Decenas de personas esperaron con globos blancos y rosados, flores amarillas y pancartas hechas para dar la bienvenida a la hermana Salazar que después de servir como misionera de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la Misión Perú Lima Este durante los años 2021–2022.
Con una pancarta que decía “Misión cumplida”, acompañada de una gran fotografía de la misionera, su familia no escatimó esfuerzos para hacer de esta bienvenida un evento inolvidable.
El cartel también destacaba el nombre de la Iglesia, y muchas cámaras en alto formaban parte del paisaje. Era evidente que no se trataba de un regreso cualquiera, sino del final de una etapa sagrada.
@gab_salazarg 🍃Recuerdo este día y me pregunto: ¿qué habría sido de mi vida si no hubiera servido en una misión? No habría conocido a las personas maravillosas que conocí, 🥺 no habría aprendido amarlas al grado de alegrarme sinceramente cuando progresaban, pero sobre todo, no habría llegado a conocer a Jesucristo ❤️🩹 como ahora lo conozco. Valió la pena haber puesto en pausa mi vida por un año y medio. ❤️ . . #santosdelosultimosdias #sud #church #lds #ldschurch #mormon #mormontiktok #jesucristo #chicasud #misionerossud ♬ The Winner Is… Version – DeVotchKa
El ambiente estaba cargado de emoción. Cuando finalmente apareció, la joven misionera vestida con un vestido a rayas y empujando su maleta vino tinto, apenas pudo contener las lágrimas.
Caminaba con paso decidido, pero sus ojos ya buscaban entre la multitud a los suyos. Al reconocer a su familia, corrió con una mezcla de nervios y felicidad, dejando las maletas a un lado para fundirse en un abrazo largo y apretado con su madre, quien la esperaba con flores en las manos.
Uno por uno, los abrazos siguieron: su padre, sus hermanos, tíos, sobrinos, amigos. Cada encuentro era único. Los abrazos duraban más de lo normal, y en cada uno había lágrimas, risas y palabras que no se escuchaban, pero se sentían. Era el tipo de reencuentro que no necesita explicarse porque el amor lo dice todo.

Los presentes celebraban no solo el regreso físico de Gabriela, sino todo lo que simbolizaba: dos años de servicio, sacrificio, crecimiento personal y espiritual. Un período lejos de casa, dedicado a compartir su fe, a aprender a amar a desconocidos, a confiar más en Dios y en sí misma. El cartel no mentía: misión cumplida, y con creces.
Este tipo de escenas, aunque comunes dentro de la cultura Santos de los Últimos Días, siguen siendo profundamente humanas. Nos recuerdan el poder del reencuentro, de la familia, del sacrificio recompensado y de la fe compartida.
No hay manera de olvidar este momento, porque no se trata solo de la llegada de una joven con maletas y mochilas.
Se trata del retorno de una hija con el corazón más grande, la mirada más firme y la experiencia que deja haber servido a Dios y a su prójimo. Y en medio de flores, pancartas y abrazos, queda claro que fue un regreso lleno de amor.
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@masfe.org Lo que uno hace por su idónea 🙈 #karolg #jovenescristianos #sud #masfe ♬ original sound – Masfe.org




Waoo solo al ver y leer esta relato ,corren lagrimas por mi rostro, solo imaginar que faltan 7 meses para mi familia y yo vivir ese momento con mi niña quién sirve actualmente su misión de tiempo completo en Nicaragua Managua se que ella también está haciendo un excelente trabajo y sobre todo que mi padre celestial está muy complacido con lo que está llevando a cabo
¡Qué hermoso testimonio! Sin duda, la misión de tu hija es un gran ejemplo de fe y servicio. Que estos meses estén llenos de bendiciones para tu familia y que puedan disfrutar juntos ese momento tan especial.