Lo que Toy Story 4 nos enseña sobre sentir el amor de Dios mientras enfrentamos la depresión

Recientemente, en un podcast, el psicólogo Santo de los Últimos Días David Morgan habló sobre la depresión y cómo Toy Story 4 puede enseñarnos sobre el amor que Dios tiene por nosotros.

El siguiente extracto ha sido editado para mayor claridad.

Morgan Jones: He conocido a personas en mi vida con corazones maravillosos. Sin embargo, debido a la depresión que sufren, se les dificulta sentir el Espíritu y piensan que no son capaces de sentir el amor de Dios.

Entonces, mi pregunta es, ¿cómo Satanás engaña a las personas y les hace creer que no pueden desarrollarse más espiritualmente? Y ¿cómo has visto eso en los pacientes con los que trabajas?

depresión

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David Morgan: Entiendo a lo que te refieres Morgan. Pienso que todos hemos pasado por eso en algún momento de nuestras vidas.

Ciertamente, conocemos personas que se enfrentan a la depresión y sienten que no pueden cambiar o que Dios las ha apartado de Su lado.

Sienten que no tienen esperanzas y, eso es falso, es un engaño del enemigo. Sienten que están muy lejos del alcance del Salvador y no es así.

A veces, ocurre eso cuando existen problemas de dignidad, cuando hacemos cosas intencionalmente que no deberíamos y pecamos. Sin embargo, en esos casos, podemos arrepentirnos.

No obstante, en muchos casos, como lo mencionaste, las personas que sufren de depresión tienen dificultades para sentir el Espíritu.

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En ese momento, Satanás sacará provecho y dirá: “Bueno, te sientes de esa manera porque no estás haciendo lo que se supone que deberías. ¿Ves cómo las otras personas pueden sentir el Espíritu? Van a la Iglesia y sienten el Espíritu. Tú no sientes el Espíritu, hay algo malo contigo”.

No conozco un método que resuelva todo eso, pero estoy seguro de que el Espíritu es lo suficientemente poderoso para vencer esos sentimientos.

No sé si eso es parte de las dificultades que las personas necesitan experimentar para llegar a ser más como su Padre Celestial, pero necesitamos quitarnos esa idea de que no somos dignos.

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Necesitamos quitarnos la idea de que somos criaturas indignas. Seguramente, este ejemplo sea demasiado coloquial, pero si has visto Toy Story 4, probablemente recuerdes a Bonnie, la dueña de Forky.

Bonnie cambió la apariencia, de solo un tenedor, de Forky y lo convirtió en un juguete.

No obstante, Forky cree que es basura e intenta tirarse al bote de la basura. Luego, Woody, lo saca de ahí. No obstante, cada vez que Woody se da la vuelta, Forky intenta saltar nuevamente al bote de la basura.

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Forky se tira al bote y dice: “Soy basura” y Woody le responde:

“No eres basura, solías ser basura. Pero, ahora eres el juguete de Bonnie. Entonces, tienes un lugar diferente, perteneces aquí arriba en el mostrador en lugar del bote de la basura”. 

Creo que eso es lo que debemos entender como seres humanos. Necesitamos saber quiénes somos.

Así es como volvemos al comienzo de nuestra discusión sobre la identidad.

Somos hijos de nuestro Padre Celestial y Él nos ama. Tenemos un potencial 100 % inmenso y Él nos ayudará a alcanzarlo. No tenemos que hacerlo todo solos, no se supone que así sea.

Él nos da responsabilidades para que recurramos a Él y le digamos: “Padre Celestial, ayúdame a superar esta dificultad. Enséñame cómo hacer esto”.

Luego, actuamos y a medida que Él nos ayuda, nos volvemos mejores.

libro de mormón

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Me gusta mucho la Sección 121 de Doctrina y Convenios porque habla de fortalecer nuestra confianza en la presencia de Dios.

Con mucha frecuencia, tenemos la experiencia opuesta. Nos sentimos como Alma, hijo, cuando estaba en sus días de oscuridad. Él quería desaparecer tanto en alma como en cuerpo para que de ese modo no tuviera que comparecer ante Dios.

Tanto deseaba desaparecer que quería que una montaña cayera sobre él para dejarlo sin existencia.

No obstante, aquí, en Doctrina y Convenios, habla de todo lo contrario a esa experiencia, que nuestra confianza se fortalece en la presencia de Dios.

Estoy seguro de que si seguimos esforzándonos; finalmente, diremos: “Pertenezco aquí. Este lugar es para mí. Hice lo que tenía que hacer. El Salvador me ha redimido hasta el punto [que] Él ha retirado mis pecados y defectos para que yo pueda estar aquí”.

Sentiremos que hemos vuelto a casa, que es a donde pertenecemos. De ahí venimos. Es donde estamos destinados a volver.

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Necesitamos desarrollar confianza en nosotros mismos. Creo que, si te falta confianza en ti, una de las mejores cosas que puedes hacer es orar [a] tu Padre Celestial y decir: “Padre Celestial, ¿puedes ayudarme a sentir lo que tú sientes por mí?”

Es posible que no recibas una respuesta en ese momento. No obstante, confío en que, si continuamente pides eso, si lo pides con regularidad, seguramente tendrás una gran experiencia espiritual en la que sentirás el amor que el Padre Celestial siente por ti.

He experimentado eso en alguna oportunidad. Es un sentimiento abrumador, te sientes lleno de Su amor. Para mí, esa experiencia duró 10 segundos, no duró el resto de mi vida, pero la recuerdo.

Sé que esa es la forma en la que Él todavía se siente por mí. Entonces, cuando tengo días en los que me siento deprimido y siento que no valgo la pena o lo que sea, trato de recordar ese sentimiento y digo:

“¿Sabes qué? Él todavía siente lo mismo por mí, así que puedo levantarme del suelo y hacer algo al respecto”.

Fuente: LDS Living

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