Hablemos de la tolerancia religiosa.
Muchas de las críticas dirigidas contra los Santos de los Últimos Días de hoy son las mismas que existieron hace casi 200 años en la época de José Smith, pero, en el siguiente video de Fe y Creencias, retrocederemos unos 2000 años, cuando el cristianismo era una religión minoritaria. Veremos lo que uno de los primeros escritores anticristianos y un filósofo griego pagano llamado Celso dijeron acerca de este nuevo culto radical.
Cristianos atacados antes y ahora
Para disuadir a las personas de aprender más sobre el cristianismo, además de atacar al fundador del grupo, Celso también atacaba el carácter de aquellos que estaban cerca del fundador o eran testigos de eventos clave.
Sobre la resurrección, Celso escribió: “¿Quién realmente vio eso? Una mujer histérica, como ustedes admiten, y quizás otra persona, ambas engañadas por la hechicería [de Cristo], o con un dolor profundo por el fracaso [de Cristo] que lo alucinaron levantándose de entre los muertos por algún tipo de ilusión. Esta confusión de una fantasía con la realidad no es nada extraño. De hecho, les ha pasado a miles de personas”.
Las personas de nuestra época, piensan algo similar de los testigos de las planchas del Libro de Mormón: Un escéptico escribió que José Smith hizo que los testigos “alucinaran, tal vez a través de una fuerte sugestión o algo así como la hipnosis”. – Dan Vogel, “The Making of A Prophet, pág. 138.
Un sitio web afirma que lo que vieron los testigos fue “el resultado de una imaginación activa, una ilusión y una visión mágica del mundo”. – Mormonthink.com, Respuesta de Mormon Think a F.A.I.R.
Los primeros detractores de nuestra fe también lanzaron ataques contra el carácter de la membresía en general.
Un periódico de 1831, describió a los Santos de los Últimos Días como “generalmente de la escoria de la comunidad y las personas más iletradas que se pueden encontrar en cualquier lugar… Toda la pandilla de estos mortales engañados, excepto unos pocos hipócritas, son creyentes profundos en la brujería, los fantasmas, los duendes y demás”.
De los primeros cristianos, Celso escribió: “Al echar raíces en las clases bajas, la religión continúa difundiéndose entre la gente. Es más, incluso se puede decir que se difunde a causa de su vulgaridad y el analfabetismo de sus fieles”.
Los líderes cristianos, “quieren y pueden convencer solo a los insensatos, los deshonrosos y los estúpidos…”
Celso también calificó a los cristianos como ingenuos o voluntariamente ignorantes, “solo una fe ciega explica el control que Jesús tiene sobre su imaginación”.
Me recuerda cómo cierto musical popular de Broadway representa a los Santos de los Últimos Días.
Los que atacaron y atacan las escrituras
Sin embargo, Celso no se detuvo ahí, también atacó las escrituras cristianas. Él calificó los libros de Moisés como “basura absoluta” y afirmó que algunas escrituras y prácticas cristianas fueron plagiadas o robadas de otras fuentes.
Una fuente del siglo XIX, señala que el Libro de Mormón “es quizás una de las producciones más débiles que alguna vez se haya intentado presentar como una revelación divina. En su mayoría, es una masa ciega de palabras, entretejidas con lenguaje y citas bíblicas, sin mucho de un plan o diseño guía”.
Por supuesto, como hemos abordado en otros videos, no faltan las afirmaciones de que José [Smith] robó ideas o hizo plagio de otras fuentes.
Celso señaló que los cristianos creían tanto en las palabras de Moisés como en las palabras de Jesús, pero dijo: “Este hombre de Nazaret da un conjunto de leyes opuestas… ¿a quién no se le puede creer, a Moisés o a Jesús?”, (Celso, Sobre la verdadera doctrina: un discurso contra los cristianos).
De manera similar, los Santos de los Últimos Días creen tanto en la Biblia como en el Libro de Mormón. No obstante, muchos afirman que el Libro de Mormón contradice la Biblia, por lo que uno u otro debe ser falso.
Celso intentó diferenciar el cristianismo del judaísmo más popular y afirmó que los cristianos creían en un Dios diferente.
“…cuando ustedes, los cristianos, ven que los judíos les dificultan las cosas, ¡vienen y dicen que adoran al mismo Dios que ellos! ¿Qué es lo que se debe creer? Porque cuando su maestro, Jesús, dicta leyes contrarias a las dictadas por Moisés… inmediatamente, se comprometen a buscar a otro Dios, diferente del Padre”. (Celso, Sobre la verdadera doctrina: un discurso contra los cristianos).
Del mismo modo, no tienen que ir muy lejos para encontrar afirmaciones de que los Santos de los Últimos Días creen en un “Jesús diferente” porque su Jesús supuestamente contradice al Jesús bíblico.
¿Por qué hablamos de esto?
Celso también indicó que no se podía confiar en los cristianos para que te enseñaran la verdad sobre su fe porque “los escritos de los discípulos [contenían] solo aquellos hechos acerca de Jesús que le [daban] un aspecto halagador a los acontecimientos de su vida”.
“De hecho, lo que sé es que, el caso y lo que cuentan tus discípulos son dos historias muy diferentes”. – Celso, pág 62
Se aplican cargos similares de parcialidad y engaño contra nuestra fe.
La lista continúa, pero ¿por qué te digo esto?
Bueno, antes que nada, estaría mintiendo si no notara un poco de ironía en los paralelos y me pregunto si la religión de los Santos de los Últimos Días podría ser malinterpretada, como sucedió con los primeros cristianos.
Pero, de forma más seria, creo que Cristo lo dijo mejor en Mateo 7: 12:
“Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos…”
Cristianos (u otros), ¿entienden cómo Celso se dirige al cristianismo?
Si no es así, entonces no usemos el mismo enfoque cuando interactuemos con personas de otras religiones. Démosle a la gente el beneficio de la duda y seamos pacientes, pero cautelosos con los “Celsos”. No digo que nunca debamos estar en desacuerdo u ofrecer críticas constructivas.
No estoy diciendo que todos los detractores de nuestra fe sean un Celso ni tampoco estoy diciendo que los primeros cristianos o los Santos de los Últimos Días nunca hayan hecho nada que valga la pena criticar.
Pero, no nos apresuremos en emitir juicios sobre grupos que quizás no entendamos o cuyas creencias puedan ser diferentes a las nuestras. Personalmente, me ha resultado útil asumir que todos están tomando las mejores decisiones espirituales que pueden para sus vidas, independientemente de a qué religión pertenezcan.