Durante la apertura del Hay Festival en Cartagena, uno de los encuentros culturales más importantes del mundo hispanohablante, se rindió un emotivo homenaje musical al reconocido cantautor colombiano Carlos Vives. El tributo se llevó a cabo en el histórico Teatro Adolfo Mejía ante un público entusiasta.
Entre los jóvenes talentos que participaron destacó Juan Sebastián Merlano Pérez, un intérprete del vallenato de 16 años, nacido en Arjona, Bolívar. Con su acordeón en mano, abrió el homenaje con los acordes de La Tierra del Olvido, aportando emoción, técnica y arraigo cultural a la velada. Su ejecución fue uno de los momentos más recordados del evento.
El tributo no solo reconoció la trayectoria de Vives, sino que también celebró el legado musical colombiano. El acordeón, instrumento esencial del vallenato, tuvo un papel protagónico en la presentación.

Juan Sebastián comentó:
“Fue un momento increíble. Tuvimos la oportunidad de conocer a Carlos Vives y compartir escenario con él. Es un sueño hecho realidad”.
El evento también reunió a otros jóvenes músicos de renombre, como José David Caraballo, actual rey juvenil del Festival de la Leyenda Vallenata, y Omer Yesid Villero. Ambos aportaron su talento al homenaje, elevando aún más la emoción de la noche.
Además de su destreza con el acordeón, Juan Sebastián es miembro activo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Hoy sirve como presbítero del Sacerdocio Aarónico. Para él, la música y el evangelio están profundamente conectados.
“Siento que Dios me ayuda cada vez que subo a un escenario. Gracias a la Iglesia he aprendido a tener confianza y a usar mis talentos para cosas buenas”.

Su madre, Yeismi Pérez Torres, acompaña de cerca su proceso artístico y espiritual. Por eso, expresó:
“Verlo crecer en la música y a la vez ser firme en sus principios nos llena de gratitud. Su talento es un don, y sabemos que viene de Dios”.
Por su parte, los líderes de su congregación local, como Juan Carlos Caicedo, consideran que su ejemplo es inspirador:
“Nuestros jóvenes pueden brillar en sus pasiones y mantener firme su testimonio. Juan ha sido constante en su fe desde pequeño. Ahora cosecha los frutos de su esfuerzo”.
Actualmente estudia Ingeniería Industrial. Al mismo tiempo, se prepara para servir una misión a tiempo completo. Su sueño es compartir el Evangelio y su música con personas de todo el mundo.
Este joven músico del acordeón,de Arjona, no solo ha conquistado corazones con su talento. También se ha convertido en un ejemplo de cómo los dones artísticos pueden ponerse al servicio de algo más grande.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org



