Pregunta
¿Acaso la Iglesia de Jesucristo se estableció en el Antiguo Testamento?
Respuesta
La historia y doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están profundamente entrelazadas con las enseñanzas y principios encontrados en el Antiguo Testamento.
Aunque la Iglesia, tal como se instruyó por Jesucristo durante Su ministerio terrenal, se estableció formalmente en el siglo XIX, sus raíces se remontan a las enseñanzas fundamentales, los convenios y las tradiciones proféticas de las escrituras antiguas.
El Antiguo Testamento, valorado por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no es solo un registro histórico antiguo, sino un puente que enlaza las enseñanzas de los primeros profetas con el evangelio de Jesucristo.
En sus páginas se encuentran las semillas de doctrinas que más tarde florecerían en las enseñanzas adoptadas por los Santos de los Últimos Días. Esta conexión destaca la continuidad del plan de Dios y la importancia de los convenios a lo largo de la historia.
Comprender esta conexión aumenta nuestro amor por el mensaje del evangelio y la importancia del Antiguo Testamento en la fe de los Santos de los Últimos Días.
En el Nuevo Testamento, la palabra “iglesia” proviene del término griego ekklēsia, que significa una reunión o asamblea de creyentes. Este concepto tiene un paralelo en el Antiguo Testamento, donde se usan términos hebreos como qāhāl y ‘ēdâ para identificar reuniones similares del pueblo de Dios.
Estos términos no solo significan asambleas físicas, sino también comunidades espirituales unidas por la fe y el convenio. El Antiguo Testamento establece la idea de un pueblo elegido, un tema que resuena en las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El liderazgo profético es un tema central en la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con raíces firmemente plantadas en el Antiguo Testamento. Las vidas de profetas como Moisés y Elías ejemplifican el llamado divino a guiar al pueblo de Dios.
Estas figuras proféticas no solo guían a sus contemporáneos, sino que también sientan un precedente para la revelación continua y el liderazgo dentro de la Iglesia. Las doctrinas establecidas por estos antiguos profetas siguen informando la comprensión de la autoridad y la guía divina en la Iglesia actual.
En el corazón de la creencia de los Santos de los Últimos Días está el Convenio Abrahámico, articulado por primera vez en el Antiguo Testamento. Este convenio se considera una promesa divina que abarca tierra, descendencia y bendiciones, y es fundamental para la identidad y misión de los Santos de los Últimos Días.
Este convenio no solo moldea las identidades individuales, sino que también se alinea con la misión de la Iglesia de reunir a Israel y prepararse para la Segunda Venida de Cristo, conectando promesas antiguas con su cumplimiento en los tiempos modernos.
La relación entre el Antiguo Testamento y otras escrituras de los Santos de los Últimos Días, como el Libro de Mormón, revela una profunda interconexión. Las enseñanzas del Antiguo Testamento sirven como ideas fundamentales para revelaciones posteriores, y su familiaridad se asume en el lenguaje del Libro de Mormón.
Esta conexión ilustra cómo el Antiguo Testamento informa las doctrinas, prácticas y la comprensión cultural de los Santos de los Últimos Días modernos.
Jesucristo, quien es centro de la fe de los Santos de los Últimos Días, frecuentemente citó y enseñó del Antiguo Testamento durante Su ministerio terrenal.
Esta continuidad de enseñanza destaca la importancia del Antiguo Testamento para comprender la misión y divinidad de Jesucristo, reforzando así la creencia de que el evangelio siempre ha sido parte del plan de Dios.
El Antiguo Testamento describe a los israelitas como una comunidad de convenio elegida por Dios, un concepto que tiene un paralelo en el establecimiento de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
La noción de un pueblo elegido persiste en la teología de los Santos de los Últimos Días, donde los adherentes modernos son vistos como una continuación de esta relación de convenio. Esta perspectiva conecta a la antigua comunidad de convenio con la Iglesia actual, reforzando la creencia de que el mismo Dios que guió a Israel sigue guiando a Su pueblo hoy.
Los Santos de los Últimos Días creen que, tras la muerte de los apóstoles, ocurrió una gran apostasía, lo que hizo necesaria la restauración de la verdadera Iglesia en los últimos días.
Esta restauración se ve como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento sobre la reunión de Israel y el establecimiento del reino de Dios en los últimos días. Por lo tanto, aunque La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días no se estableció en el Antiguo Testamento, sus enseñanzas y principios están profundamente arraigados en las escrituras antiguas, que sentaron una base profética para la fe moderna.
Al estudiar el Antiguo Testamento, los Santos de los Últimos Días no solo obtienen un mayor entendimiento de su fe, sino que también aceptan un legado de guía divina que comenzó mucho antes de la organización de la Iglesia.
Además, se nos invita a todos a explorar la profundidad del evangelio y fomentar una relación más cercana con las escrituras, fortaleciendo así su fe y compromiso con las promesas eternas de Dios.
Fuente: Ask Gramps
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