Más de 12,000 Santos de los Últimos Días ofrecen esperanza tras huracanes devastadores

esperanza tras huracanes devastadores

En los últimos días, más de 12,000 voluntarios de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se han unido para brindar socorro tras el impacto de los huracanes Helene y Milton.

Con una dedicación admirable, han donado 170,000 horas de su tiempo, asistiendo a más de 5,700 hogares afectados. Según el reporte reciente de ChurchofJesusChrist.org, este esfuerzo masivo ha sido un testimonio de servicio y amor al prójimo.

La furia de los huracanes

El huracán Milton azotó Florida el 9 de octubre, tocando tierra cerca de Sarasota como una tormenta de categoría 3. Las consecuencias fueron devastadoras: inundaciones desde Jacksonville hasta los Everglades, apagones que dejaron a más de 3 millones de personas sin electricidad, y más de 40 tornados en el centro y sur de Florida.

Los medios informan que la cifra de fallecidos oscila entre 10 y 20 personas, y las comunidades están luchando por recuperarse.

Voluntarios de Cartersville Georgia. La zona fue duramente golpeada por el huracán Helene. Imagen: Church News

Voluntarios de Cartersville Georgia. La zona fue duramente golpeada por el huracán Helene. Imagen: Church News

Pero antes de Milton, el huracán Helene ya había dejado una huella trágica en la región de Big Bend, Florida, el 26 de septiembre. Este huracán de categoría 4 trajo consigo vientos de hasta 140 millas por hora, lluvias torrenciales y una marejada ciclónica que batió récords.

Helene ha sido el huracán más fuerte en golpear esta zona desde el devastador Katrina en 2005, con más de 200 muertes confirmadas hasta el 7 de octubre.

Voluntarios en acción

Los Santos de los Últimos Días no dudaron en ponerse manos a la obra tras estas catástrofes. Durante el fin de semana del 12 y 13 de octubre, evaluaron daños y ayudaron a vecinos en las áreas más afectadas de Florida. Afortunadamente, todos los misioneros están a salvo, aunque algunos edificios de la Iglesia sufrieron daños.

Presidente de la Estaca de Asheville Carolina del Norte, Kyle S. Gillett, a la derecha, abraza al presidente de la Rama Micronesia local de la Iglesia durante los esfuerzos de socorro después del huracán Helene en octubre de 2024.

Presidente de la Estaca de Asheville Carolina del Norte, Kyle S. Gillett, abraza al presidente de la Rama Micronesia durante los esfuerzos de socorro después del huracán Helene. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Para el siguiente fin de semana, el 19 y 20 de octubre, la Iglesia ha organizado centros de mando en Florida para coordinar los esfuerzos de socorro, con la participación estimada de 5,500 voluntarios.

“El trabajo de socorro en casos de desastre es realmente el 99 que busca al 1”, comentó el élder John D. Amos, miembro del Comité de Respuesta a Desastres del área. “No solo eliminamos árboles o limpiamos casas; estamos restaurando la esperanza y trayendo paz. Al hacerlo, vivimos los grandes mandamientos de amar a Dios y al prójimo”.

La mejor manera de ayudar

Tras el huracán Helene, la Iglesia envió camiones cargados con agua, alimentos, kits de higiene y otros suministros esenciales a las zonas más necesitadas. Además, los misioneros colaboraron en la limpieza de áreas devastadas por la tormenta en el sureste de Estados Unidos.

El presidente Kyle S. Gillett, líder de la Estaca de Asheville en Carolina del Norte, expresó la importancia del servicio desinteresado en momentos de necesidad:

“Es hermoso ver a los creyentes unirse en el servicio. No son solo los miembros de la Iglesia quienes ayudan; muchas personas buscan hacer lo que Cristo haría en este momento”.

Gillett también aconsejó que quienes deseen ayudar, comiencen por cuidar de sus propias comunidades antes de ofrecer su apoyo en otros lugares. Citando al élder Dieter F. Uchtdorf, dijo: “Párense juntos y levanten donde están”. Una vez que las comunidades locales estén seguras, entonces es momento de extender la mano a los demás.

Aquellos que deseen contribuir pueden visitar JustServe.org para encontrar oportunidades de servicio local o considerar hacer donaciones al Fondo Humanitario de la Iglesia.

El poder de la organización

Melody y Paul Hailstone, especialistas de JustServe en Georgia, subrayaron que la mejor manera de ayudar desde fuera de las áreas afectadas es donando a organizaciones confiables que conocen las necesidades específicas de los damnificados.

“Esas organizaciones pueden proporcionar lo que realmente necesitan las personas en esos momentos de sufrimiento”, dijo Melody.

Además, Paul destacó que los especialistas locales de JustServe están mejor preparados para coordinarse con las organizaciones de socorro y avisar cuando estén listos para recibir voluntarios.

“Desastres como este nos recuerdan cuántas personas y organizaciones están haciendo el bien, siguiendo las enseñanzas de Cristo”, añadió.

El espíritu de servicio surge naturalmente tras un desastre, y la mejor manera de nutrir ese impulso es sirviendo a nivel local. Tal como dijo Paul Hailstone:

“Esa tradición de servicio se convierte en un hermoso y continuo aspecto de tu discipulado”.

Fuente: Church News

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