Cómo estudiar el Apocalipsis puede hacer que tu Navidad sea más especial

Por más extraño que parezca, el libro de Apocalipsis puede hacer que tu Navidad sea aún más especial y ¡aquí te explicaré las razones!

Un testimonio de Cristo

También te puede interesar: Hermana Uchtdorf: Seguir el ejemplo de Jesús es la mejor manera de celebrar la Navidad

La Navidad es una época para recordar a Jesucristo y el libro de Apocalipsis fue escrito para testificar de Él.

Aunque mucha gente asume que Juan solo se basó en las tragedias y catástrofes en su libro, eso no es cierto. Su mensaje se centra en Jesucristo y, como tal, es esperanzador.

Juan cita varios títulos del Señor Jesucristo en estos versículos.

Es una buena introducción, ya que escribe Apocalipsis en el nombre de Cristo, de quien fue testigo fiel. De hecho, eso daría una explicación sucinta del contenido de Apocalipsis: “Es un libro que habla de Cristo”.

Algunos nombres, títulos y expresiones que se refieren al Salvador y sus respectivas explicaciones se encuentran a continuación:

Testimonio fiel – Con su poder omnipresente y omnipotente, el Cristo, que es el Señor, conoce todas las cosas y es la personificación de la verdad. Él no miente y no se desvía (Jeremías 42: 5, Apocalipsis 3:14, 3 Nefi 27:18, GEE “Testigo”)

Él nos amó – Cristo amó tanto al mundo que dio Su vida por nosotros. Mediante Su sacrificio expiatorio podemos ser perdonados y vivir para siempre con Dios (GEE “Expiación, Expiación”).

Aquel que lavó nuestros pecados, Jesucristo es el Redentor. Él tomó nuestros pecados sobre Sí mismo, y Él puede limpiarnos y purificarnos (GEE “Redención, Redimido, Redime”).

A Aquel que nos hizo reyes y sacerdotes: gracias al poder expiatorio podemos heredar la vida eterna y ser coherederos con Cristo (ver “Apocalipsis 2:26 – Poder sobre las naciones”, pág. 84 y “Apocalipsis 5:10 – Reyes y sacerdotes”, pág. 150).

Reflexionar sobre estos títulos puede recordarnos el verdadero significado de la Navidad.

Cristo tiene el control en estos últimos días

Vivimos en los últimos días y el libro de Apocalipsis trata principalmente sobre eventos reservados para estos días. Aunque Juan menciona muchas cosas tristes y alarmantes, nos asegura que Dios tiene el control y que al final, el Cordero vencerá.

Como preludio del gran final, el evangelio será predicado a toda nación, tribu, lengua y pueblo (Mateo 24:14).

“Y después de vuestro testimonio vienen la ira y la indignación sobre el pueblo.

Porque después de vuestro testimonio viene el testimonio de terremotos que causarán gemidos en el centro de la tierra, y los hombres caerán al suelo y no podrán permanecer en pie.

Y también viene el testimonio de la voz de truenos, y la voz de relámpagos, y la voz de tempestades, y la voz de las olas del mar que se precipitan allende sus límites.

Y todas las cosas estarán en conmoción; y de cierto, desfallecerá el corazón de los hombres, porque el temor vendrá sobre todo pueblo.

Y ángeles volarán por en medio del cielo, clamando en voz alta, tocando la trompeta de Dios, diciendo: Preparaos, preparaos, oh habitantes de la tierra, porque el juicio de nuestro Dios ha llegado. He aquí, el Esposo viene; salid a recibirlo.

E inmediatamente aparecerá una gran señal en el cielo, y todo pueblo la verá juntamente.

Y otro ángel tocará su trompeta, diciendo: Esa agrande iglesia, la madre de las abominaciones, que hizo que todas las naciones bebieran del vino de la ira de su fornicación, que persigue a los santos de Dios, que derrama su sangre, la misma que se sienta sobre muchas aguas y sobre las islas del mar, he aquí, ella es la cizaña de la tierra; es atada en haces; sus ligaduras son afianzadas y nadie las puede soltar; por tanto, está presta para ser quemada. Y él tocará su trompeta larga y fuertemente, y todas las naciones la oirán” (DyC 88: 88-94).

Ese será el momento en que muchos vendrán en el nombre de Cristo, diciendo: “Yo soy el Cristo” y engañarán a muchos.

En esos días también se oirá hablar de “guerras y rumores de guerras”. De hecho, “se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambrunas y terremotos en varios lugares”.

En palabras de revelación: “también habrá terremotos en diversos lugares, y muchas devastaciones; sin embargo, los hombres endurecerán su corazón contra mí y levantarán la espada el uno contra el otro, y unos a otros se matarán” (DyC 45:33).

Incluso, habrá una gran persecución contra aquellos que siguen a Dios. En ese momento, muchos se ofenderán, se traicionarán y se odiarán unos a otros.

Se levantarán muchos falsos profetas y engañarán a muchos. Y “como se multiplicará la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 5-12).

Se mostrarán muchas señales y maravillas por encima y por debajo de la tierra (DyC 45:40). Sin embargo, algunos dirán que Cristo retrasa Su venida (DyC 45:26). Habrá fuego, vapores de humo y sangre (DyC 45:41). Además, una plaga terrible, una enfermedad desoladora, cubrirá la Tierra (DyC 45:31).

Los que temen al Señor lo esperan (DyC 45:39). El Cordero aparecerá en el monte Sion “y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tendrán el nombre de su Padre escrito en la frente” (DyC 133: 18).

“Y los que estén en los países del norte serán recordados ante el Señor, y sus profetas oirán su voz, y no se contendrán por más tiempo; y herirán las peñas, y el hielo fluirá ante su presencia.

Y se levantará una calzada en medio del gran mar.

Sus enemigos llegarán a serles por presa, y en los yermos desolados brotarán pozos de aguas vivas; y la tierra reseca no volverá a tener sed.

Y traerán sus ricos tesoros a los hijos de Efraín, mis siervos.

Y los confines de los collados eternos temblarán ante su presencia.

 Y allí se postrarán, y serán coronados de gloria, sí, en Sion, por la mano de los siervos del Señor, los hijos de Efraín.

Y serán llenos de cantos de gozo sempiterno.

He aquí, esta es la bendición del Dios sempiterno sobre las tribus de Israel, y la bendición más rica sobre la cabeza de Efraín y sus compañeros.

Y también los de la tribu de Judá, después de su aflicción, serán purificados en santidad ante el Señor, para morar en su presencia día y noche, para siempre jamás”. (DyC 133: 26-35)

Los símbolos nos enseñan mucho más

En las escrituras vemos el uso recurrente de simbolismo.

Las señales y los símbolos del evangelio se encuentran en las ordenanzas del sacerdocio, en la vida de los profetas, en las parábolas del Señor, en las alegorías que pronuncian sus siervos, etc.

Apocalipsis es un gran libro simbólico. “Comprender los símbolos es la clave más importante para comprender el libro [de Apocalipsis]”.

La Navidad también está llena de símbolos: el árbol de Navidad, las campanas, los colores, Papá Noel, etc.

Muchos de estos símbolos nos recuerdan el espíritu navideño. Podemos aprender mucho al reflexionar sobre las imágenes navideñas.

Lo mismo ocurre con los símbolos del libro de Apocalipsis. Si reflexionamos y tratamos de entender el mensaje detrás de los símbolos, aprenderemos mucho más.

Las Escrituras están escritas para acercarnos a Cristo (2 Nefi 25:26). Juan escribió Apocalipsis por esa razón.

La expiación y la vida del Señor son el tema principal de los símbolos del Evangelio.

Fuente: Mais Fe