El 23 de septiembre de 2025, el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, participó en una conferencia universitaria sobre la dignidad humana en Roma.
Desde el Pontificio Ateneo de la Santa Cruz, el apóstol habló de la necesidad de defender la dignidad humana, el albedrío moral y el pluralismo religioso.
“Como discípulos de Cristo, tenemos la solemne responsabilidad de abogar por la dignidad humana, el albedrío moral y el pluralismo religioso. Aprecio profundamente el compromiso de la Iglesia católica con estos principios y los valores que compartimos entre nuestras dos iglesias”, expresó.
El encuentro, copatrocinado por el Centro Internacional de Estudios de Derecho y Religión de la Brigham Young University (BYU), se centró en el documento Dignitas Infinita, publicado por el Vaticano en 2024.
Dignitas Infinita: valor infinito de cada persona
El élder Christofferson citó el texto central del encuentro:
“Toda persona humana posee una dignidad infinita, inalienablemente fundada en su propio ser, que prevalece más allá de cualquier circunstancia o situación”.
Hablando al respecto, señaló:
“Esta dignidad infinita crea para cada persona la responsabilidad de tratar a los demás con amor y respeto. No es un deber abstracto; está enraizado en la persona y el ejemplo de Jesucristo”.
El apóstol también recordó palabras del presidente M. Russell Ballard, quien enseñó que la identidad más importante de cada persona es ser hijo de Dios:
“Comprender esta verdad, realmente comprenderla y abrazarla, cambia la vida. Da un sentido extraordinario de valor y de infinita valía”.
Christofferson afirmó que este llamado a amar a Dios y vivir en paz con los demás resuena profundamente con la fe de los Santos de los Últimos Días.
Dignitatis Humanae: la libertad religiosa como derecho inviolable
El segundo documento que analizó fue Dignitatis Humanae, de 1965, al que calificó como un “logro monumental en la historia de la libertad religiosa”.
“Es una exégesis teológica significativa que establece la dignidad humana como base del derecho a la libertad religiosa y de los deberes sociales de proteger y promover ese derecho sagrado”, explicó.
Reconoció que la libertad religiosa es fruto del albedrío humano y que, aunque las personas elijan diferentes caminos, ambas iglesias enseñan la necesidad de tratar con justicia y civismo las elecciones de los demás.
“Para que existan relaciones de paz y armonía en la humanidad entera, es necesario que la libertad religiosa cuente con garantías constitucionales efectivas”, citó, recordando las palabras del papa Pablo VI.
Rerum Novarum: la voz de la fe frente a los extremo
El tercer documento abordado fue Rerum Novarum (1891), la carta pastoral del papa León XIII sobre los derechos y deberes del capital y el trabajo. El élder Christofferson destacó su vigencia al elevar principios de deber, virtud y caridad por encima de posturas políticas extremas.
“Los conflictos dentro de las sociedades en todo el mundo requieren la atención de los líderes religiosos.
Un enfoque en la dignidad compartida de todos los seres humanos, en todos los lados de todos los conflictos, nos llevará a sociedades más pacíficas, amorosas y tolerantes”.
Citó también la pregunta retórica de León XIII:
“¿No parecería que, si la sociedad estuviera penetrada de estas ideas, los conflictos cesarían rápidamente?”
Un mensaje de unidad y esperanza
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
En su conclusión, el élder Christofferson citó un artículo reciente del presidente Russell M. Nelson en la revista TIME:
“Cada uno de nosotros tiene valor y dignidad inherentes. Creo que todos somos hijos de un amoroso Padre Celestial. (…) La ira nunca persuade, la hostilidad nunca sana y la contención nunca conduce a soluciones duraderas”.
En nombre del presidente Nelson, también transmitió condolencias por el fallecimiento del papa Francisco y felicitaciones por la elección del nuevo pontífice, papa León XIV.
El mensaje del Apóstol dejó claro que, en un mundo plural y complejo, los discípulos de Cristo —sean católicos o santos de los últimos días— comparten una misma misión: defender la dignidad infinita de cada ser humano y promover la paz verdadera.
Fuente: news-europe.churchofjesuschrist.org
