Cuando pensamos en los lazos que unen a una familia, a menudo vienen a la mente cosas como los apellidos, las recetas de la abuela, las reuniones dominicales o incluso alguna canción que a todos les gusta. Pero ¿alguna vez has pensado que un himno puede ser parte de ese lazo espiritual? Eso fue exactamente lo que sucedió con una familia de fe en San Francisco.

Un legado que se canta con el corazón

El reverendo Dr. Amos C. Brown, pastor por casi 50 años en la iglesia bautista Third Baptist Church de San Francisco, fue homenajeado recientemente por su legado espiritual y su liderazgo. En ese servicio especial, su coro (dirigido por su antiguo alumno y ahora director de Broadway, James Davis Jr) cantó un himno muy especial: Come, Come Ye Saints, o ¡Oh, está Todo bien!, santos sin temor, el clásico himno pionero de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

¿Por qué un coro bautista cantaría un himno de la iglesia? Porque ese himno también es parte de su historia familiar. El reverendo Brown no solo lo amaba por su melodía, sino por su mensaje de perseverancia, esperanza y fidelidad a Dios, incluso en medio de las pruebas. Según su antiguo director musical, este himno ha sido cantado por su congregación por décadas.

Un padre espiritual que dejó huella

Durante el evento, Elder Matthew S. Holland, de los Setenta, habló en representación de la Primera Presidencia de la Iglesia y compartió cómo se sintió profundamente conmovido al escuchar el himno en una versión tan poderosa. “Eso es lo más tocado que me he sentido escuchando ese himno y lo he escuchado toda mi vida”, dijo.

En medio de ese momento espiritual, era el eco del legado de un hombre que lideró con fe, que marchó con Martin Luther King Jr., y que usó su vida para levantar a su comunidad. Un padre espiritual que, al igual que nuestros padres terrenales o nuestros líderes del sacerdocio, deja huellas que no se borran fácilmente.

Un himno, una familia, un mensaje

Una de las líneas favoritas del himno es:

“Aunque cruel jornada ésta es, Dios nos da Su bondad.”

Y aunque pueda parecer una frase antigua, en realidad es una promesa moderna. Para cada familia que enfrenta desafíos. Para cada padre que se esfuerza en silencio. Para cada creyente que sigue adelante con fe.

Imagen: Deseret News.

En palabras del nuevo pastor, el reverendo Devon Jerome Crawford, al terminar el himno:

“Alabado sea Dios. Todo está bien.”

¿Y nosotros?

La experiencia en la Tercera Iglesia Bautista nos recuerda que el Evangelio de Jesucristo tiene un poder unificador real.  Esto nos invita a preguntarnos: ¿qué cantan nuestras familias? ¿Qué mensajes espirituales viven en nuestras casas?

Y en un tiempo en que las diferencias pueden separarnos, ver a hermanos y hermanas de distintas tradiciones cantar con una sola voz, es un testimonio de que Cristo verdaderamente puede ser nuestro punto de encuentro. 

Así como los pioneros cruzaron desiertos y montañas con esperanza, así también muchos hoy cruzan pruebas, injusticias y dolores, confiando en que Dios ha preparado un lugar para ellos. Y mientras lo hacen, con gozo marchan. 

Fuente: Deseret News

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