“No sólo podemos volver las puertas de nuestros hogares hacia el templo o para la “Casa del Señor”, sino que podemos hacer de nuestro hogar una “Casa del Señor””.- Gary E. Stevenson
Imagina cómo sería tu hogar si se pareciera al templo y con cuánta frecuencia estaría presente el Espíritu Santo.
La idea de tener un hogar más santo puede parecer desalentador, pero no permitas que eso te impida hacerlo. Lo único que importa es mejorar esas pequeñas cosas que te rodean.
¿Por dónde empezar? Existen diferentes ideas que puedes poner en práctica y algunas que pueden adaptarse mejor a tus necesidades.
En este artículo, te comparto 3 ideas que pueden ayudar a que tu hogar sea más parecido a la Casa del Señor.
Dedica tu hogar
Al igual que otros edificios de la Iglesia, tu hogar se puede dedicar mediante el poder del sacerdocio de Melquisedec.
Sin embargo, a diferencia de los edificios de la Iglesia, el hogar no se consagra al Señor.
Dedicar tu casa es una gran oportunidad para involucrar al Señor y hacer de tu hogar un lugar sagrado.
Según el Manual de la Iglesia, indica que el poseedor del sacerdocio de Melquisedec dedique la casa debe seguir estos sencillos pasos:
- Se dirige al Padre Celestial tal como en una oración.
- Declara que actúa por la autoridad del sacerdocio de Melquisedec.
- Dedica el hogar como un lugar sagrado donde el Santo Espíritu pueda morar. Expresa otras palabras, según te indique el Espíritu. Por ejemplo, puede bendecir el hogar como un lugar donde los miembros de la familia puedan adorar, hallar refugio del mundo, crecer espiritualmente y prepararse para entablar relaciones familiares eternas.
- Termina en el nombre de Jesucristo.
Gracias a estas instrucciones, dedicar tu casa no es solo para el ambiente, sino también para los que vivirán y crecerán dentro del lugar.
Dedicar nuestro hogar puede ayudarte a sentar las fuentes espirituales que necesitas para crear una “Casa del Señor” ahora y en el futuro.
Aunque la dedicación puede ser sencilla, puede tener un impacto profundo en ti y tus seres queridos en los siguientes años.
Crea un entorno que invite al espíritu
Cuando ingresas al templo, es difícil no admirar la belleza de su entorno. Ya sea una obra de arte, un jarrón o una lámpara. Todo el interior del templo, es impresionante.
Una de las razones por la que podemos apreciar estos bellos objetos es debido a que cada uno de ellos tiene un lugar especial.
Estar dentro de un espacio sin desorden no solo embellece el lugar, sino también ayuda a tu salud mental.
El ambiente del templo y cómo el Espíritu está siempre presente allí, aliviará tus preocupaciones e incluso te brindará una perspectiva más clara sobre ellas.
Puedes tener el mismo entorno dentro de tu hogar. Esto no quiere decir que debes tener un candelabro de cristal u obras de arte lujosas, solo busca la manera en que tu hogar pueda estar en perfecto orden.
Aunque sea difícil mantener tu casa en orden, recuerda que con el tiempo esto creará un entorno donde el Espíritu Santo pueda morar.
Al hacer lo posible para que tu hogar esté más organizado, es más probable que tu corazón y mente estén más abiertos a recibir revelación que necesitas en tu vida.
Ten más interacciones espirituales
Una de las razones por las que el templo se siente como un lugar tan edificante es porque el Espíritu Santo está presente y las personas son una parte importante para lograr esto.
Piensa en tu experiencia en el templo y cómo esto puede ayudarte a aplicarlo en tu vida diaria, brindando una sonrisa a quien lo necesite y siendo una persona más bondadosa y amable con los demás.
A menudo, desde tu propio hogar, es más fácil tratar a tus seres queridos con amor que a tus amistades o colegas del trabajo.
Como ya lo sabes, es más fácil sentir frustración o culpar a tus seres queridos. También es más probable que juzgues tus acciones o compares sus éxitos con tus fracasos.
Cuando sientas estrés, preocupación o incluso cuando las cosas no van bien, pregúntate “¿qué haría un Santo de los Últimos Días?”, y luego haz todo lo posible por actuar de esa manera.
Si te esfuerzas por tratar a los demás como si estuvieras en el templo y lo aplicas dentro de tu hogar, entonces verás el gran potencial que tienes como Hijo de Dios y tu hogar se parecerá cada vez más a la Casa del Señor.
Es reconfortante saber que, a medida que tratas de hacer que tu hogar temporal sea más sagrado, las bendiciones no terminan ahí.
Cuando haces estos esfuerzos, te encontrarás más a menudo en el templo, dándote la oportunidad para hacer de tus convenios lo más importante en tu vida.
Al hacerlo, estás edificando las bases de tu mansión eterna en el hogar del Padre Celestial. Ciertamente, es un lugar que vale la pena construir.
Fuente: LDS Living