Hace más de una década, Thomas F. Rogers, un amigo mío y ex profesor de la Universidad Brigham Young, escribió un ensayo sobre los beneficios de ser un Santo de los Últimos Días.
“Un antiguo miembro no creyente me dice que todavía considera que la Iglesia tiene el ‘programa de beneficios sociales más completo’ que jamás haya conocido. Estoy de acuerdo”, escribió Rogers en un ensayo publicado en el libro “Por qué me quedo”.
Continuó:
“Por ejemplo, ¿qué contribución no ha hecho la Palabra de Sabiduría a mi bienestar personal?”
Recientemente, este pasaje volvió a mi mente con la noticia de que el presidente Russell M. Nelson, el líder de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es ahora el profeta más antiguo que la Iglesia ha tenido en sus 192 años de historia.
El profeta cumplirá 98 años en septiembre.
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Nunca me ha gustado la hagiografía, independientemente del tema. No obstante, no puedo evitar hacer una pausa para admirar la larga vida y la buena salud del presidente Nelson.
Él no sólo tiene 97 años. Según todos los informes, él está en la oficina con regularidad, comparte discursos, es activo y lleno de entusiasmo por la vida.
Tal vez, en el futuro, sea común ver a nonagenarios que no solo están sanos y aman sus últimos años, sino que también parecen envejecer a la inversa.
No obstante, hasta la fecha, esto sigue siendo un fenómeno raro y uno del que vale la pena aprender.
¿A qué podemos atribuir tal longevidad?
Ciertamente, la genética debe desempeñar un papel clave.
No obstante, según entiendo por las biografías del presidente Nelson y las anécdotas de compañeros empleados de la Iglesia (escribo para la Iglesia), la alimentación saludable y el ejercicio regular han sido clave en la vida del presidente Nelson.
Con frecuencia, el profeta les dice a los miembros de la Iglesia que tomen “sus vitaminas, descansen, porque el futuro va a ser emocionante”.
Los hábitos del presidente Nelson sin duda fueron influenciados por los muchos pacientes que tuvo. Tampoco puedo evitar ver un lugar para la revelación para ayudar al estilo de vida saludable del profeta.
La Palabra de Sabiduría
Se sabe que los Santos de los Últimos Días tienen un código de salud conocido como la Palabra de Sabiduría, que se deriva de las Escrituras reveladas a José Smith en 1833.
Esta es la base de por qué los Santos de los Últimos Días dicen no al alcohol, al té con cafeína, al café, tabaco o cualquier otra sustancia adictiva.
Cuando se practica adecuadamente, la Palabra de Sabiduría también es la razón por la que muchos Santos de los Últimos Días dicen que sí a las cosas saludables: frutas, verduras y granos. Además, la carne, según la revelación, debe consumirse “con moderación”.
El ejercicio físico
Con respecto al ejercicio, el código de salud de la Iglesia se reveló en 1833, cuando el concepto de “cintas para correr” o “elípticas” podría haber suscitado diversión perpleja.
Sin embargo, las Escrituras afirman que aquellos que se adhieren a estos principios “correrán y no se cansarán, y caminarán y no se fatigarán”.
La Iglesia de Jesucristo también se basa en el concepto de revelación continua.
El sentido común y la mejor ciencia nos dan mucha información sobre los beneficios de una vida activa.
El ayuno
Asimismo, existe la práctica del ayuno una vez al mes. Ese día, los Santos de los Últimos Días se abstienen de comer durante 24 horas o dos comidas.
Numerosos estudios han encontrado que el ayuno ayuda a reducir riesgos asociados con las enfermedades cardíacas.
No obstante, he descubierto que el ayuno también tiende a desarrollar la capacidad para controlar adecuadamente los apetitos físicos más allá del período de 24 horas durante el cual se realiza el ayuno.
Desde una perspectiva secular, es fácil señalar el estudio de la UCLA de dos décadas de duración sobre los Santos de los Últimos Días.
En este estudio se descubrió que las personas que asisten a la Iglesia tienen una esperanza de vida más larga: cinco años más para las mujeres y una década completa para los hombres en comparación con otros grupos de población que se estudiaron.
Asimismo, hay hallazgos sobre los beneficios para la salud del corazón debido a la práctica del ayuno de 24 horas según los médicos de Intermountain Health.
Las promesas divinas para aquellos que cuidan su cuerpo
Para los creyentes, las promesas bíblicas de cuidar su propio cuerpo son impresionantes.
“Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos; y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos; y acorrerán sin fatigarse, y andarán sin desmayar.
Y yo, el Señor, les aprometo que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará”. (DyC 89: 18 – 21)
No siempre existe una esperanza de vida de 90 años.
Todos conocemos a alguien que ha vivido bien, pero se enfermó gravemente o murió “demasiado pronto”.
La genética y las enfermedades eventualmente nos atrapan a todos.
Asimismo, hemos visto fumadores de cigarrillos que de alguna manera evaden las probabilidades y viven mucho más de lo esperado.
Me llamó la atención hace algunos años cuando una mujer de 109 años en Texas dijo que su secreto para una vida larga era comer tocino todos los días.
A veces, las raras excepciones se quedan en nuestra mente porque son muy inusuales. No obstante, la regla general es, de hecho, la “regla” por alguna razón: Dios espera que asumamos la responsabilidad de nuestros cuerpos y hay beneficios al hacerlo.
A los 97 años, como el presidente de la Iglesia de mayor edad en la historia, el presidente Nelson ha llegado a encarnar la Palabra de Sabiduría. Además, con cada año que pasa, se convierte más y más en un buen ejemplo a seguir.
Fuente: Deseret News