Desde su publicación en 1830, el Libro de Mormón ha generado tanto admiración como escepticismo. Poco después, muchos críticos cuestionaron la capacidad de José Smith para haber escrito un texto tan complejo.

Alexander Campbell, en el Millennial Harbinger del 7 de febrero de 1831, escribió que el Libro de Mormón era “sin exagerar, el libro más vulgar del idioma inglés… No tiene ni una sola buena oración… Es tan ciertamente una invención de [José] Smith como Satanás es el padre de la mentira…”

Además añadió:

“Nunca ha habido un libro tan evidentemente escrito por una sola mano… y dado que José Smith es un hombre muy ignorante… no dudo ni por un momento que él es su único autor y propietario del mismo”.

Este sentimiento se reflejaba en los periódicos locales, que describían a José Smith como un “ignorante de piernas flacas” y calificaban al Libro de Mormón como “el más torpe de todos los engaños” (The Palmyra Reflector, 1830-1831). Incluso en 1841, algunos consideraban que el libro era “un revoltijo de palabras, entrelazadas con lenguaje y citas bíblicas, sin un plan o diseño claramente definido”, propio de alguien con las limitadas habilidades que se atribuían a José Smith.

José Smith mismo reconoció en 1832 que su educación formal fue muy limitada:

“Apenas [fue] instruido en lectura, escritura y las reglas básicas de aritmética, lo cual constituyó toda [su] formación académica”.

Pese a estas críticas tempranas, con el tiempo los estudiosos comenzaron a notar detalles que escapaban a la idea de una producción simple.

José Smith
José Smith. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

El Libro de Mormón contiene referencias geográficas coherentes, varias líneas de tiempo consistentes de migraciones, distintos sistemas de calendario y narradores con estilos únicos. La diversidad literaria incluso supera la lograda por autores reconocidos de la época.

A medida que surgían dudas sobre la capacidad intelectual de José Smith para escribir el libro, aparecieron nuevas teorías. Una de las más conocidas, publicada en Mormonism Unveiled (1834), sostenía que Sidney Rigdon habría contribuido con la parte religiosa y que una supuesta historia inédita de Solomon Spaulding habría proporcionado la base histórica.

Incluso Alexander Campbell, quien en 1831 estaba seguro de que José era el autor, llegó a considerar esta posibilidad en 1839. Sin embargo, la evidencia histórica y cronológica demuestra que José y Rigdon no se conocieron antes de la publicación del Libro de Mormón, y el manuscrito de Spaulding encontrado en 1884 no se parecía al texto de José.

josé smith
El profeta Smith fue el autor de estas 13 divinas declaraciones. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Esta teoría perdió popularidad, y surgieron otras explicaciones que iban desde enfermedades mentales hasta escritura automática.

Hoy en día, muchos reconocen que el Libro de Mormón es una obra literaria compleja e intrincada. Se ha destacado que José Smith estudió mapas poco conocidos de Arabia para hacer que la migración de Lehi se viera auténtica, analizó gramática hebrea y técnicas literarias, y creó múltiples voces literarias distintas para cada narrador.

Según algunas teorías, pudo haber dictado hasta ocho páginas diarias desde la memoria, usando un sombrero como herramienta para concentrarse, sin ayuda de notas.

Críticos como Dan Vogel incluso sugieren que su talento permitía improvisar el texto de manera fluida, como una “composición en flujo de conciencia”.

mujer leyendo el libro de mormón; escrituras
El Libro de Mormón es hermoso, complejo y verdadero. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Casi dos siglos después, las teorías sobre el origen del Libro de Mormón han cambiado radicalmente. Lo que inicialmente se consideraba un texto simple y sin valor literario, hoy se reconoce como un libro profundo y complejo.

Cada lector puede decidir qué creer sobre su origen, pero la riqueza, consistencia y coherencia del texto continúan sorprendiendo tanto a estudiosos como a críticos.

Al final, muchos concluyen que el Libro de Mormón es hermoso, complejo y verdadero, y que su origen sigue siendo un testimonio para quienes eligen estudiar y reflexionar sobre él.

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