Odgerel Orchivaj nació en Mongolia durante el régimen comunista y, por lo tanto, creció con una mentalidad antirreligiosa. Sin embargo, su historia de vida nos enseña que los planes de Dios pueden transformarnos completamente. Durante buen tiempo de su vida, Odgerel se rodeó de un ambiente que cuestionaba todo lo relacionado con Dios.
“El conocimiento y la educación seculares era la clave en una sociedad comunista para demostrar que la humanidad no necesitaba a Dios para alcanzar el éxito”, afirmó Odgerel.
Así es como él desarrolló su filosofía personal alejándose de todo lo espiritual.
Esta situación no cambió sino hasta la disolución de la Unión Soviética la cual hizo que Mongolia comenzara a abrazar la fe. En ese entonces, Oyun Altangerel, madre de Odgerel, lideró un movimiento por la libertad de creencias que la llevó a unirse a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Luego de este suceso, Oyun empezó a invitar a Odgerel a conocer la Iglesia de Jesucristo, invitación que él constantemente rechazó por su filosofía comunista. Pero un día, aceptó la invitación, sin saber que Dios tenía un plan para él en ese momento.
Debates y un cambio de corazón
Odgerel también tuvo contacto con misioneros mayores durante una clase de inglés, lo que lo llevó a conocer también a misioneros de tiempo completo y recibir las lecciones misionales.

Cuando él se reunía con los misioneros, se sentía un ambiente muy intenso. Odgerel estaba decidido a cuestionar todas las enseñanzas doctrinales. La atmósfera era tan tensa que en una de las lecciones, Soyolmaa Urtnasan, quien actuaba de traductora, rompió en llanto.
Fue entonces cuando Odgerel bromeó y dijo: “Bueno, me bautizaré”. Pero lo que empezó como sarcasmo terminó convirtiéndose en un proceso de conversión que lo llevó a las aguas del bautismo el 8 de abril de 1995. Durante ese proceso, él abandonó su filosofía comunista para abrazar la fe.
Un llamamiento inesperado
Los años pasaron y Odgerel siguió dedicándose a su carrera académica y a su fe en Cristo hasta que en 2006, él tomo otra decisión que lo ayudaría a dar el siguiente paso.
Odgerel aceptó dirigir el programa de Seminarios e Instituto en Mongolia. En cuanto a esta decisión, el dijo:
“Si lo hago, lo haré a tiempo completo”.

Tres años después de una dedicación consagrada al programa de Seminario e Insituto, Odgerel recibió la noticia de que sería sostenido como el primer presidente de estaca en Mongolia.
“Creo que la organización de la estaca no solo bendecirá a los miembros de Mongolia, sino a todo nuestro país”, expresó Odgerel en cuanto a esta histórica ocasión.
La obra continúa
Desde entonces hasta ahora, la obra de Dios ha seguido avanzando. Actualmente, Mongolia cuenta con casi 13,000 miembros, dos estacas y un templo anunciado.
Al reflexionar sobre los santos en Mongolia, el elder Jeffrey R. Holland declaró: “Es una historia bastante dramática, una de las más singulares en la Iglesia en las últimas décadas “. Y para el presidente Odgerel, su vida es un testimonio poderoso de esta afirmación.
Después de 19 años de servicio, el presidente Odgerel sigue alzando su voz para testificar que la fe pueda nacer incluso del corazón más frío.
Fuente: Church News




Dios sabe de sus hijos y se que el prepara la vía a fin del cumplimiento de todas las cosas para que estás obren para bien a aquellos que le aman, su gracia y misericordia aún sin merecer están ahí para cada uno de nosotros