Es con profundo pesar que informamos que el presidente Jeffrey R. Holland, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, falleció hoy, 27 de diciembre de 2025, a la edad de 85 años, aproximadamente a las 3:15 de la mañana (hora local), rodeado de sus seres queridos.
Nació el 3 de diciembre de 1940 en St. George, Utah, hijo de Frank D. Holland y Alice Bentley Holland.

En 1963 contrajo matrimonio en el Templo de St. George con Patricia Terry, con quien tuvo tres hijos: Matthew, Mary Alice y David. Juntos formaron una familia profundamente dedicada al evangelio y al servicio.
Su querida esposa falleció pacíficamente el 20 de julio de 2023, tras una breve hospitalización. Ella tenía 81 años.
Más de 30 años al servicio del Señor

El presidente Holland será recordado como un maestro del Evangelio apasionado y sensible, cuyas palabras impulsaron a millones a acercarse a Jesucristo.
Sirvió como misionero en Gran Bretaña entre 1960 y 1962, experiencia que marcó profundamente su vida.

Fue llamado como miembro del Primer Cuórum de los Setenta en 1989 y, posteriormente, el 23 de junio de 1994, fue ordenado miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles.
El 16 de noviembre de 2023 fue sostenido como Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles.
Durante todo su ministerio apostólico, enseñó con firmeza, calidez y empatía, testificando continuamente del Salvador Jesucristo.
Un apóstol que ministró con amor

Quienes conocieron al presidente Holland recuerdan su profunda capacidad de amar, escuchar y fortalecer a las personas que ministraba.
Fue una voz firme al testificar del Salvador Jesucristo, aun en medio de dificultades personales y de salud. Sus mensajes sobre fe, esperanza, perdón y confianza en Cristo recorrieron el mundo y tocaron corazones de todas las edades.

Uno de ellos se refleja en el discurso “Como una vasija Quebrada”, donde aborda los desafíos emocionales y mentales que afrontan y lo qué pueden hacer para superarlos:
“Aunque sintamos que somos “como una vasija quebrada”, como dijo el salmista, debemos recordar que esa vasija está en las manos del Alfarero Divino. Las mentes quebradas se pueden curar de la misma manera que se curan los huesos y los corazones rotos”.
También enseñó reiteradamente sobre el perdón cristiano, aclarando que perdonar no significa regresar a situaciones de abuso o maltrato, sino permitir que el Salvador sane el corazón.
“A pesar de las ofensas más terribles que nos puedan sobrevenir, solo podemos elevarnos por encima de nuestro dolor al poner los pies en la senda de la sanación real. Tal senda es la senda del perdón que anduvo Jesús de Nazaret, quien nos invita a cada uno de nosotros: “Ven, sígueme””.
Una vida dedicada a la educación y al servicio

Además de su servicio religioso, el presidente Jeffrey R. Holland desarrolló una destacada carrera profesional en el campo de la educación.
Obtuvo su licenciatura y maestría en inglés y educación religiosa en la Universidad Brigham Young (BYU). Posteriormente completó una maestría y un doctorado en estudios estadounidenses en la Universidad Yale.

Durante sus años de estudio y trabajo académico, sirvió como maestro e instructor en los Institutos de Religión de la Iglesia en California, Washington y Connecticut, acompañando espiritualmente a jóvenes universitarios.
Entre 1980 y 1989, fue llamado a servir como el noveno rector de la Universidad Brigham Young (BYU) en Provo, Utah. Bajo su liderazgo, la universidad fortaleció su identidad espiritual y académica. Durante ese período se estableció también el Centro BYU Jerusalén, un logro histórico que unió educación, cultura y fe en Tierra Santa.
Siempre será recordado

Su influencia educativa trascendió el ámbito religioso. Participó activamente en organizaciones académicas nacionales, sirviendo como presidente de la Asociación Americana de Rectores de Universidades Independientes (AAPICU) y miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Universidades Independientes (NAICU). También integró la Comisión de Rectores de la NCAA.
Formó parte de directorios en instituciones cívicas y empresariales como Intermountain Healthcare, Key Bank de Utah y el Centro Cultural Polinesio.

En reconocimiento a su labor para promover el entendimiento entre cristianos y judíos, recibió el premio “Torch of Liberty” otorgado por la Anti-Defamation League.
Fue además autor de 14 libros, muchos de los cuales fortalecieron la fe de lectores en todo el mundo.

El legado de Jeffrey R. Holland perdurará en el corazón de los Santos de los Últimos Días de esta época, quienes lo recordarán por su invaluables mensajes sobre Jesucristo como Salvador del mundo y por su fe y respeto hacia los miembros de otras religiones.
Su ejemplo viviente de dedicación al servicio y fortalecimiento de la fe en Jesucristo continuará inspirando a las personas en las generaciones futuras.




Gracias Elder Holland por su gran servicio y apoyo,sus mensajes y ejemplo de vida fortalecieron la mía.Suempre le recordaré.
Muchas gracias Elder Jeffrey R.Holland por su gran ejemplo y por enseñarnos con amor a confiar en Cristo y en Dios para poder mejorar nuestras vidas,muchas gracias por sus poderosos discursos que nos dejó para recordar lo más importante de la vida que es tener una fé tremenda en Jesucristo y poder seguir los pasos de el y enseñar a nuestra familia ,que Dios le bendiga y siga avanzando en el conocimiento de Nuestro Padre Dios y sus infinitas misericordias para con sus hijos e hijas …,
Atentamente hermana Rosalinda Meza de la Cruz
Que hermoso mensaje,me llena de gozo escucharlo y su amor hacia la obra y nosotros,
Muy lindo saber sobre la vida del Presidente paz 🕊️ en su descanso estreno, se que ahora está al lado de nuestro Padre Celestial.
Admiro la capacidad de resiliencia del Pte. Holland, recuerdo mucho su discurso de la vasija quebrada, porque, además, llegó en el momento más oportuno en una época de mi vida; ese mensaje fue 100% una fuente de fortaleza, fue una respuesta a mis inquietudes y la evidencia certera de que no requerimos ser perfectos sino aceptar los desafíos de la vida con fe e integridad, con la certeza de que todo es para nuestro bien, independientemente del lugar en donde nos corresponde experimentarlo. Gracias Pte. Holland por su vida de integridad y aceptar con gratitud y determinación los desafíos para los que desde antes se preparó. Gracias por alcanzar la medida de su creación y dedicar gran parte de su vida a compartirlo. Hasta que nos volvamos a encontrar.