Tres investigadoras presentaron exposiciones sobre fe, resistencia y liderazgo femenino durante una conferencia de historia de la Iglesia que se llevó a cabo el sábado 6 de septiembre.
Bajo el título “Had Witnessed for Themselves’: Latter-day Saint Women Testify of the Savior” (“Dieron testimonio de sí mismas”: Mujeres Santos de los Últimos Días testifican del Salvador”, en español), el panel abordó la manera en que las mujeres Santos de los Últimos Días han testificado de Jesucristo y contribuido a la vida religiosa y social de su comunidad.

Rachel Cope, profesora de historia y doctrina de Brigham Young University, analizó el papel del recuerdo en la construcción histórica.
En su exposición “‘And God Remembered Rachel’: Seeing Women’s History Afresh”, explicó que la labor del historiador es esencialmente un trabajo de memoria.
La académica subrayó que recordar a los actores olvidados permite una comprensión más amplia de la historia.
También señaló que los procesos de memoria no solo enriquecen la narrativa colectiva, sino que muestran cómo la historia se convierte en un espacio para reconocer vulnerabilidades y resiliencia.

Anne Berryhill, investigadora del Departamento de Historia de la Iglesia, centró su presentación en la relación entre fe y acción. Con el título “‘Power to Do Whatsoever Thing Is Expedient’”, inspirado en Moroni 7:33, expuso casos de mujeres que, en contextos de adversidad, transformaron sus creencias en acciones concretas.
Uno de los ejemplos fue Josephine Egbert Carter, quien, tras enfrentar la pérdida de varios familiares cercanos, asumió la responsabilidad de cuidar a nueve hijos.
A la par, se dedicó a recolectar fondos para el Hospital de Niños de la Primaria en Idaho. Para Berryhill, la historia de Carter refleja cómo la fe fue una fuerza práctica que sostuvo labores de servicio comunitario en circunstancias difíciles.
La historiadora recalcó que, al estudiar los relatos de estas mujeres, se observa que la fe no fue únicamente un recurso espiritual, sino una fuente de organización y continuidad social.

La tercera ponencia estuvo a cargo de Jennifer Reeder, especialista en historia de las mujeres del siglo XIX. Bajo el título “‘To Expound Scripture and Exhort the Church’”, examinó la influencia de Emma Smith y otras mujeres en la vida religiosa de los Santos de los Últimos Días.
Reeder destacó que la preparación del primer himnario de la Iglesia permitió a Emma Smith desempeñar un papel de mediación entre los miembros y la adoración.
“Los himnos sirvieron como un lenguaje de fe y doctrina que unió a la comunidad”, explicó.
Asimismo, señaló que la participación en la Sociedad de Socorro otorgó a las mujeres un espacio institucional para enseñar, ministrar y exhortar.
Según la especialista, estas dinámicas redujeron la distancia entre la experiencia femenina y el discurso teológico de la época, al vincular directamente a las mujeres con las prácticas de salvación y ministerio.

La sesión concluyó con un llamado a prestar más atención a las historias de personas comunes dentro de la Iglesia.
Los relatos presentados evidencian que, a lo largo de los siglos, las mujeres no fueron participantes pasivas, sino agentes activas en el desarrollo de la vida de fe y comunidad.
El enfoque del panel subrayó que la historia de la Iglesia adquiere mayor amplitud cuando incorpora la perspectiva femenina, especialmente en ámbitos como la educación, el servicio social y la producción cultural.
Al destacar estas contribuciones, las historiadoras coincidieron en que la fe, lejos de limitarse a lo personal, se ha manifestado como un elemento estructurador de la vida colectiva.
Fuente: Church News
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