Cuando pensamos en la historia, a veces la imaginamos como algo frío y lleno de fechas. Pero en la Conferencia de Historia de la Iglesia 2025, varios historiadores nos recordaron que la historia de la Restauración tiene un centro claro: Jesucristo.

El tema del encuentro fue “Yo estoy en medio de vosotros: Jesucristo en el centro de la historia de la Iglesia”. Y la idea principal fue sencilla pero poderosa: Dios está en la historia, Él quiere que se conserve y que se comparta.

Cristo como el porqué de todo

Créditos: Christian Murphy, Deseret News.

El historiador Spencer W. McBride explicó que su objetivo no es simplemente escribir el nombre de Cristo en cada página, sino mostrar que Él es el porqué detrás de cada relato. Las historias de la Iglesia y de sus miembros son, en el fondo, la evidencia de un Padre Celestial y un Salvador que siempre extienden Su amor y de hijos e hijas que responden con fe. Además añadió:

“No es necesariamente… Voy a mantener a Cristo en el centro de la historia de la Iglesia escribiendo mucho su nombre. Voy a mantenerlo como el «porqué» y convertirlo en la perspectiva desde la que cuento la historia.”

Scott Hales, otro de los participantes, añadió que aun cuando un tema no parece tener relación directa con Cristo, si miramos con cuidado descubrimos que Él siempre está guiando, enseñando y acompañando.

Contar la historia con honestidad

Créditos: Christian Murphy, Deseret News.

La historiadora Brittany Chapman Nash compartió que siente una triple responsabilidad: con Dios, con las fuentes históricas y con los lectores. Eso significa no ocultar lo difícil, sino mostrar los relatos en su complejidad, usando las voces de quienes vivieron esos momentos.

“La integridad siempre debe estar presente, para contar la historia como la entiendo, como la entienden las personas que intento representar en el pasado, y ofrecer a los lectores el mejor producto posible”. 

Al hablar de temas delicados como el matrimonio plural, explicó que buscó dar una visión equilibrada y fiel a los testimonios de quienes lo vivieron, sin suavizar lo negativo ni exagerar lo positivo. Esa honestidad, dijo, es clave para que la historia inspire de verdad.

“Por eso, compartir historias de fuentes honestas… puede ser útil, además de ser honesto y decir: ‘Oye, estas son las voces de personas que lucharon con esto, y así es como lo manejaron’”. 

Cómo hablar de temas difíciles

Créditos: Christian Murphy, Deseret News.

Hales comentó que el contexto es como un marco en un cuadro. Si entendemos el marco, entendemos mejor la pintura. Por eso, al narrar la historia, intenta no juzgar, sino recordar siempre que cada persona del pasado es un hijo o hija de Dios.

Nash coincidió y añadió que muchas veces lo mejor es dejar hablar a quienes vivieron la experiencia: leer sus propias palabras nos ayuda a ver cómo enfrentaron la complejidad y qué significó para ellos.

La inspiración en el trabajo histórico

Créditos: Christian Murphy, Deseret News.

Los tres historiadores compartieron experiencias en las que sintieron que Dios los guiaba incluso en su trabajo académico.

McBride contó que mientras preparaba un episodio sobre la Primera Visión, no lograba dar forma a una cita importante. Después de orar con su productor, en minutos apareció la solución. 

“Dios inspiró el trabajo” – McBride

Nash también relató que al compilar fuentes para un libro, los materiales que necesitaba llegaron justo a tiempo. 

“Aprendí a esperar milagros”, afirmó. 

Convencida de que el Señor se interesa en que Su historia se preserve y se comparta.

El punto central

Al final de la conferencia, McBride recordó un consejo que se repite entre los historiadores de la Iglesia: 

“No nos quedemos cortos de la meta”. 

Y luego aclaró qué significa que la meta siempre es JesucristoAsí, la historia deja de ser solo pasado. Se convierte en un testimonio vivo de que Cristo ha estado, está y seguirá estando en medio de Su Iglesia.

Fuente: Church News 

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