En julio de 1848, tres veteranos del Batallón Mormón, Ezra Allen, Daniel Browatt y Henderson Cox, exploraban un nuevo sendero desde los campos de oro de California hacia el Valle del Lago Salado.
Días después, fueron encontrados sin vida en lo que hoy se conoce como Tragedy Spring, en El Dorado, California. Sus compañeros los sepultaron nuevamente y dejaron sus nombres grabados en un árbol como un recordatorio de su sacrificio.
Hoy, más de 175 años después, un grupo de representantes de distintas organizaciones, incluyendo la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se reunió en el lugar para planear su restauración.
El sitio ha sufrido daños por tormentas y un incendio, pero su importancia histórica y espiritual sigue intacta.
Por qué los sitios históricos importan

Al visitar lugares como este, entendemos que la fe de quienes nos precedieron no fue algo abstracto, sino real y puesta en acción. Greg Christofferson, presidente de la Asociación del Batallón Mormón, explicó:
Los sacrificios que hicieron nuestros antepasados son increíbles, y sus historias refuerzan mi testimonio.
Y es cierto. Cuando recordamos las pruebas de los primeros santos, aprendemos que el discipulado requiere valor y sacrificio.
Sus historias no son solo páginas de un libro: son ejemplos vivos de fidelidad al Señor, incluso en circunstancias extremas.
Restaurar para aprender

El plan es que en 2026 ya existan diseños para mejorar la experiencia de los visitantes con nuevos senderos, mapas y paneles explicativos. Para el verano de 2027 se espera tener listo todo el material renovado.
Esto no es solo un proyecto cultural. Es una oportunidad para que más personas puedan caminar por los mismos senderos donde hombres y mujeres de fe dieron su vida, y así sentir lo que significa perseverar en el camino del Señor.
Un lazo con nuestra fe

Como dijo uno de los participantes:
“Podemos leer sobre acontecimientos históricos significativos todo el día, pero para comprenderlos realmente, hay que visitar el sitio para tocar y sentir la historia.”
Tragedy Spring no es solo un sitio conmemorativo; es un recordatorio de que nosotros también tenemos que mantenernos firmes, aunque el sendero se vuelva empinado, como en el “Devil’s Ladder”, donde los pioneros tenían que bajar sus carretas con cuerdas y cadenas.
El pasado nos enseña que, con la ayuda de Cristo, ninguna prueba es demasiado grande cuando confiamos en Él y seguimos avanzando.
Fuente: Church News



