Para aquellos que tienen misioneros en el campo, ayuda mucho recordarles qué es y que no es importante para llegar a ser un misionero de “éxito”.
Estas son algunas cosas que ayudarán a cualquier misionero a ser más feliz, más fuerte y un mejor emisario de Jesucristo.
Amar a quienes te ridiculizan
Es inevitable que un misionero se encuentre con personas que no estén de acuerdo con lo que hacen. Como dijo Cristo, debemos “poner la otra mejilla” y seguir viendo a la otra persona como un hijo o hija de Dios.
Con eso en mente, debemos amar a todos, incluso a aquellos que intentan derribarnos.
David A. Christensen, expresidente del Centro de Capacitación Misional y de la misión y autor de “Missionary Questions of the Soul”, comentó:
“Lidiar con personas difíciles o negativas, personas que se burlan y menosprecian lo que es verdadero, bueno y correcto, ha sido uno de los desafíos de cada verdadero discípulo de Jesucristo a lo largo de la historia.
Sin embargo, la manera en que tratamos con la negatividad y la agitación es importante. No podemos caer en el método del ‘hombre natural’, optando por responder o replicar. Debemos ceder a las impresiones del Espíritu Santo”.
Los misioneros deben respetar a todas las personas que conocen y abstenerse de juzgar.
Arrepentirse con frecuencia
Todos cometemos errores. Los misioneros deben recordar que son igual de imperfectos que las personas a las que enseñan y deben arrepentirse tanto como enseñan el arrepentimiento.
En un discurso de la conferencia general, el élder Dale G. Renlund dijo:
“Un santo es un pecador que sigue intentándolo”.
Los misioneros deben arrepentirse continuamente y mejorar para poder testificar más plenamente de las bendiciones del arrepentimiento a otros.
La humildad es clave para el arrepentimiento y para ser perdonado. Es mejor elegir ser humildes y buscar la voluntad de Cristo.
Es porque nos ama que el Señor permite que nuestras experiencias nos den la humildad para que arrepentirnos.
Estudiar las Escrituras, sin perder el enfoque
Hay una razón por la que los misioneros estudian los principios más fundamentales de la doctrina de Cristo en “Predicad Mi Evangelio”: Lo básico es lo que más importa.
Estudiar las Escrituras con el Espíritu ayudará a los misioneros a enseñar con poder y autoridad, pero obsesionarse con entender cada misterio de Dios puede ser poco saludable y no es uso productivo del tiempo de un misionero.
Incluso Alma, uno de los mayores misioneros del Libro de Mormón, admitió no conocer todos los misterios de Dios:
“No obstante, hay muchos misterios que permanecen ocultos, que nadie los conoce sino Dios mismo”. (Alma 40:3).
Ser obediente siempre
El presidente Ezra Taft Benson lo expresó de una manera conmovedora cuando dijo:
“Cuando la obediencia deja de ser motivo de fastidio y pasa a ser nuestro cometido, ése es el momento en que Dios nos investirá con poder”.
La obediencia es la primera ley de los cielos, es un convenio primordial. Es un estimulante que produce y aumenta la fe. Es esencial para merecer la confianza del Señor para que Él pueda dotar de poder a los obedientes y fieles.
Entender el atributo de la obediencia no se trata de seguir reglas, se trata de tener fe.
Ser valiente y hablar con todos
Una de las partes cruciales de ser misionero es simplemente hablar con todos. Por eso es tan importante que los misioneros tengan buenas habilidades sociales antes de entrar al campo.
Incluso si un misionero no puede reunir el valor de hablar con alguien estando rodeado de muchas personas, por lo menos debería aprender a hablar uno a uno en una lección en casa.
“Predicad Mi Evangelio” expresa:
“Es natural sentirse un poco temeroso de hablar con la gente, pero puede pedir, en oración, fe y fuerza para ser más valiente a la hora de abrir la boca para proclamar el Evangelio restaurado”.
Cuando los misioneros hablan con fuerza y con el Espíritu, pueden ocurrir milagros.
Estar dispuesto a servir
A menudo se le dice a los futuros misioneros que la misión implica mucho servicio, pero rara vez esos futuros misioneros entienden cuánto más difícil será.
Durante los siguientes 18 o 24 meses, experimentarán días llenos de estudio, enseñanza y proselitismo. Puede tomar algo de tiempo que algunos misioneros se adapten a tener cada hora de cada día planificada.
Los misioneros también deben aprender a lidiar con los momentos no planificados de una misión, ¡de los cuales hay muchos! Los misioneros deben saber cómo se siente el trabajo duro para poder mantenerse al día y dar lo mejor de sí mismos.
Tener paciencia con los demás y consigo mismo
“Predicad Mi Evangelio” explica:
“La paciencia es la capacidad de soportar las demoras, los problemas, la oposición y el sufrimiento sin enojo, frustración ni ansiedad”.
Las misiones están definitivamente llenas de “retraso, problemas, oposición y sufrimiento”.
Los misioneros deben aprender a tener paciencia con los demás a través de todas estas pruebas, pero también deben tener paciencia consigo mismo.
A veces, los misioneros se ponen bajo la presión indebida de ser “perfectos”, pero el Señor no espera que sirvan una misión perfecta, solo que den su mayor esfuerzo.
Existe un equilibrio delicado entre esforzarse por ser mejor y reconocer que no somos perfectos.
Aprender el lenguaje del Espíritu
Todos sienten el Espíritu del Señor de manera diferente. Hay muchas maneras en que las Escrituras explican cómo uno puede sentirlo, pero la mejor manera de aprender es simplemente preguntar.
Los misioneros deben pedirle al Señor que les enseñe cómo comunicarse con ellos. También deben entender que sus compañeros no siempre sentirán el Espíritu de la misma manera que ellos, es importante que los compañeros confíen entre sí y en el Espíritu.
Fuente: LDS Living
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@masfe.org Ellos no pueden evitarlo, siempre están buscando cómo ayudar al prójimo. “Porque cuando estáis al servicio de vuestros semejantes, solo estáis al servicio de vuestro Dios”. #misioneros #elderes #amoralprojimo #cristianos #versiculos #sud #masfe #servicio ♬ sonido original – Openings758767 – ホセ レイエス