellos dijeron que “el Espíritu del Señor Omnipotente, el cual ha efectuado un potente cambio en nosotros, o sea, en nuestros corazones, por lo que ya no tenemos más disposición a obrar mal, sino a hacer lo bueno continuamente” (Mosíah 5:2). El Espíritu Santo puede ayudarnos a eliminar lo negativo y a reemplazarlo con lo hermoso y divino para que eventualmente estemos preparados para vivir con Dios. Ese es el propósito de la Expiación.
La Expiación puede parecer a veces un poco intangible, como el Élder Bruce R. McConkie una vez describió, “No sabemos, no podemos decir, ninguna mente mortal puede concebir la plena importancia de lo que Cristo hizo en Getsemaní” (“El Poder Purificador de Getsemaní, Conferencia General de abril de 1985). Sin embargo el Espíritu Santo está ahí para ayudarnos a hacer que esta inconcebible doctrina, sea una entendible y funcional parte de nuestras vidas.
¿Cómo podemos saber si la Expiación está actuando en nuestras vidas? Felizmente, la respuesta es simple, “Si han sentido la influencia del Espíritu Santo en este día … pueden considerarlo como prueba de que la Expiación está funcionando en sus vidas”. (Henry B. Eyring, Charla Fogonera para Jóvenes Adultos Solteros, septiembre 10, 2006). ¡Qué doctrina más reconfortante! Si estamos viviendo de manera que podamos sentir el Espíritu Santo, estaremos recibiendo el poder expiatorio. Si escuchamos las impresiones del Espíritu Santo, cambiaremos diariamente para parecernos más a Dios.
2.El Espíritu Santo nos da Dones y Talentos
Sí, el Espíritu Santo es el don más maravilloso que podríamos recibir, pero además, también nos da otros dones para enriquecer nuestras vidas. A cada uno se les ha dado dones espirituales (D&C 46: 11-12) y el Padre Celestial espera que pidamos y desarrollemos muchos más, como vemos en la Parábola de los Talentos. Se esperaba que los siervos hagan uso de los talentos que se les había dado para que ganaran más.
A menudo, creo que no nos damos cuenta cuantas cosas constituyen un don espiritual. No creo que estemos limitados a la clásica lista de “don de lenguas, profecías, revelaciones, visiones, sanidades” (Artículo de Fe 7). Para citar un Artículo de Fe diferente, creo que los dones espirituales pueden ser cualquiera cosa “virtuosa, bella, de buena reputación o digna de alabanza” (Artículo de Fe 13). Tendemos a ver dividir nuestra vida en: trabajo, escuela, familia, iglesia, recreación. Para nuestro Padre Celestial, todas estas cosas valiosas están entretejidas en el tapiz espiritual que nos ayudará a convertirnos en lo que Él quiere que seamos. Él ha dicho, “Por tanto, de cierto os digo que para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal” (D&C 29:34).
Lo que podemos ver como un don temporal bien podría ser un don espiritual conferido por nuestro Padre Celestial a través del Espíritu Santo.
Parley P. Pratt dijo que el Espíritu “estimula todas las facultades intelectuales; incrementa, amplía, despliega y purifica todas las pasiones y afectos naturales … desarrolla la belleza de la persona, de la forma y de los rasgos. Estimula todas las facultades físicas e intelectuales del hombre” (Parley P. Pratt, Clave para la Ciencia de la Teología p. 101 – 103). En resumen, el Espíritu puede bendecirnos con dones y talentos en cada aspecto de nuestras vidas.
Por ejemplo, a mí me gusta escribir, pero me he preguntado si vale la pena usar mi tiempo en ello. Lo hice un objeto de oración y de estudio del evangelio. Rápidamente descubrí un sinnúmero de discursos acerca de la divinidad de la creatividad. El Presidente Uchtdorf dijo “Nuestro derecho inalienable, y el propósito de nuestro gran trayecto en esta tierra, es buscar y sentir felicidad eterna. Una de las formas en que lo logramos es al crear algo … Cuanto más confíen en el Espíritu y dependan de él, mayor será su capacidad para crear”. (La Felicidad es su legado, Liahona Octubre 2008). El Espíritu Santo puede ayudarnos en las muchas variedades de creatividad. Es posible, “mejorar no sólo el mundo que las rodea, sino también su mundo interior” a través de los talentos y dones. Podemos pedir que el Espíritu Santo nos ayude a desarrollar nuestros talentos y dones espirituales y usarlos para servir a otros.
3.El Espíritu Santo nos ayuda a ver con nuevos ojos (espirituales)
A menudo escuchamos que el Espíritu Santo es comparado con una brújula, pero una de mis analogías favoritas es que el Espíritu Santo es como un par de lentes espirituales. Él puede ayudarnos a ver la vida a través de un filtro espiritual. Nuestros ojos de “hombre natural” son borrosos y solo pueden ver lo que nuestro limitada e imperfecta experiencia nos muestra. Si permitimos que el Espíritu Santo nos ayude a ver “las cosas como realmente son” (Jacob 4:3), entonces tendremos una visión celestial más precisa de la vida y de aquellos que nos rodean. El Presidente Eyring dijo, “Solo mediante el Espíritu Santo podemos ver a las personas y los acontecimientos tal como Dios los ve”. (Presidente Henry B. Eyring “El Espíritu Santo como su compañero” Liahona octubre 2015).
También es fácil frustrarse o impacientarse con personas y circunstancias, pero si comenzamos a ver a otros como Dios los ve, ¿cuánto más misericordiosos, amorosos, y pacientes seríamos? Creo que no hay promesa más grandiosa que ser capaz de ver con una perspectiva divina. Pienso que no podemos desarrollar muchos atributos vitales sin la perspectiva de Dios: paciencia, longanimidad, esperanza, caridad. Seguramente necesitamos ver a la gente como Dios la ve para realmente amarla y ver en ellos su divinidad.
Ver a través del lente espiritual del Espíritu Santo es especialmente importante cuando buscamos revelación. Una oración no debería ser una lista de cosas que queremos del Padre Celestial. Debería ser al revés, una oración debería ser para conocer qué desea nuestro Padre Celestial para nosotros. Es debido a que nuestro Padre Celestial sabe todas las cosas, incluyendo que es lo mejor para nosotros. Así que deberíamos buscar ver su voluntad a través de su perspectiva eterna, y pedir que su plan y su voluntad sean hechas, no para que nuestro equivocado o miope plan.
Dios nos ha provisto con el Espíritu Santo así que Él puede bendecirnos constantemente con Su compañía y ayuda. Mientras más estudiemos y aprendamos acerca de los atributos y dones del Espíritu Santo, más podremos hacer uso de toda la ayuda el Padre Celestial tiene la intención de que vivamos una vida feliz aquí mientras nos preparamos para la eternidad. Él nunca ha querido que hagamos esto solos, es por eso que nos ha dado toda la ayuda posible a lo largo de este camino a través de las bendiciones y dones del Espíritu Santo.