Desde las primeras horas de la tarde del 22 de febrero, miles de personas hicieron fila con entusiasmo frente al Estadio Nacional de Lima. La emoción era palpable. Y no era para menos: el Coro y la Orquesta del Tabernáculo en la Plaza del Templo estaban a punto de ofrecer el concierto más grande de su historia.
Alrededor de 34,000 personas se congregaron en el estadio al aire libre más grande de Perú para ser parte del evento «Canciones de Esperanza«. Este concierto, parte de una gira multianual, no solo ofreció música de inspiración, sino también un mensaje de unidad, fe y amor.
Una experiencia inolvidable
El ambiente festivo comenzó desde el preshow con la energía de la banda boliviana Los Kjarkas, cuyos ritmos andinos pusieron a bailar al público. Grandes pantallas ubicadas en todo el estadio aseguraban que nadie perdiera ni un solo detalle.
Cuando las luces se atenuaron y el sonido de una caracola anunció el inicio del concierto, el público estalló en aplausos. El coro y la orquesta, dirigidos por Mack Wilberg y Ryan Murphy, abrieron la noche con «Alaba al Señor, el Todopoderoso» en inglés y español, seguido de un emotivo «Hijos del Señor venir«.
Mensajes de esperanza y fe
El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dio la bienvenida con un mensaje conmovedor:
«La esperanza y la paz duraderas son posibles gracias a la Expiación y Resurrección de Jesucristo. Esta noche, lo honramos, celebramos Su amor y damos gracias por Sus bendiciones».
Sus palabras resonaron profundamente en los corazones de quienes estaban presentes y de miles que seguían la transmisión en vivo a través de YouTube.
Artistas invitados y momentos emotivos
El concierto también contó con la participación de reconocidos artistas latinoamericanos que aportaron un toque especial. Entre ellos, el ganador del Grammy Latino, Fonseca, emocionó al público interpretando «Soy un hijo de Dios», un himno que muchas personas corearon con fervor.
«Cuando canto sobre el arroyito, pienso en la familia. Todos somos hermanos y hermanas«, expresó Fonseca, destacando el poder unificador del amor.
Adassa, conocida por dar voz a Dolores en la película Encanto de Disney, también cautivó al público con su interpretación de «Dos Oruguitas» y un mensaje inspirador: «La fe y el amor van juntos porque la fe es la mejor amiga de la esperanza».
El cantante peruano Mauricio Mesones puso al público de pie con «La Cumbia del Amor«, un homenaje a la alegría y la esperanza que caracterizan a las culturas latinoamericanas.
Un símbolo de unidad
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la presentación del Coro cantando «Contigo Perú», de esa manera se rindió honor al país que dio la bienvenida al coro en su gira por Sudamérica.
La familia Fabre, de Ecuador, interpretó un hermoso popurrí de «Mi Padre Celestial me ama» y «Oración de un niño«, que tocó los corazones del público y destacó la profunda conexión entre la música y la fe.
Más allá del estadio
El concierto no solo se vivió en el Estadio Nacional. Gracias a la transmisión en vivo, más de 85,000 personas de distintos países lo disfrutaron en tiempo real. Además, se organizaron fiestas de observación en ciudades como Guayaquil, Santa Cruz y Cali, donde más personas pudieron compartir este mensaje de esperanza.
Al finalizar, con el clásico «Hallelujah» de El Mesías de Handel y «Para siempre Dios esté con vos», el público se puso de pie en una ovación que parecía no terminar.
El Coro del Tabernáculo no solo había ofrecido un concierto, había regalado una experiencia que quedó grabada en el alma de quienes estuvieron allí.
¿Te lo perdiste? Puedes revivir este histórico concierto en el canal de YouTube del Coro del Tabernáculo y seguir disfrutando del mensaje de esperanza que llevó a miles de personas en Lima, Perú.