Mi esposo ha fallecido y me han dicho que debo sellarme con él, pero él no era miembro de la Iglesia de Jesucristo y además estaba en contra de ella.
Si no me sello nunca a mi esposo, ¿quiere decir que nunca alcanzaré el reino celestial? He realizado la obra vicaria por él, pero me temo que nunca acepte el Evangelio. ¿Me puedes ayudar?
Respuesta
La ordenanza del sellamiento es la única ordenanza que involucra a una tercera persona. Esta ordenanza puede generar confusión sobre lo que realmente significa.
Otras ordenanzas, como el bautismo, se llevan a cabo entre el Señor y nosotros. Es nuestra decisión cumplir o no con esos convenios. De acuerdo con esas acciones, cosechamos las consecuencias que vienen de nuestras elecciones.
Con el sellamiento añadimos una tercera persona, un cónyuge.
Un esposo o esposa claramente tiene un impacto en nuestra vida y en nuestra capacidad para guardar una ordenanza de sellamiento y vivir de acuerdo con esos convenios. Sin embargo, esto no cambia el hecho fundamental de que todos los convenios del Evangelio se realizan entre nosotros y el Señor.
Somos responsables de procurar y, vivir las ordenanzas y los convenios de Dios de la mejor que podamos de acuerdo con nuestras circunstancias.
Cuando tu esposo estaba vivo, por obvias razones, no era elegible para la ordenanza de sellamiento en el templo puesto que era requerido que él estuviera presente para que ambos puedan recibirla.
De acuerdo con estas circunstancias, lo mejor que podías hacer era ejercer la longanimidad y la bondad.
Luego tu esposo falleció. Rápidamente hiciste las ordenanzas correspondientes a favor suyo, sabiendo que solo serían efectivas si él cambiaba de opinión y aceptaba el Evangelio.
¿Por qué deberías pensar que la ordenanza del sellamiento es menos importante para él o para ti? ¿Quizás de cierta manera sientes temor de que él no cambie? ¿Quizás sientes que si te sellas a tu difunto esposo se te nieguen las bendiciones prometidas a esa ordenanza?
Si esas son tus preocupaciones, entonces te aconsejo ejercer tu fe en las promesas de Cristo más plenamente. Cristo no le negará ninguna bendición a quien se esfuerce y actúe con plena fe siguiendo Sus mandamientos.
Cuando se trata de sellarse a un cónyuge que no es digno, Cristo estará a favor del cónyuge fiel.
Tu situación es bastante clara. Necesitas procurar la ordenanza del sellamiento para tus propias bendiciones y necesitas hacer la obra por tu difunto esposo.
Debes buscar la guí del Señor y, en última instancia, deberás confiar en que Él se encargará de las cosas que no puedes controlar.
Fuente: Askgramps
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