Sara López es una corredora Santo de los Últimos Días que triunfó en el Eugene Marathon en Oregón, Estados Unidos, en el mes de abril.
Sara ganó la carrera femenina con un tiempo récord de 2:33.48 y llegó a clasificar para las pruebas de maratón para los Juegos Olímpicos y así representar a su nación.
Este logro resulta ser sumamente significativo para ella debido a que pudo alcanzar esta meta tras años de dedicación, sacrificio y una fe inquebrantable.
Su carrera como atleta
Carrera de atleta de Sara López. Créditos: Sara López
Desde los primeros años de secundaria, López comenzó a participar en diferentes eventos de atletismo en Washington, Estados Unidos.
Tiempo después, ella se convirtió en una de las mejores atletas a nivel estudiantil por más de tres años en Boston, Massachusetts.
En esos años de preparación, López deseaba formar parte del equipo de atletismo de su universidad favorita, Brigham Young University (BYU).
Sara López con uno de sus premios. Créditos: Sara López
“Realmente quería correr para BYU, pero mi tiempo no era lo suficientemente rápido para la universidad. Debido a esto, esperaba llegar a mi último año para alcanzar los tiempos que necesitaban o al menos tratar de mejorar lo necesario como para formar parte del equipo”.
Sin embargo, su vida dio un cambio rotundo después de enterarse de que sus padres iban a servir como líderes de misión en México, Ciudad de México Este.
Al inicio, López estaba molesta porque en su nueva escuela en México no había un programa de atletismo.
“Debo admitir que no pude manejar bien mis sentimientos. No apoyé a mis padres, les rogué que me permitieran quedarme en los Estados Unidos con una amiga, me sentía molesta con Dios, ¿por qué me pasaba eso ahora?”
Aunque presenció el gozo y las bendiciones de la obra misional mientras sus padres servían, López aún sentía que debía seguir sus sueños.
Un cambio inesperado
Un cambio inesperado para Sara. Créditos: Ben Lonergan, The Register-Guard
Sin un equipo de atletismo, ni mucho menos un entrenador, Sara hizo todo lo posible para mantenerse en forma.
Debido a que no obtuvo la ayuda profesional adecuada, desarrolló problemas alimenticios extremos. Esto le impidió correr por un par de años.
Con el paso del tiempo y ya en BYU, Sara comenzó a recibir la ayuda de un terapeuta y un nutricionista.
“Si hubiera competido en BYU con un trastorno alimenticio, no creo que hubiera rendido al máximo. Me hubiera alejado del deporte de manera definitiva. Mirando atrás, sabía que el Padre Celestial me estaba cuidando y deseaba lo mejor para mí”.
Volver a empezar
Sara en su último maratón. Créditos: Sara López
Luego de su primer año como estudiante en BYU, Sara trató de unirse al equipo de corredores.
En julio de 2021, inició uno de los mejores planes de entrenamiento con una entrenadora que resultó ser su antigua presidenta de las mujeres jóvenes de Boston.
Ya para octubre de 2022, estaba lista para su primera maratón en Nueva York, Estados Unidos, pero un mes antes se torció el tobillo.
Luego de eso, se preparó para participar en el California International Marathon, pero le detectaron una hernia discal en la zona lumbar dos semanas antes de la carrera y tuvo que abandonar la competencia.
Sara López después de el maratón. Créditos: Sara López
“Bueno, voy a intentarlo una vez más, quiero llegar a la meta sana y salva”, pensó Sara.
El pasado mes de abril, Sara se mantuvo en oración durante toda la carrera y sintió el apoyo del Padre Celestial. Además, obtuvo el segundo mejor tiempo para una mujer en el Eugene Marathon.
Su preparación para los Juegos Olímpicos
Sara López en la meta del Eugene Marathon. Créditos: Ben Lonergan, The Register-Guard
“Fue muy emocionante porque no había corrido en una pista desde que estaba en la escuela, es increíble terminar de esta manera, pude sentir todo el amor y el apoyo de las personas. Sé que el Padre Celestial estuvo conmigo. Él me ayudó en esta carrera, para mí esto ha sido muy especial”, expresó Sara.
Ahora Sara se está preparando para competir contra 125 corredoras de las grandes ligas en Orlando, Florida.
Las tres primeras en clasificar representarán a los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Verano de 2024 en París, Francia.
“Me di cuenta de que el Padre Celestial quiere lo mejor para mí y mi familia, lo que me dará mucha paz en mi carrera como atleta y en las pruebas”.
Fuente: Church News
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