Hace poco, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días compartió el testimonio de un joven con síndrome de Down que me ha conmovido de gran manera pero que también me ha invitado a estar más atenta de los amigos que puedan necesitar de mi compañía y de mis cuidados.
En el post, Dustin explica:
“Mis padres murieron de cáncer con dos años de diferencia. Yo era el único que quedaba en casa y me sentía muy solo y triste.
Lloraba mucho y recuerdo que pensaba que debería orar para encontrar amigos que me ayudaran a no sentirme solo. Revisaba mi lista de contactos y llamaba a personas, orando para que alguien respondiera y hablara conmigo para no sentirme solo.
El Padre Celestial respondió mis oraciones, ya que amigos de mi iglesia, mi escuela secundaria y mi infancia contestaban y hablaban conmigo. También se turnaban para llevarme a cenar, a obras de teatro y a pasar el rato con amigos.
Terminé mudándome con mi hermana y su familia y con mi hermano y su familia. Ellos no son mis padres, pero me tratan como parte de la familia y me ayudan a llegar a mi trabajo y a otras actividades.
El Padre Celestial escucha nuestras oraciones y no quiere que estemos solos. Ha traído amigos a mi vida que significan todo para mí. Ahora trato de ser ese amigo. Si pienso en alguien, lo llamo o le envío un mensaje. Le digo a la gente que los quiero. Cuando ayudo a otros que pueden sentirse solos, eso los hace felices y me hace feliz a mí”.
La publicación termina con #99+1 destacando el reciente llamado del presidente Russell M. Nelson de ministrar uno a uno. ¿Cómo vas con esta iniciativa? Te leo en los comentarios.