Cómo el Libro de Mormón llevó a este deportista a ganar una medalla en las Olimpiadas

Kenneth Rooks en las Olimpiadas de París 2024. Créditos: Ashley Landis, Associated Press

Kenneth Rooks, un joven atleta y Santos de los Últimos Días, sorprendió al mundo al ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París 2024 en la prueba de 3,000 metros obstáculos.

El deportista de 24 años, quien sirvió como misionero para la Iglesia de Jesucristo, siempre encontró inspiración en las Escrituras para superar sus dudas y recibir ánimos para seguir perseverando.

Antes de la competencia, Rooks se enfrentaba a la incertidumbre, se sentía inseguro sobre su capacidad para competir con los mejores del mundo.

“Con su fuerza puedo hacer todas las cosas”. Créditos: Ashley Landis, Associated Press

Antes de dejar que esos sentimientos se apoderarán de él, Kenneth acudió a su fuente de luz y encontró consuelo en las palabras de Alma en el Libro de Mormón, quien declaró:

“Sí, yo sé que nada soy; en cuanto a mi fuerza, soy débil; por tanto, no me jactaré de mí mismo, sino que me gloriaré en mi Dios, porque con su fuerza puedo hacer todas las cosas”.

Para Rooks fue una señal de que pase lo que pase, él daría su mejor esfuerzo y recibiría ayuda de los cielos ya se que ganase o no la carrera.

“La fuerza del Señor es algo real”. Créditos: Natacha Pisarenko, Associated Press

“Eso no significaba necesariamente que iba a ganar, pero sabía que podía acceder a Su poder si confiaba en Él. La fuerza del Señor es algo real”.

El día de la carrera, Kenneth no solo logró pasar a la final, sino que también obtuvo la presea de  plata en las Olimpiadas.

“Fue increíble. Hacer ese movimiento arriesgado fue un momento especial. Ir por todo, abrir esa brecha y por un momento pensar: ‘Estos chicos no me van a alcanzar. Puedo ganar [la carrera]’. Luego pensar ‘tengo que terminar’ y seguir luchando hasta la línea de meta. Fue increíble y surrealista”.

Kenneth Rooks se encuentra en su segundo año en Brigham Young University. Créditos: Ashley Landis, Associated Press

Rooks, quien se encuentra en su segundo año en Brigham Young University, no podía creer lo que había pasado. Se sentía lleno de humildad y destacó la importancia de mantener una perspectiva centrada en Dios y en servir a los demás.

Asimismo, declaró que “ser un hijo de Dios” es lo que es de mayor importancia para él.

“Sí, gané una medalla de plata olímpica y eso es genial, pero ese no es el título ni la identidad que más me importa. Agradezco sus comentarios al respecto”.

Fuente: Church News

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