El mundial de fútbol del 2014 y el carnaval celebrado durante 40 días de cada año es para Brasil un país conocido como el país sudamericano más grande y uno de los más grandes del mundo, motivo de fiesta y celebración, donde las carrosas, disfraces, bailes populares, junto con la pelotas, camisetas de fútbol y los estadios repletos de aficionados se vuelven lo más popular durante cada una de esas épocas.
Motivo de felicidad para el pueblo y el gobierno brasileño, también podría haber un término o situación que podría definirse en una palabra, y que es uno de los grandes problemas para el gobierno brasileño.
La palabra “liberal” está definida en el diccionario como la definición de aquel o aquello que obra con liberalidad, tolerante o abierto y es sin duda este comportamiento uno de los grandes problemas no solo en Brasil durante estas épocas, sino en todo el mundo.
Eso se refleja en que poco antes del comienzo del carnaval y debido a los excesos vividos, el gobierno brasileño repartió 68 millones de preservativos como parte de la campaña de prevención del SIDA. Lo mismo ha acontecido poco antes del comienzo del mundial de Brasil 2014, donde el gobierno y algunas organizaciones en contra de las enfermedades de transmisión sexual repartieron 2 millones de preservativos. Ese no es solo un problema para el gobierno brasileño, incluso no es solo un problema para el mundo, ya que la falta de castidad, conocida como la pureza sexual entre un hombre y una mujer, es un problema también para un Padre Celestial que a través de las escrituras invita a Sus hijos, “Pero por causa de las fornicaciones, cada uno tenga su esposa, y cada una tenga su marido” (1 Corintios 7:2).
Creemos en la Ley de Castidad
Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, “Creemos en ser honrados, verídicos, castos…” (Artículos de fe N. 13).
Es la Ley de Castidad un mandato dado por Dios, que las escrituras consideran como sagrado, dando a nuestro cuerpo el término de “Templo de Dios” (1 Corintios 6:18-19). Más allá de la preocupación del pueblo brasileño ante cualquier enfermedad es también un motivo de enfermedad espiritual, ya que como miembros de la Iglesia consideramos la Ley de Castidad como algo sagrado, un mandato no una sugerencia, un mandato que se nos ha dado para cuidarnos de toda enfermedad y dolor, consideramos cualquier tipo de relación sexual como un momento reservado solo para un hombre y una mujer legítimamente casados.
Dos decisiones diferentes
Son las mismas escrituras la muestra de la importancia de tomar la decisión correcta ante esta situación, con el ejemplo de dos grandes hombres. Uno es José aquel joven que fue vendido a Egipto y que después de haber sido comprado como esclavo por Potifar, oficial del faraón, fue recibiendo la ayuda del Señor, tanto que fue hecho mayordomo y su amo le entrego todo lo que tenía, hasta que la esposa de su amo puso sus ojos sobre él y le pidió acostarse con ella, la decisión de José no era nada fácil ya que él sabía que antes de pecar contra su esposa y el faraón, pecaría contra Dios, huyó y aunque fue acusado falsamente la decisión que él tomó junto con otras, le ayudaron, a que Jehová siempre estuviera con él y lo hiciese prosperar (Génesis 39:1-12).
Otro es David aquel hombre que en su juventud venció al filisteo Goliat, que la mano del Señor estaba con él hasta ser nombrado Rey de Israel, pero que tomó la decisión equivocada y que al pasear por su terraza y ver a Betzabé, la esposa de Urías, se enamoró de ella hasta hacerla traer y acostarse con ella, que debido a su autoridad como Rey de Israel mando a Urías al frente en de la batalla y a los demás dejarlo solo, para así quedarse con Betzabe, después del pecado cometido contra Betzabe y del pecado cometido contra Urías, como su asesinato, los últimos 20 años de su vida estuvieron llenos de desgracias.
Esa fue la decisión de dos grandes hombres, que aunque la mano del Señor estaba con ellos decidieron tomar decisiones diferentes ante aquel problema o situación conocido desde hace mucho, y no solo desde hoy en día por el mundo y el pueblo brasileño. Es la falta de castidad un problema que nos puede traer no solo una enfermedad física, sino una enfermedad del alma que tal vez nunca llegue sanar, ante la cual el mundo es libre de elegir entre ese error o poder testificar y recitar las palabras de Pablo al joven Timoteo en el Nuevo Testamento y decir “[Somos] ejemplos de creyentes, en palabra, en conducta y en pureza…” (1 Timoteo 4:12).
Soy Lehi Vega, tengo 24 años y vivo en México. Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desde mi infancia y serví una misión en Perú. Soy segundo consejero de la organización de Hombres Jóvenes del Barrio Tecnológico, de la Estaca Celaya. Me encanta la música y cantar, así como correr y el fútbol.