A veces creemos que no damos la talla para lo que la vida nos pide. Nos sentimos inseguros, con miedo o simplemente poco preparados.

Lo interesante es que en la Biblia varios de los grandes héroes pasaron por lo mismo. Sus historias nos muestran que Dios no espera que seamos perfectos antes de llamarnos, sino dispuestos a confiar en Él.

Moisés y su voz temblorosa

moisés; 10 mandamientos
Imagen: Bible Journal

Moisés fue llamado a liberar a Israel de Egipto, pero él mismo dudaba de sus capacidades. Reconoció su dificultad al hablar y hasta pidió que Dios eligiera a alguien más.

Sin embargo, aprendió que las limitaciones personales no frenan a Dios. Él capacita a quienes obedecen. 

Soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo, Jehová? – Éxodo 4:10-12

Gedeón y su baja autoestima

Seminario
Imagen: Masfe.org

Cuando un ángel lo llamó, Gedeón se veía como el más pequeño de su familia y parte de la tribu más débil. Y aun así, Dios lo eligió para salvar a Israel. Su experiencia nos enseña que Dios ve potencial donde nosotros vemos insuficiencia. En sus manos, nuestras debilidades pueden convertirse en fortalezas.

Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jueces 6:15

Ester y la valentía en el momento justo

Imagen: Hebraic Thought

Ester no era alguien que buscara protagonismo. De hecho, tuvo que decidir si arriesgar su vida para salvar a su pueblo o quedarse en silencio. Con miedo e incertidumbre, eligió actuar. Su ejemplo nos recuerda que el valor no es la ausencia de miedo, sino la decisión de actuar con fe.

Porque si permaneces callada en este tiempo, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otra parte; pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora tú has llegado al reino? – Ester 4:14

Jeremías y la inseguridad de la juventud

Imagen: Radio Solidaria

Ser joven fue la primera objeción de Jeremías al ser llamado como profeta. Sentía que le faltaba experiencia y sabiduría. Aun así, Dios lo sostuvo y le dio palabras de poder. Su vida demuestra que la edad nunca limita el cumplimiento de los propósitos divinos. 

Y yo dije: ¡Ah, ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Jeremías 1:6

David y el corazón que vio Dios

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

David no era la opción más obvia. Su propia familia lo pasó por alto al momento de elegir un futuro rey. Sin embargo, Dios no se fijó en su apariencia o posición, sino en su corazón. Lo que llevamos dentro vale mucho más que lo que otros ven por fuera. 

Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. – 1 Samuel 16:7

Al ver estas historias, recordamos que sentirse insuficiente es parte del ser humano. Pero en la mano de Dios, lo ordinario se convierte en extraordinario. Con Él, siempre somos más que suficientes.

Fuente: @confeencristo

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