La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está brindando refugio a cerca de 900 personas, tanto miembros como no miembros, tras el paso de la tormenta tropical Trami que viene azotando Filipinas.
La tormenta, conocida localmente como Tifón Kristine, el más mortal de los 11 ciclones que han impactado al país este año, tocó tierra el 24 de octubre, causando graves daños y pérdida de vidas.
Hasta el 28 de octubre, se estima que hay al menos 152 personas fallecidas o desaparecidas y que más de 5.9 millones de personas se encontraban en la ruta de la tormenta en las provincias del norte y centro de Filipinas.
Afortunadamente, todos los misioneros que sirven en las áreas afectadas han sido localizados y se encuentran a salvo.
La página de Facebook de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Filipinas expresó el 25 de octubre su profunda preocupación por los afectados por el tifón, ofreciendo oraciones y apoyo.
“Nos unimos en oraciones sinceras por todos los afectados por el tifón Kristine y las fuertes lluvias, inundaciones y devastación que ha causado… Esperamos verdaderamente que encuentren paz, fortaleza y consuelo en estos momentos tan difíciles, y ofrecemos nuestro apoyo a las familias que enfrentan pérdidas y desafíos”, declaró la publicación.
Asimismo, los centros de reuniones (capillas) de la Iglesia se abrieron para acoger a las personas afectadas por la tormenta, proporcionando un lugar de resguardo en medio de las intensas lluvias, fuertes vientos y peligrosas inundaciones.
A medida que la tormenta continúa desplazándose por la región, la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas está monitoreando de cerca el tifón Kong-rey, que se espera traiga fuertes lluvias y vientos intensos al norte de Luzón.
La Iglesia sigue comprometida a ayudar a los necesitados y a brindar ayuda humanitaria según sea necesario.
Fuente: Church News