Más de mil personas se reunieron en Guayaquil para el II Festival Interreligioso “Canto por la Paz”, un espacio donde diferentes confesiones compartieron música, mensajes de esperanza y un mismo deseo: fortalecer la paz a través de la fe.
El festival tuvo lugar en el coliseo de la Iglesia La Familia de Dios, con la organización de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como anfitriona oficial. La conducción estuvo a cargo de representantes de ambas instituciones, quienes guiaron con cercanía y entusiasmo cada presentación.

En la apertura, el élder José Jiménez expresó un sentimiento que marcó el tono de la jornada:
“Es hermoso ver que, en medio de nuestras diferencias, trabajamos juntos por fomentar la paz”.
Estas palabras recordaron que el esfuerzo interreligioso no es solo un gesto simbólico, sino una forma real de impactar en la vida de las personas y en las comunidades.

El programa fue variado y cada participación sumó su propio color. La Iglesia Adventista presentó varios coros que llenaron el recinto de solemnidad y devoción, generando un ambiente de recogimiento.
La Iglesia La Familia de Dios también ofreció números musicales cargados de espiritualidad, seguidos de la agrupación Lav Music y el grupo Jared, que llevaron al público a conectar a través de ritmos más vivos y mensajes de fe.
Cantantes como Allison Romero y Tito Andino aportaron momentos íntimos y emotivos, con interpretaciones que transmitieron gratitud y esperanza.
El Coro Ecos de Fe, de la Iglesia Católica, también tuvo una participación significativa al unir voces de diferentes parroquias para proclamar la fe en Cristo.
La participación de la Iglesia en Guayaquil

Uno de los momentos más especiales de la noche fue la presentación del Coro de Miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Guayaquil, bajo la dirección de Iván Fabre. Interpretaron himnos como “Oh Bondadoso Jesús” y “Soy un Hijo de Dios”, recibiendo una ovación del público.
Estos himnos recordaron que nuestra identidad como hijos de Dios es una fuente de fortaleza y paz verdadera.
El cierre estuvo a cargo del Coro del Instituto de Religión Guayaquil Central, dirigido por Karina Murillo. Los jóvenes entonaron un mensaje claro: siempre hay paz en Cristo, aun en medio de las pruebas y los desafíos.

El festival concluyó con la certeza de que este encuentro no será el último. Los organizadores ya dejaron abierta la expectativa de un nuevo festival en 2026. Más allá de la música, lo que quedó grabado fue el espíritu de unidad.
El “Canto por la Paz” se consolidó como un recordatorio de que, aunque nuestras tradiciones sean distintas, cuando nos unimos en lo esencial, la fe, el amor y el deseo de servir, podemos compartir la luz de Cristo con el mundo.
Fuente: noticias.laiglesiadejesucristo.org



