En 1977, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días vendió la única capilla de su fe con una estatua del ángel Moroni en la torre, y con ello cerró una etapa para sus miembros en la capital estadounidense.

Tres años antes, la Iglesia había inaugurado el majestuoso templo de Washington D. C. y desplazó al histórico edificio que por décadas fue su ícono en la ciudad. Ese mismo año, la conocida Washington Chapel cambió de dueño y pasó de la Iglesia a Columbia Road Recording Studios por 300.000 dólares.

Ese mismo día, Columbia Road la vendió nuevamente, esta vez a la Iglesia de la Unificación —popularmente conocida como los “Moonies”— por 475.000 dólares.

Hoy, casi medio siglo después, un desarrollador busca transformar la edificación en un complejo de apartamentos. Al mismo tiempo, un pequeño grupo de fieles y vecinos se moviliza para frenar la venta y conservar su valor histórico y artístico.

Un símbolo de fe en la capital estadounidense

Créditos:Jeffrey D. Allred, Deseret News

En la década de 1930, los líderes Santos de los Últimos Días querían un edificio que diera a conocer su fe en la capital. El apóstol y senador Reed Smoot lo expresó así: 

“Hemos comprado la mejor esquina de Washington… Espero que la Iglesia levante aquí un edificio magnífico, que sea un honor para la Iglesia y para la ciudad”.

En plena Gran Depresión, se levantó una estructura que muchos compararon con una versión en miniatura del Templo de Salt Lake. Su exterior fue revestido con mármol “ojo de pájaro” extraído en Utah, transportado en caballos por Spanish Fork Canyon y enviado en tren hacia el este.

Créditos:Jeffrey D. Allred, Deseret News

La capilla, inaugurada en 1933, contaba con un órgano de 5.000 tubos y vitrales que representaban temas doctrinales y escenas de la historia de la Iglesia, como un templo de la era del Libro de Mormón. La torre, inspirada en las seis del templo de Salt Lake, estaba coronada por una estatua del ángel Moroni que hoy se encuentra en el Museo de Historia de la Iglesia en Salt Lake City.

Dos nietos de Brigham Young participaron en su construcción: Don Carlos Young Jr. fue uno de los arquitectos, y Mahonri Sharp Young creó el mosaico de Cristo en el Monte de los Olivos que adorna la entrada principal. Incluso el presidente Russell M. Nelson sirvió en su obispado en la década de 1950, mientras trabajaba como médico en el Hospital Walter Reed.

Historia dentro de la Iglesia

Créditos:Jeffrey D. Allred, Deseret News

El 31 de agosto de 1975, los Santos de los Últimos Días celebraron su último servicio de adoración en la capilla. Para entonces, la humedad de Washington ya dañaba el mármol exterior y el edificio necesitaba reparaciones importantes.

Hoy, el deterioro salta a la vista: ventanas rotas, paredes descuidadas y una necesidad urgente de restauración. Un grupo local de la Iglesia de la Unificación, liderado por el reverendo Henry Mungai, intenta impedir que Dila Development adquiera el edificio y construya 69 apartamentos de lujo en el anexo y en la propia capilla.

El grupo denuncia que el proceso de venta es fraudulento y afirma que la ley les concede el derecho de conservar el inmueble. Han ofrecido comprarlo por entre 6 y 7 millones de dólares, pero aún no reúnen los fondos. Para ellos, la capilla tiene un valor espiritual tan grande como para los Santos de los Últimos Días.

En cambio, la sede central de la Iglesia de la Unificación defiende la venta como parte de su estrategia misional a largo plazo y pide a los miembros locales integrarse a otras congregaciones.

Arte y memoria en riesgo

Muchos temen que se pierdan las nueve ventanas de vitrales —algunas con imágenes específicas para los Santos de los Últimos Días— y el colorido mosaico de Cristo. Los planes iniciales de Dila no detallan cómo preservarán estas obras, a pesar de que la capilla figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos y en el Inventario de Sitios Históricos de D.C.

La Junta de Revisión de Preservación Histórica rechazó la primera propuesta de Dila, que incluía un edificio de nueve pisos, por considerarlo desproporcionado. En julio, la empresa presentó un nuevo diseño de seis pisos. El proyecto contempla destinar 2.000 pies cuadrados para uso comunitario sin costo para organizaciones locales, aunque todavía no existe un plan concreto de conservación.

Más de una docena de personas, incluidos Santos de los Últimos Días, enviaron cartas a las autoridades para pedir que mantengan el arte y la historia de la capilla accesibles al público. Page Johnson escribió, autora de un libro sobre el edificio:

“Si se vende, espero que siga siendo posible visitarlo y apreciarlo”.

Dila planea comenzar las obras en enero y finalizarlas en 2028. Antes deberá resolver el conflicto legal con la Iglesia de la Unificación y obtener la aprobación de las autoridades de preservación.

Mientras tanto, la Washington Chapel permanece en pie como testigo de casi un siglo de historia religiosa, política y arquitectónica en el corazón de Washington D.C. Para algunos, su torre sin Moroni ya no brilla como antes; para otros, sigue siendo un faro de fe y memoria que vale la pena proteger.

Fuente: Deseret News

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