La emblemática renovación del órgano del Tabernáculo de Salt Lake es uno de los proyectos destacados en la edición de octubre de 2025 del Informe Mundial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que se publicará el 3 de octubre en el canal de YouTube de la Sala de Prensa de la Iglesia.
Entre mayo y agosto de este año, los recitales diarios de órgano se trasladaron al Centro de Conferencias para permitir que miles de tubos y piezas del instrumento fueran retirados y sometidos a un exhaustivo proceso de evaluación y restauración.
En total, más de 75.000 componentes serán inspeccionados y reemplazados o renovados para garantizar el buen funcionamiento del instrumento y recuperar sonidos históricos que se habían perdido con el tiempo.

“Queremos que este órgano se escuche por generaciones, que siga siendo uno de los instrumentos más bellos y eficientes de su tipo”, explicó Joseph Nielsen, maestro técnico de órganos de la Manzana del Templo y responsable del proyecto.
El órgano del Tabernáculo, famoso en todo el mundo, ha sido fundamental en la identidad cultural y musical de la Iglesia.
“Es uno de los órganos más reconocidos del mundo; su fachada incluso aparece en nuestro himnario”, comentó Emily Utt, conservadora de sitios históricos de la Iglesia.
Su sonido ha estado estrechamente ligado al del reconocido Coro del Tabernáculo en la Manzana del Templo.
“El órgano ha jugado un papel crucial no solo en la identidad del Coro, sino también en su sonido característico”, afirmó Mack Wilberg, director musical del Coro.
Restauración minuciosa

Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La primera fase de los trabajos comenzó hace más de un año, pero los pasos más delicados iniciaron en mayo. El desgaste acumulado hacía insuficiente el mantenimiento rutinario: por ejemplo, el cuero de algunos componentes, instalado en 1948, estaba completamente deteriorado.
Para reparar los grandes reservorios que mantienen la presión del aire, los técnicos debieron retirar una sección de la fachada del instrumento y alrededor de una cuarta parte de sus 11.623 tubos.
Varias piezas fueron enviadas a especialistas en distintas partes de Estados Unidos. Uno de ellos, Joe Lambarena, de Villemin Pipe Organ Co. en California, reemplazó de forma artesanal el cuero de las tablas de válvulas, elemento crucial para el flujo de aire hacia los tubos.

El órgano, construido originalmente en la década de 1860 por Joseph Ridges, ha sufrido modificaciones significativas cada dos décadas. La restauración actual busca honrar la visión de G. Donald Harrison, quien supervisó su reconstrucción en 1949 y lo consideró su obra maestra.
Al revisar cartas y planos históricos, Nielsen y su equipo descubrieron componentes que no funcionaban como se había diseñado. Entre los ajustes más esperados está la reintroducción de dos juegos de tubos retirados en los años setenta, lo que devolverá voces de cuerdas ausentes durante décadas.
“Una de las cosas que me encantan de este órgano es que me permite escuchar el pasado. Los visitantes volverán a oír sonidos que no se escuchaban desde hace 50 años”, expresó Utt.
Preservando un legado para el futuro

Para finales de agosto, las piezas renovadas fueron reinstaladas, los tubos ajustados y afinados, y los recitales diarios se reanudaron junto al programa semanal Música y Palabras de Inspiración. Sin embargo, el trabajo continuará durante los próximos años, pues cada tubo será inspeccionado y restaurado.
“Ya se puede notar una mayor presencia en el sonido del órgano”, aseguró Wilberg.
Nielsen subrayó que estos esfuerzos garantizan que el icónico instrumento continúe inspirando a futuras generaciones.
“Es una visión del pasado, pero también del futuro. Es esencial conservar estos instrumentos para no perder nuestro patrimonio”, afirmó.
Fuente: newsroom.churchofjesuschrist.org



