Se dice que los ángeles no tienen género, ¿verdad? Cuando se trata de ángeles, este es uno de los principales conceptos en los que muchas personas creen. Así que vamos a aclarar esta duda de una vez por todas.
¿Qué dicen la Biblia y otros libros sagrados sobre esto?
Y hubo una gran batalla en el cielo. Imagen: Canva
En el Apocalipsis, la Biblia nos habla sobre una batalla en los cielos:
“Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni fue hallado más su lugar en el cielo.
Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, quien engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”. (Apocalipsis 12:7-9)
Ahora, en Abraham 3 tenemos una explicación sobre el motivo de esta guerra:
“Y el Señor dijo: ¿A quién enviaré? Y respondió uno semejante al Hijo del Hombre: Heme aquí; envíame. Y otro contestó, y dijo: Heme aquí; envíame a mí. Y el Señor dijo: Enviaré al primero”.
Lucifer se reveló contra Dios. Fuente: Internet
Las revelaciones modernas también nos ayudan a entender mejor este evento. Aprendemos en Doctrina y Convenios 29 que:
“Pues, he aquí, este existió antes que Adán, porque se rebeló contra mí, diciendo: Dame tu honra, la cual es mi poder; y también alejó de mí a la tercera parte de las huestes del cielo, a causa de su albedrío; y fueron arrojados abajo, y así llegaron a ser el diablo y sus ángeles”. (Doctrina y Convenios 29:36-37; 76:25-27).
¿Los ángeles tienen género?
¿Los ángeles tienen género? Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Este evento en la vida preterrenal fue crucial, e Isaías también lo mencionó en su profecía (Isaías 14:12-15). Sin embargo, la duda que algunas personas plantean no es tanto sobre la batalla en sí, sino sobre el “género de los ángeles”. ¿Acaso los ángeles tienen género?
¡Sí! De acuerdo con las creencias de los Santos de los Últimos Días, los ángeles (ya sean de la esfera preterrenal, terrenal o post terrenal) son, en efecto, seres que pueden ser masculinos o femeninos, al igual que nosotros. Esto difiere de otras creencias cristianas que enseñan que los ángeles no tienen género.
“La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, emitida por la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles, afirma:
““Todos los seres humanos, hombres y mujeres, son creados a la imagen de Dios. Cada uno es un amado hijo o hija espiritual de padres celestiales y, como tal, cada uno tiene una naturaleza y un destino divinos. El ser hombre o mujer es una característica esencial de la identidad y el propósito eternos de los seres humanos en la vida premortal, mortal y eterna”.
The Agony in the Garden by Frans Schwartz.
Entonces, Lucifer, Jehová, Miguel y otros eran del género masculino. Y, por supuesto, también había espíritus del género femenino. Eva, por ejemplo, fue preordenada para ser la madre de la humanidad en la vida preterrenal, al igual que Ester fue elegida para salvar a su pueblo (Ester 4:14).
Incluso después de morir, seguimos siendo individuos masculinos o femeninos. En una visión, el profeta Joseph Fielding Smith vio “nuestra gloriosa madre Eva, con muchas de sus fieles hijas que habían vivido en el curso de las edades y adorado al Dios verdadero y viviente” (Doctrina y Convenios 138:39).
También vio profetas y siervos de Dios, todos manteniendo su género masculina (D. y C. 138:38, 40-49). Ahora, la gran duda que algunos plantean es: “¿Acaso los seguidores de Satanás eran solo espíritus de género masculino?”
¿Los seguidores de Satanás eran todos hombres?
“Los hijos de los hombres eran los inicuos”. Imagen: Shutterstock
Algunas creencias afirman esto apoyándose en la doctrina de los nefilim. Una de las interpretaciones de Génesis 6:4 sugiere que los ángeles se unieron con mujeres mortales y engendraron gigantes. Otros versículos en Números 13:22 y 33 también se usan como base para esta teoría.
Sin embargo, el contexto de estos pasajes es diferente. El Manual del Alumno de La Perla de Gran Precio explica que “los hijos de los hombres eran los inicuos, en contraste con los hijos de Dios, que fueron los discípulos del convenio de Dios” (Moisés 8:13–15).
Muchas personas creen que más hombres siguieron a Lucifer porque “hay más mujeres que hombres en el mundo”, pero esta idea no tiene mucho sentido.
Por ejemplo, Brasil tiene casi 4 millones más de mujeres que hombres, pero esta diferencia solo surge después de los 25 años, cuando la tasa de mortalidad de varones, debido a la violencia y otros factores, comienza a ser mayor.
Por lo tanto, aunque nazcan más niños que niñas, la tasa de mortalidad entre los hombres es mayor. Así que usar esta lógica para decir que había más hombres siguiendo a Satanás no tiene fundamento.
Las elecciones de los hijos de Dios
Lo que tenemos son las Escrituras que enseñan sobre nuestro albedrío. Imagen: Shuttrestock
No tenemos cómo saber cuántos hijos de género masculino y femenino tuvo Dios, ni cuál era la proporción de esos hijos que siguieron a Satanás.
Creemos que, así como aquí en la Tierra hay hombres buenos y malos, y mujeres buenas y malas, en los cielos también había tanto espíritus de género masculino así como femeninos que eligieron seguir a Satanás.
Algunas personas pueden argumentar que las mujeres son más fieles y espirituales, pero no hay ninguna escritura que afirme que el 100% de las mujeres fueron fieles durante la batalla en los cielos.
Entonces, si consideramos que algunas mujeres en la Tierra usan su albedrío para cometer pecados, como las hijas de Noé que se casaron fuera del convenio y provocaron la ira del Señor, o Jezabel, que mató a muchos profetas (1 Reyes 18:4), no es difícil imaginar que algunas hayan tomado decisiones similares en el cielo.
Al final, sabemos que Lucifer se rebeló y que un tercio de los espíritus lo siguió, pero no tenemos todos los detalles sobre esa batalla ni si sus seguidores eran todos espíritus de género masculino.
Lo que tenemos son las Escrituras que enseñan sobre nuestro albedrío y la importancia de nuestras decisiones, tanto en la vida preterrenal como aquí en la Tierra.
Fuente: maisfe.org
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