En el marco del 100.º cumpleaños del presidente Russell M. Nelson, Deseret News ha compartido reflexiones de quienes más lo conocen: sus familiares, amigos y colegas. Sin embargo, ¿qué piensan sus propios hijos y nietos de tener un profeta de Dios en la familia?
Aquí compartimos algunos de los momentos y pensamientos más profundos que reflejan la gratitud, la admiración y el amor que sienten por él.
Laurie Marsh: La fe como un legado familiar
Laurie, una de las hijas del presidente Nelson, compartió una vivencia especial durante su tiempo sirviendo en Arequipa, Perú, junto a su esposo como líderes misionales. Durante ese tiempo, su conexión con su padre creció de manera extraordinaria. Ella relata cómo observaba con asombro el cumplimiento de las palabras proféticas de su padre sobre la recolección de Israel.
“Me sentí un poco como Nefi”, confiesa Laurie. “Al igual que Nefi creyó cada palabra de su padre Lehi, yo creía cada palabra de mi padre, especialmente al ver con mis propios ojos cómo se cumplían sus enseñanzas sobre la obra misional en Perú. Cada noche agradecía a Dios por ser su hija y por la bendición de ver estas profecías cumplirse”.
Marsha Workman: Paz y guía en cada palabra
Otra de sus hijas, Marsha Workman, comparte lo reconfortante que es tener a alguien en la familia que no solo es un profeta, sino alguien que ve “el panorama completo” de la vida.
“Siempre me reconforta saber que él puede ver más allá de lo inmediato. Incluso cuando hablamos, a veces siento que su consejo está lleno de una sabiduría mayor, una inspiración que va más allá de lo que simplemente podría decirme en una conversación casual”.
Ese consuelo que le brinda su padre, esa conexión entre el amor familiar y el liderazgo profético, la llena de gratitud. “Le agradezco profundamente por estar siempre preparado para recibir esa inspiración”.
Gloria Irion: El poder de las oraciones por el profeta
Para Gloria Irion, las oraciones constantes que los miembros de la Iglesia elevan por su padre son una fuente de fortaleza increíble.
“Cuando escucho a la gente orar por el presidente Nelson, ya sea en el templo o en cualquier reunión, es algo muy personal para mí. Esas oraciones funcionan de maneras milagrosas, y sentimos el apoyo y el amor de personas que ni siquiera nos conocen, pero que aman a mi padre”.
Esas oraciones, asegura Gloria, son lo que lo sostienen cada día. Saber que la Iglesia está unida en apoyo y fe hacia su padre es algo que conmueve profundamente a toda la familia.
Russell Nelson Jr.: Testigos de un milagro diario
El hijo del presidente Nelson, Russell Nelson Jr., no deja de sorprenderse por la energía y la dedicación que su padre continúa demostrando a pesar de su edad.
“Nos asombra todo lo que ha sido capaz de hacer, y sabemos que es el Señor quien lo sostiene, así como las oraciones de todos los miembros de la Iglesia”.
Para la familia Nelson, ver al profeta continuar su labor con tanto vigor es algo maravilloso.
“Aunque no somos diferentes a los demás miembros de la Iglesia, tenemos la bendición de ver de cerca cómo el Señor lo guía en todo momento”.
Gloria Irion: Un regalo diario
En una ocasión, Gloria le dio un gran abrazo a su padre por su cumpleaños y le expresó lo agradecida que estaba de que aún estuviera con ellos. “Cada día es un regalo”, le dijo. Y la respuesta del presidente Nelson fue tan humilde como conmovedora: “Mientras pueda ser útil”.
Para Gloria, su padre sigue siendo una herramienta en las manos de Dios, dispuesto a hacer todo lo que pueda hasta que llegue el turno de su sucesor.
“Es una bendición verlo aún tan agudo y capaz, con la ayuda de su esposa y del Padre Celestial”.
Un legado de fe y servicio
Tener a un profeta como padre o abuelo no es solo una bendición, es un recordatorio constante del poder de la fe y del servicio a Dios. El presidente Russell M. Nelson ha dedicado su vida al Evangelio, y su familia ha sido testigo de cómo, a través de los años, ha seguido adelante con fortaleza y amor.
Como lo expresó su nieto Russell Irion:
“Él estaba listo para ser una herramienta en las manos de Dios, y creo que lo está haciendo maravillosamente”.
Para los hijos y nietos del presidente Nelson, tener un profeta en la familia es un testimonio viviente de la grandeza del plan de Dios y un recordatorio de la importancia de seguir adelante con fe.
Fuente: Deseret News