Cuando pensamos en construir Sión, tal vez imaginamos templos, servicio o ministración. Pero para Rebecca Burnham y Paul Schwartz, el escenario también puede ser un lugar sagrado.
Ellos son miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que están dando vida a una idea diferente, ya que crean teatro musical con mensajes que conecten, sanen y unan corazones, sin importar el contexto religioso o cultural. Todo a través de una organización sin fines de lucro que llamaron Summit Stages.
Todo comenzó con “Peter Pan”
Rebecca vive en Cardston, Alberta (Canadá), y cuando sus hijos participaron en una obra local de Peter Pan, notó algunos detalles preocupantes: estereotipos culturales, y un mensaje central que no encajaba con sus valores. En vez de simplemente quejarse, propuso hacer cambios. Adaptaron el guion con el apoyo de la comunidad e incluso involucraron a personas indígenas de una reserva cercana.
El resultado fue una experiencia profundamente positiva que fortaleció la relación entre grupos distintos y les mostró que el teatro podía ser una herramienta poderosa para construir puentes y enseñar valores. Así nació Summit Stages.
Teatro con propósito
Esta organización busca crear obras originales o adaptadas que transmitan valores como la paz, el respeto y la identidad espiritual. No es un proyecto exclusivamente de la Iglesia, pero se basa firmemente en enseñanzas como las del presidente Russell M. Nelson sobre ser pacificadores. Rebecca lo explica así:
El teatro musical tiene el poder de construir comunidad, incluso entre personas con creencias distintas. Queremos reunir a todos los que Dios está preparando en el mundo.
No todo es Broadway, pero la visión es grande
Paul Schwartz, quien vive en Orem, Utah, se unió al proyecto poco después. Es otro apasionado del arte con propósito. Él fundó también el coro A Voice for Good, y cree que el teatro puede reflejar luz sin necesidad de ser explícitamente religioso.
Una historia no necesita hablar directamente de Jesucristo para ayudarte a conectarte con Él.
Juntos, sueñan con producir espectáculos con el nivel de Broadway o el West End, pero con mensajes que edifiquen el alma. Y quieren que cualquier comunidad pueda adaptar las obras a sus realidades, sin quedar atadas a licencias rígidas.

¿Por qué teatro musical?
Paul tiene una respuesta sencilla: porque requiere unidad. Actores, músicos, técnicos y equipo trabajan juntos, “con un solo corazón y una sola mente”, como dice el lema de Sión. Cada obra se convierte en un esfuerzo colectivo que refleja lo mejor de cada uno.
Y más allá del espectáculo, también se trata de cuidar a las personas involucradas. Paul cree que no hay que sacrificar el bienestar de los artistas en nombre del “arte perfecto”. El proceso importa tanto como el resultado.

Contar historias que acerquen a Cristo
Jesús mismo enseñaba usando historias. Y eso no fue casualidad. Las historias despiertan empatía, conectan ideas con experiencias reales y nos ayudan a ver cómo los principios del Evangelio se aplican en la vida diaria.
Cuando contamos historias, abrimos el corazón. Ya no se trata de ‘arreglar al otro’. Se trata de construir un espacio común donde todos podamos ver la luz de Cristo y avanzar hacia Él.
Construir Sión no es solo una idea espiritual. Es algo práctico, concreto, y a veces hasta musical. Y quizás, justo ahora, hay una historia en tu vida que vale la pena contar.
Fuente: Church News
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