Cuando la pandemia de COVID-19 comenzó en el 2020, Eduardo Maradiaga, y su familia, pasaron por el año más difícil de sus vidas.
Todas las tiendas de la empresa de Eduardo cerraron y su padre, su abuela y sus hermanos se contagiaron de covid.
Pocos meses después, su padre falleció, sus tiendas y su casa fueron asaltadas. La hermosa familia que había edificado junto a su esposa y sus hijos fue amenazada múltiples veces, por lo que tuvieron que irse del país sin avisarle a nadie por su seguridad.
Eduardo era obispo, un exitoso empresario que había salido de la pobreza hace muchos años, pero que ahora nuevamente tenía que afrontar la época más difícil de su familia.
Así, con dos maletas viajaron a Utah para comenzar una nueva vida.
Los milagros prontamente comenzaron a llegar. Una semana después de haber llegado a Utah, y muchas oraciones, Eduardo y Giselle, su esposa, encontraron un apartamento en el sótano en Saratoga Springs. La buena noticia, el dueño había servido en México como misionero.
Buscando hacer lo necesario para obtener dinero, Eduardo aceptó varios trabajos limpiando autos y casas, instalando persianas y tomando fotografías, lo último gracias a un curso que previamente había llevado.
Durante varios días, él sintió fuertemente que debía tomarle una foto al Templo de Saratoga Springs y no sabía la razón. Cuando se lo contó a su esposa, ella lo animó a hacerlo.
Algunas semanas después, Eduardo tomó sus equipos y manejó hasta el templo. Allá tomó una foto espectacular de la Casa del Señor, con las montañas cubiertas de nieve de fondo.
Al ver la fotografía, su esposa tuvo la impresión de venderla a la editora Santo de los Últimos Días, Deseret Book. Hacer aquello parecía imposible debido a la gran cantidad de fotógrafos que había en Utah, pero Giselle fue persistente.
Al llevar la fotografía a una tienda de Deseret Book en American Fork y mostrársela al manager, se le recomendó a Eduardo que la envíe por internet y aplique por ese medio.
Él lo hizo con muchas esperanzas, sin embargo, la fotografía fue rechazada.
En vez de rendirse, Eduardo respondió al correo y compartió parte de su historia:
“Acabamos de llegar a este país y tenemos problemas para encontrar oportunidades, pero todas las puertas siguen cerradas”.
Cuando Dallan Wright, manager de la categoría de Bellas Artes en Deseret Book, recibió la respuesta, decidió reevaluar esta situación.
En 4 años había recibido 750 fotografías y solo el 2% terminaban en una tienda, además de que raramente aceptaba una de un principiante.
Dallan no se había dado cuenta de que la fotografía era del Templo de Saratoga Springs, el cual todavía no se había dedicado y no tenía ninguna imagen. Posteriormente, la aceptó y le mandó un correo a Eduardo comunicándole la noticia.
Eduardo y su familia derramaron en lágrimas al enterarse de la noticia. Desde aquella experiencia, Eduardo ha comenzado a trabajar como fotógrafo y ha sido llamado como sumo consejero en la estaca a la que pertenece.
Él siempre está buscando como proveer a su familia, no importa si tiene que limpiar ventanas o tomar fotografías al templo, él siempre da lo mejor de sí.
Su esposa, Giselle, espera trabajar como farmaceuta, tal como lo hacía en Honduras, y actualmente sirve en la Primaria de su barrio.
Después de aquel milagroso evento con el templo, Eduardo compartió sus sentimientos:
“Para mí, el templo es muy especial, pues es la edificación más importante para el Señor en la Tierra, y ahora el Templo de Saratoga Springs lo es también para mí y mi familia.
Cuando coloqué la imagen del templo en Deseret Book, pensé en lo especial que significaría para cada persona que iría a comprarla. Este templo es para toda el área de Saratoga Springs, estamos muy emocionados”.
Fuente: LDS Living