Una historia que inspira desde las aulas

En medio de los desafíos del sistema educativo en Estados Unidos, una mujer decidió marcar la diferencia. Su nombre: Marva Collins, una educadora afroamericana que dejó su trabajo en el sistema público para fundar su propia escuela en su casa, dedicada a enseñar a niños de barrios vulnerables en Chicago.

A pesar de que muchos consideraban a estos estudiantes como casos perdidos o “inenseñables”, Collins creyó en ellos y les enseñó desde filosofía griega hasta Shakespeare, demostrando que con fe y disciplina, los niños podían superar cualquier expectativa.

Una idea que maduró con los años

En 1975, John Kunich, quien más tarde se uniría a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conoció la historia de Collins por medio de las noticias. Esa semilla quedó en su corazón por décadas, hasta que decidió escribir un musical sobre su vida: “Marva!”.

El proceso fue largo y poco convencional. Kunich, abogado militar sin formación musical formal, comenzó a escribir canciones guiándose únicamente por la letra. Décadas después, y ya retirado, logró desarrollar un guion completo con 21 canciones originales, colaborando con músicos profesionales para dar forma a la obra.

Fe, talento y propósito

Imagen: Church News

Kunich no solo escribió una historia poderosa. También reconoce que todo este proceso ha sido guiado por la mano de Dios. Desde su conversión en 1980, cuando conoció a los misioneros mientras servía en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, hasta su contacto directo con Marva Collins, cada paso ha tenido un propósito mayor.

Durante años visitó a Marva en su escuela y fue testigo del impacto real que tenía en la vida de sus alumnos. Uno de los momentos más emotivos fue cuando ella le pidió que una de las canciones del musical, Why I Teach, se tocara en su funeral. Según Collins, esa canción resumía perfectamente su misión en la vida.

El evangelio en escena

Ahora, el musical Marva! tiene una posibilidad real de llegar a Broadway. Dos productores ya están gestionando el proyecto con un director del circuito teatral de Nueva York.

Imagen: Church News

La obra, con un elenco mayoritariamente afrodescendiente y una mezcla de géneros como soul, rock y hip hop, promueve valores profundamente alineados con el evangelio: fe, esfuerzo personal y autosuficiencia.

Además, Kunich espera que parte de los ingresos del musical puedan destinarse a reabrir la escuela de Collins, cerrada por falta de fondos en 2008, o a fundar una organización sin fines de lucro enfocada en enseñar habilidades para la vida a jóvenes de zonas urbanas.

Un mensaje que trasciende generaciones

La historia de Marva Collins y el trabajo de John Kunich son una prueba de cómo los talentos individuales pueden ser consagrados al Señor. Como expresó el presidente de estaca Bryan Jenkins, el hecho de que un miembro utilice sus dones para compartir principios del evangelio “es una forma poderosa de brillar como luz en el mundo, ya sea desde un gran escenario o en uno pequeño”.

Y aunque Kunich nunca imaginó que terminaría escribiendo un musical, reconoce algo claro:

“Esto es mucho más de lo que yo podría haber hecho solo. Es como si alguien más hubiera escrito estas canciones”.

¿Y tú? ¿Qué talentos tienes que podrían bendecir a otros? A veces, las semillas que plantamos dan fruto en formas que nunca imaginamos.

Fuente: Church News 

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