En la sesión plenaria del VIII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, el élder Patrick Kearon, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, invitó a los participantes a promover la paz mediante la confianza y la amistad.
Su mensaje se basó en la restauración del Templo de Salt Lake, que describió como un ejemplo de cooperación y esfuerzo conjunto.
Kearon destacó que en ese proyecto de renovación participan “cientos de personas que aportan habilidades únicas para algo más grande que ellas mismas”. Comparó este trabajo con el diálogo interreligioso, donde cada tradición puede contribuir en favor de un bien superior.
Escuchar y valorar lo que une
En su mensaje, el apóstol señaló:
“Sabemos la diferencia que se produce cuando tratamos nuestras interacciones personales con el mismo cuidado con el que se está trabajando en nuestro templo histórico”.
Destacó que el respeto no debe limitarse a los muros físicos, sino trasladarse a las relaciones cotidianas:
“Estoy agradecido por nuestro esfuerzo compartido, más allá de los templos, iglesias, sinagogas y mezquitas, para tratar el espacio entre nosotros con el mismo sentido de reverencia y propósito”.
Durante su intervención, remarcó que lo que une a las personas es mucho más grande que lo que podría dividirlas.
“Así como los edificios sagrados se levantan piedra a piedra, también la paz y la comprensión se construyen momento a momento, encuentro tras encuentro”.
El valor de los lugares sagrados
El congreso también abordó la importancia de proteger los sitios religiosos. El élder Matthew S. Holland, de los Setenta, recordó que “hay lugares en esta tierra que deben tratarse con especial reverencia y cuidado”.
Aclaró que no se trata solo de estructuras físicas, sino de espacios que encarnan la memoria, la fe y la identidad de las comunidades.
Kearon compartió un recuerdo personal de su infancia, cuando su familia se mudó de Inglaterra a un país con costumbres y religiones distintas.
“La manera en que lasfamilias que conocimos trataban sus ritos y prácticas religiosas con reverencia silenciosa se convirtió en un hermoso ejemplo para mí”.
A partir de esa vivencia aprendió que un espacio sagrado no tenía que ser suyo para inspirar en él un sentido de lo sagrado.
Al concluir, Kearon insistió en la necesidad de reparar lo que está roto, fortalecer lo que es frágil y proyectar un futuro de paz.
“Podemos reparar lo que está dañado, fortalecer lo frágil y enmarcar un futuro en el que la paz reemplace al temor”.
Para él, esta labor se refleja tanto en la construcción y preservación de santuarios físicos como en la creación de confianza entre las personas.
El congreso, bajo el lema “Diálogo de Religiones: Sinergia para el Futuro”, reunió a líderes de diferentes credos y autoridades de Kazajistán.
Además de su discurso público, el élder Kearon mantuvo encuentros privados con representantes políticos y religiosos, resaltando que la verdadera riqueza de estos espacios está en forjar vínculos personales y colaborativos.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org
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