Los misioneros Santos de los Últimos Días, tanto los élderes como las hermanas, tienen una regla muy clara: no pueden salir en citas ni tener ningún tipo de relación romántica durante su misión.
Tal vez te parezca extraño, pero hay una razón importante detrás de esto.
Uno de los mayores propósitos del servicio misionero es ayudar a más personas a conocer a Jesucristo y Su evangelio.
Este servicio voluntario permite que jóvenes solteros, hombres de entre 18 y 25 años y mujeres mayores de 19 años, dediquen 18 o 24 meses a enseñar y guiar a otros a acercarse más a Cristo.
Durante este tiempo, los misioneros dejan su hogar, sus estudios, su trabajo, a su familia y amigos, comprometiéndose a servir con todo su corazón.
Debido a que este periodo es sagrado y limitado, donde literalmente representan a Jesucristo, los misioneros se centran completamente en Su obra, por lo que no se involucran en relaciones románticas.
Es la introducción del manual misional, la primera presidencia hace la siguiente declaración:
“Usted ha sido llamado por revelación a través de los siervos escogidos de Dios para ayudar a los apóstoles en esta gran obra de llevar el evangelio de Jesucristo al mundo a fin de hace[r] discípulos a todas las naciones…
Para ser un misionero eficaz, usted debe ser un discípulo fiel de Jesucristo. Lo invitamos a ampliar sus talentos y habilidades para la gloria de Dios. Jesucristo lo magnificará.
El Padre Celestial lo ama y Él lo ayudará a amar y bendecir a Sus hijos en cualquier lugar donde sirva. Él le dará poder a usted y a las personas que usted sirve, mediante la expiación de Jesucristo, para que realmente sean ‘convertidos al Señor’ (Alma 23:6)
La Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles aprueban estas normas misionales. Lo ayudarán a protegerse física, espiritual y emocionalmente, y lo ayudarán a ser el discípulo que Jesucristo necesita que usted llegue a ser”.
“Nunca esté solo”
Una regla clave en la misión es nunca estar a solas, siempre estar con su compañero. El manual lo explica así:
“Permanecer con su compañero le brindará protección de peligros físicos y espirituales, de falsas acusaciones y de la soledad. Obedezca esta norma misional en todo momento y en todo lugar. Nunca esté solo”.
Entre los estándares de conducta incluidos en el manual están:
- Permanezca siempre con su compañero.
- Evite situaciones que puedan volverse física o espiritualmente peligrosas o que puedan malinterpretarse.
- No coquetee ni se relacione inapropiadamente con nadie. Limite a un apretón de manos el contacto físico con alguien del sexo opuesto.
- Asegúrese siempre de que otro adulto de su mismo sexo esté presente con usted y su compañero cuando visite a una persona del sexo opuesto, le enseñe, viaje con la persona o comparta una comida con ella.
Aunque pueda resultar inusual que los misioneros permanezcan constantemente con sus compañeros y limiten sus interacciones con personas del sexo opuesto, estas normas buscan que los misioneros se dediquen al 100% a su propósito como representantes de Jesucristo.
Representantes de Jesucristo
Contrario a lo que podría parecer, no creemos en el celibato. De hecho, el matrimonio es parte de nuestro crecimiento espiritual. Sin embargo, como se enseña en Eclesiastés 3:1:
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.
De esta manera, durante su misión, los misioneros eligen no salir en citas para enfocarse en su llamamiento.
Si un misionero tiene una novia o una misionera tiene un prometido (desde antes de salir de la misión), pueden mantener la relación a distancia, sin interacciones físicas, solo comunicándose por correo electrónico o videollamadas en los días asignados para ello y sin que los distraiga de su servicio.
Aunque 18 o 24 meses puedan parecer mucho tiempo, la mayoría de los que han servido como misioneros coinciden en que el tiempo pasa rápido y que volverían a hacerlo todo de nuevo, igual o mejor.
Cuando una persona está comprometida con su decisión de servir en la misión, dedicar dos años sin interacciones románticas con alguien del sexo opuesto no resulta difícil.
El manual Predicad Mi Evangelio le recuerda a los élderes y hermanas:
“Usted es llamado y apartado ‘para proclamar alegres nuevas de gran gozo, sí, el evangelio eterno’ (Doctrina y Convenios 79:1). Al igual que los hijos de Mosíah, usted puede enseñar con la autoridad y el poder de Dios (véase Alma 17:2–3).
Bajo la dirección de Cristo, la autoridad para predicar el Evangelio fue restaurada a través del profeta José Smith. Cuando se le apartó como misionero, usted recibió esa autoridad. Con ella tiene el derecho, el privilegio y la responsabilidad de representar al Señor y enseñar Su Evangelio.
Esta autoridad incluye la responsabilidad de vivir digno de su llamamiento. Considere su apartamiento en forma literal. Manténgase alejado del pecado y de cualquier cosa que sea grosera o vulgar, manténgase alejado de las vías y los pensamientos del mundo.
Siga las normas que se encuentran en Normas misionales para los discípulos de Jesucristo. Como representante del Señor, sea ‘ejemplo de los creyentes’ (1 Timoteo 4:12) y honre el nombre de Jesucristo con sus acciones y palabras”.
Como misioneros, somos representantes de Cristo, y no hay nada más importante que honrar este sagrado llamamiento.
Fuente: maisfe.org
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@masfe.org Uno siempre extrañará esos lugares en donde fue verdaderamente feliz. Vuelve a la iglesia, Dios te está esperando con los brazos abiertos. Te prometo que aunque volver sea difícil al principio, al final valdrá mucho la pena 🥺❤️🩹 #volver #iglesia #predicar #volveralcamino #cristianos #sud #jesus #felicidad #extrañar #teextraño #biblia