Todas las personas se sorprenden por la majestuosidad de las edificaciones mormonas que llevan la inscripción: Casa del Señor y que son denominadas templos. Para los mormones o Santos de los Últimos Días, como prefieren ser llamados, los templos son mucho más que una hermosa edificación; son lugares santificados donde efectúan ordenanzas sagradas y eternas.
Los templos son espacios completamente diferentes a otras sedes donde comúnmente se reúnen los mormones y que son identificadas como capillas. Estas últimas se encuentran ubicadas en las diferentes comunidades donde se congregan los santos y son numerosas. Entonces, ¿Qué son los templos y cuál es su utilidad?
Desde la antigüedad, el Señor ha guiado y mandado a su pueblo a construir templos, pero con el éxodo de los israelitas (después de la salida de Egipto) era imposible construir un templo en un lugar fijo ya que el pueblo de Dios estaba en busca de la tierra prometida. Dios el Señor les envió a que construyeran un tabernáculo que sirviera como templo mientras se encontraba en el desierto y llegaban a su destino final.
Los primeros templos
En Jerusalén fueron construidos dos templos, el primero los construyó el rey Salomón para sustituir de forma definitiva el tabernáculo que era usado como templo, pero este, el Templo de Salomón, fue saqueado y luego destruido por los babilonios.
El segundo templo reedificado fue el Templo de Zorobabel, que años después Herodes amplió (y tras su ampliación fue considerado Templo de Herodes), y este también fue destruido esta vez por los romanos quedando así toda la tierra sin un templo para adorar al Señor.
Con la muerte de Jesucristo y de sus apóstoles llegó La Gran Apostasía y no fue sino muchos siglos después que Dios el Señor volvió hablar a su pueblo través del profeta José Smith y le dio el mandato divino de construir templos.
Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, llamada por algunos como Iglesia Mormona, los templos son de vital importancia. Son literalmente la Casa del Señor, donde los mormones conversos y obedientes a las leyes de Dios cumplen con los convenios sagrados y son sellados por este tiempo y por la eternidad a sus familias.
Para los mormones, las revelaciones dadas a través de los profetas vivientes en este tiempo, son manifestaciones directamente de Dios mismo y la Restauración del Evangelio ha dado la oportunidad de que todos los hombres puedan recibir la palabra de Dios y no solo logren ser salvos sino exaltados y tener familias eternas gracias a los convenios sagrados que se realizan en estas edificaciones, conocidas como templos o Casa del Señor.
Los templos son lugares donde los Santos de los Últimos Días adoran a Dios, se acercan más a Él y pueden sentir la paz que se trasmite en su interior. También, en estas edificaciones los santos realizan la obra vicaria que son ordenanzas que se efectúan por personas o familiares fallecidos que no tuvieron la oportunidad de conocer el evangelio restaurado.
Los mormones expresan que se sienten libres y con gran gozo cada vez que asisten a esos recintos de adoración y que las ordenanzas que realizan en el templo son una bendición para cada uno de los fieles miembros que respeta los convenios efectuados con Dios.
Es de destacar que, para los mormones, el frecuentar los templos les ayudan a fortalecer su testimonio de Dios, también afirman que pueden sobrellevar las situaciones críticas o dolorosas ya que al asistir a estos santuarios les hace elevar su espíritu y sentir el amor de Dios.
Los templos lugares santos
Por su parte, Silvia H. Allred, en su discurso “Templos santos, convenios sagrados” dijo: “Los lugares más santos sobre la tierra son los templos. En el templo, los miembros dignos de la Iglesia, al hacer sagrados convenios con Dios, reciben las bendiciones más sublimes a las que alguien pueda aspirar”.
Hoy, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la única Iglesia sobre la faz de la tierra que posee templos construidos a la manera del Señor. Y estos se siguen construyendo por todo el mundo ya que es un mandato dado por Dios el Señor a través de sus profetas, para que cada uno de los hijos de Dios que habitan la tierra pueda tener la plenitud del evangelio y sepan que su Padre Celestial no se ha olvidado de ellos.
Miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde sirve como secretaria de las Mujeres Jóvenes de Barrio Unión, Estaca Los Sauces, Valencia-Venezuela. Periodista (Comunicador Social, mención Desarrollo Social), egresada de la Universidad Católica Cecilio Acosta en Venezuela.