Esto lo tomé de un discurso de la Conferencia General de 1998.
Elijo, como mi texto, el Artículo de Fe Nº 13: ‘Creemos en ser honrados, verídicos, castos, benevolentes, virtuosos y en hacer el bien a todos los hombres; en verdad, podemos decir que seguimos la admonición de Pablo: Todo lo creemos, todo lo esperamos; hemos sufrido muchas cosas, y esperamos poder sufrir todas las cosas. Si hay algo virtuoso, o bello, o de buena reputación, o digno de alabanza, a esto aspiramos’.
Hermanos, el Espíritu de Cristo que hemos tomado sobre nosotros, ¿ejerce influencia en nuestra conducta laboral?
Brigham Young dijo: ‘Deseamos que los santos aumenten su virtud hasta lograr que, por ejemplo, nuestros mecánicos sean tan honrados y veraces que esta Compañía Ferroviaria pueda decir: ‘Consigamos a un élder ‘mormón’ como maquinista y así nadie tendrá temor de viajar, porque si él percibe algún peligro adoptará las medidas necesarias para preservar la vida de aquellos cuyo cuidado se le confía’. Yo quisiera ver que nuestros élderes sean tan honrados de tal forma que esta Compañía los prefiera como mecánicos, guardas, maquinistas, secretarios y gerentes.
Si vivimos nuestra religión y somos dignos de ser llamados Santos de los Últimos Días, seremos las personas indicadas a quienes tales empresas habrán de confiarse con perfecta seguridad; si no resultase así, ello será una prueba de que no estamos viviendo nuestra religión’.
Lo que el presidente Young exhortó a los poseedores del sacerdocio en su época es tan importante como lo es en nuestros días, el Espíritu de Cristo debe penetrar en todo lo que hagamos, tanto en el trabajo, como en la escuela o en el hogar.
El presidente Spencer W. Kimball nos enseñó que
‘tomemos, una sola vez, la decisión de hacerlo bien’.
Él tomó decisiones importantes temprano en su vida a fin de que no tuviera que tomarlas una y otra vez; y agregó: ‘Podemos alejar de nosotros algunas cosas de una vez por todas y dar el asunto por terminado. . . sin tener que reconsiderar y volver a decidir cien veces lo que vamos a hacer y lo que no vamos a hacer’.
Presidente James E. Faust
Conferencia General de Abril de 1998
El profundo anhelo de nuestro Padre es que vvolvamos victoriosos
a Su presencia…
Debemos decidir definitivamente hoy a quién seguimos!
Si lo seguimos a El debemos procurar conocimiento para saber
cuál es el camino,
debemos ser obedientes para disfrutar
de la compañía del Espíritu Santo
quién nos guiará y de las bendiciones que nos están aguardando…
Éstas cosas nos ayudarán a obtener y fortalecer el testimonio
que permitirán que perseveremos hasta el final de nuestros días en la tierra…
Después de eso…
qué hermoso será disfrutar juntos de nuestros hogares celestiales!!!
Que disfrutes de un día maravilloso!!!
Con muchísimo cariño…
Patricia Laumann, el 15 de octubre de 2008.