Nota del editor: Las recientes inundaciones en el centro de Texas han dejado una profunda huella de dolor y pérdida. Ante esta tragedia, los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días han compartido un mensaje de fe, unidad y esperanza.

La presidencia del Área Suroeste de Norteamérica de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió una declaración oficial tras las devastadoras inundaciones que afectaron a múltiples comunidades en el centro de Texas.

“Lamentamos profundamente y oramos por aquellos que han perdido a seres queridos y amigos como consecuencia de estas devastadoras inundaciones”.

El mensaje, firmado por los élderes José L. Alonso, Michael A. Dunn y Jonathan S. Schmitt, destaca que, aun en medio de la pérdida y el dolor, el Señor extiende Su mano para consolar y sostener a los quebrantados de corazón.

“Creemos que el Señor está extendiendo Su mano para levantar y consolar a aquellos cuyos corazones necesitan refugio en este tiempo de gran dolor. Es en Él donde descubrimos la fuerza para vencer, el valor para perseverar y la paz que sobrepasa todo entendimiento”.

Esperanza en medio de la oscuridad

La declaración también reconoce el poder de la solidaridad, la compasión y el amor entre comunidades de distintas creencias:

“Hay esperanza en medio de la oscuridad mientras personas de todas las religiones se preparan para reconstruir sus comunidades y rodean continuamente a quienes sufren con brazos de amor”.

Cómo ayudar

Aunque el dolor es real y profundo, este llamado a la esperanza nos recuerda que el Evangelio de Jesucristo es una fuente constante de consuelo y luz, y que la unidad entre comunidades puede traer sanación y fortaleza.

Como miembros y amigos de la Iglesia, se nos invita a orar, servir y extender compasión sincera a quienes han sido afectados. Cada acto de amor cuenta.

Si deseas ayudar, puedes acercarte a tu barrio o rama local, coordinar esfuerzos de servicio o unirte a iniciativas comunitarias de apoyo y reconstrucción.

“El Señor sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas”.
(Salmo 147:3)

Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org