Casi un mes después del trágico accidente de autobús que cobró la vida de 15 personas, incluidos 10 miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se dirigían a una actividad de jóvenes, cientos de personas se reunieron en Maputsoe, Lesotho, para recordar, llorar y conseguir consuelo.

Un pueblo unido en el dolor

Créditos: Jeffrey D. Allred, para Deseret News

El miércoles, cerca de 500 personas se congregaron bajo carpas en un campo de fútbol local para participar en un servicio conmemorativo lleno de mensajes de esperanza. Tres días después, más de 3,000 personas asistieron a un funeral colectivo para 11 de las víctimas. Cuatro funerales adicionales se realizaron por separado.

Entre los asistentes estuvieron líderes de la Iglesia como el presidente del distrito de Maseru, representantes de la Misión Johannesburgo Sudáfrica y el Setenta de Área, élder Siyabonga Mkhize. También acudieron jefes tribales, miembros del Parlamento y el primer ministro de Lesotho, Ntsokoane Samuel Matekane.

Créditos: Jeffrey D. Allred, para Deseret News

Setso’ana Selebeli, de 17 años, quien sobrevivió al accidente, habló en nombre de las mujeres jóvenes que estaban en el autobús. Su hermana menor, Moliehi, de 11 años, aún se recupera en el hospital.

“Jesucristo nos ama y está con nosotros, aunque nuestros corazones estén rotos. Dios eligió a algunos de nosotros para quedarnos y testificar que Él vive”.

Durante el servicio, los presentes cantaron con lágrimas en los ojos las siete estrofas del himno “Qué firmes cimientos”.

Palabras de consuelo y fe

Créditos: Jeffrey D. Allred, para Deseret News

Varios líderes y familiares compartieron sus sentimientos, expresando paciencia, esperanza y fe. El presidente Mahlomola Kutoane, segundo consejero del distrito, dijo:

“Estamos aquí por los que se han ido y por los que aún están. Es un acto de amor.”

En el funeral, élder Mkhize citó Eclesiastés 3:1–2 y enseñó que todo tiene un propósito bajo el cielo. Invitó a los presentes a volver sus corazones al Señor para hallar consuelo y citó a Pablo:

“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).

Las palabras de Jesús:

La paz os dejo, mi paz os doy… No se turbe vuestro corazón.” (Juan 14:27).

Élder Mkhize explicó que, según Alma 40, las almas de los justos entran en un estado de felicidad después de la muerte.

“Podemos llorar por amor, pero también confiar en que ellos están en paz”.

Dios no olvida a ninguno de sus hijos

Créditos: Jeffrey D. Allred, para Deseret News

El presidente del distrito, Khopolo Tsiu, afirmó: 

“Dios conoce a todos sus hijos, vivos y fallecidos. La muerte es temporal. Los ángeles ahora cuidan de ellos.”

La presidenta de Mujeres Jóvenes de la rama Leribe, Mampho Makura, citó a Hebreos 12:2 y animó a los presentes a mirar a Cristo como el autor y consumador de la fe: 

“No apartes la mirada. Míralo a Él.”

El presidente Kutoane también recordó la promesa de la resurrección según 1 Corintios 15:20–22:

 “En Cristo, todos serán vivificados. Nos reuniremos con ellos otra vez”.

“Dios sigue siendo Dios”

Créditos: Jeffrey D. Allred, para Deseret News

El primer ministro Matekane citó Ezequiel 24:16 y reconoció que hay un tiempo para llorar, pero también para avanzar con fe. Repitió lo que muchos dijeron durante ambos eventos: “Dios sigue siendo Dios”.

El ministro de Transporte, Neo Matjato Moteane, ofreció una reflexión práctica: 

“Conduzcan como si estuvieran alabando a Dios. Oramos, sí, pero después debemos actuar con más cuidado y responsabilidad”.

Tras el funeral, los entierros se realizaron en distintos cementerios de Maputsoe. Muchos caminaron en procesión, entonando himnos sagrados y cantos tradicionales mientras los féretros eran descendidos a la tierra. Fue un adiós lleno de dolor, pero también de profunda fe en que el amor de Dios permanece y la vida continúa más allá del velo.

Fuente: Deseret News