Servir una misión de tiempo completo es una de las experiencias más desafiantes y gratificantes que alguien puede vivir. Sin embargo, no todo es color de rosa, y como dice la hermana Ferguson, “A veces, la vida está muy difícil”.
Pero ella es un claro ejemplo de que, a pesar de las pruebas, se puede encontrar alegría y propósito cuando se sirve una misión de tiempo completo para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Conociendo a la hermana Ferguson
La Hermana Ferguson es una joven de Salt Lake City, Utah, que decidió dedicar 18 meses de su vida para servir como misionera en Nueva Inglaterra. Entre sus pasatiempos, le encanta jugar tenis, viajar y aprender sobre diferentes culturas. Pero su mayor pasión es compartir el mensaje de Jesucristo y cómo el evangelio puede transformar vidas.
En sus propias palabras:
“Yo sé que el evangelio es muy especial porque nos permite tener una vida llena de felicidad y propósito”.
Esta convicción no ha sido fácil de alcanzar. Como muchos otros misioneros, ella ha enfrentado desafíos, momentos de tristeza y días en los que las cosas no salen como se espera. Sin embargo, su fe en Jesucristo la ha ayudado a superar cada obstáculo y mantener una actitud positiva.
“No somos perfectos, pero lo importante es que estamos tratando constantemente”, dice la hermana Ferguson, reflejando su espíritu resiliente.
Servir con alegría, pase lo que pase
La vida misionera puede ser difícil, ya sea por el cansancio físico o los desafíos emocionales. A veces las puertas no se abren, las lecciones no progresan o las personas no están interesadas. Pero lo que distingue a los misioneros como la hermana Ferguson es su capacidad de encontrar gozo en medio de las dificultades.
Ella sabe que el verdadero propósito de la misión no está en los resultados inmediatos, sino en el crecimiento espiritual y en el servicio desinteresado.
El élder Dieter F. Uchtdorf, un líder de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ha enseñado:
“El gozo no tiene nada que ver con las circunstancias de nuestra vida y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida”. La Hermana Ferguson personifica esta enseñanza al enfocarse en Cristo, incluso en medio de las pruebas.
Ayudar a otros, crecer en la fe
El objetivo de la misión no es solo enseñar a otros, sino también fortalecer el propio testimonio. La hermana Ferguson no solo está ayudando a las personas a acercarse a Cristo, sino que también está encontrando su propio camino hacia Él.
“Nuestro Padre Celestial nos ama mucho y quiere que sigamos el ejemplo de Jesucristo”, comparte con la certeza de que, aunque el camino no siempre es fácil, siempre vale la pena.
En resumen, la historia de la hermana Ferguson nos recuerda que servir con felicidad, pase lo que pase, es posible cuando centramos nuestra vida en Jesucristo. Su ejemplo nos enseña que, aunque enfrentemos desafíos, siempre podemos superarlos con fe, buen humor y un corazón dispuesto a amar y ayudar a los demás.
Fuente: Publicación de Facebook