Nota del editor: A veces, lo más sagrado no ocurre sobre un púlpito, sino en un escenario bajo las estrellas… o entre bambalinas.
“¡Fue una alegría multiplicada!” Así describió el élder Ronald A. Rasband su reciente experiencia en Nauvoo, ese lugar tan querido por los Santos de los Últimos Días y lleno de historia viva.
Junto a su esposa Melanie, el élder Rasband compartió la emoción de ver a su hijo, su nuera y a sus nietos participar en el emblemático Nauvoo Pageant, un evento que cada verano reúne a cientos de voluntarios para representar con música, danza y espíritu el poder del Evangelio Restaurado y el testimonio del Libro de Mormón.
“Estos espectáculos son recordatorios poderosos del sacrificio de los primeros santos que ayudaron a construir el Reino de Dios”, escribió.

Una obra de fe (dentro y fuera del escenario)
Además de presenciar la presentación, el élder Rasband y su esposa se reunieron con el elenco y el equipo técnico detrás del Nauvoo Pageant y el British Pageant, dos producciones que no solo narran historia, sino que también fortalecen testimonios.
En su mensaje, el élder Rasband recordó una cita del presidente David O. McKay:
“What e’er thou art, act well thy part”
(“Sea lo que seas, actúa bien tu parte”).
Y añadió con firmeza que no todos están en el papel principal, pero todos son esenciales. Desde los actores hasta los que manejan las luces, el vestuario o el sonido, cada esfuerzo suma para tocar corazones.

Tu papel en el Reino también importa
Conmovido por el espíritu del evento, el élder Rasband hizo una invitación que va más allá de los escenarios de Nauvoo:
“Todos tenemos dones y talentos dados por Dios. Úsalos para dar tu mejor esfuerzo en cada cosa que hagas”.
Sea cual sea tu parte —en tu familia, en la Iglesia, en la comunidad— tu contribución al Reino es valiosa y necesaria.

¿Y tú? ¿Cuál es tu papel?
Quizás no estés bajo los reflectores, pero Dios sí te ve. Tal vez tu rol parezca pequeño, pero es parte de algo eterno. Así como cada participante del Nauvoo Pageant tiene un lugar especial, tú también tienes uno en el gran escenario del plan de Dios.
Fuente: Ronald A. Rasband en Facebook



