El pasado domingo 28 de septiembre, una congregación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Grand Blanc, Míchigan, vivió un momento de dolor cuando un ataque armado y un incendio sacudieron su reunión sacramental.

Entre la confusión, algunos miembros actuaron con valentía. Dos médicos de emergencias, S. Bridger Frampton y Jared Hicken, arriesgaron sus vidas para ayudar a salvar a otros, aun cuando ellos y sus familias también resultaron heridos.

Héroes en la vida diaria

John Vance, director médico de traumatología del Hospital Henry Ford Genesys, a la izquierda, quien fue llamado a trabajar el domingo 28 de septiembre de 2025 para tratar a las víctimas del tiroteo y el incendio en un centro de reuniones de los Santos de los Últimos Días en Grand Blanc, Míchigan, abraza a Celeste Shephard, a la derecha, una auxiliar de enfermería en la UCI médica, que salió de un baby shower para ir a la escena del tiroteo para ayudar a las víctimas el domingo 28 de septiembre de 2025, en una vigilia comunitaria a la luz de las velas organizada por el hospital en el municipio de Grand Blanc el martes 30 de septiembre de 2025, en solidaridad con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Créditos: Tess Crowley. Imagen: Deseret News.

Durante el ataque un par de doctores que trabajan en el hospital Genesys de Míchigan, no dudaron en actuar. su instinto fue proteger y servir, incluso en medio del peligro.

Uno de ellos es S. Bridger Frampton, quien se encontraba en la capilla con su esposa y sus cinco hijos cuando ocurrió el ataque.

Frampton, es residente de cuarto año en el hospital Henry Ford Genesys, es descrito por sus colegas como alguien que “está preparado para ayudar en cualquier momento”

Sus compañeros de turno afirman que su reacción fue natural al regresar al edificio en llamas para rescatar a parte de su familia y a otros miembros de la congregación. Una enfermera que trabaja con él comentó: 

“Si pudieras convertir a alguien en la mejor persona del mundo, sería él… Es alguien que siempre entra a ayudar, nunca se queda mirando”.

Elyse Vinson se encuentra en la línea de piquete afuera del Hospital Henry Ford Genesys en Grand Blanc Township, Michigan, el martes 30 de septiembre de 2025. Kerzka, una enfermera de urgencias, trabaja con el residente jefe de medicina de urgencias de cuarto año Jared Hicken y el residente de urgencias de cuarto año y coordinador de prácticas educativas S. Bridger Frampton, ambos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que resultaron heridos en el tiroteo e incendio del 28 de septiembre en un centro de reuniones en Grand Blanc Townshi. Créditos: Tess Crowley. Imagen: Deseret News.

Las enfermeras también recordaron las heridas sufridas por otro médico Santo de los Últimos Días, el doctor Jared Hicken, y su hija de 6 años.

Él mismo relató a colegas que, al ver bloqueada la salida principal por el fuego, ayudó a su esposa e hijos a salir por una ventana. Mientras ayudaba a un miembro más, una bala lo alcanzó en el muslo y la metralla hirió a su hija.

La valentía de estos hombres y el amor por sus familias y su fe nos recuerdan que, incluso en medio del dolor, el evangelio inspira a servir y proteger a los demás.

Recordando a quienes partieron

Thelma Armstrong (esquina superior izquierda), John Bond (esquina superior derecha),
Craig Hayden (esquina inferior izquierda, a la derecha) y Pat Howard (esquina inferior derecha, a la izquierda). Imagen: GoFundMe

Cuatro Santos fallecieron en el ataque:

  • Craig Hayden, de 78 años, padre y abuelo.
  • John Bond, de 77 años, veterano de la marina de EE. UU.
  • Thelma Armstrong, madre que asistía con su hija.
  • Pat Howard, esposo y abuelo.

Ellos dejaron un legado de fe y servicio. Hoy sus familias reciben el apoyo y las oraciones de miles de Santos en todo el mundo.

El Dr. Michael Danic, jefe de personal médico del Hospital Henry Ford Genesys (centro), escribe notas para las víctimas del tiroteo de los Santos de los Últimos Días durante una vigilia comunitaria con velas organizada por el hospital en el municipio de Grand Blanc, Míchigan, el martes 30 de septiembre de 2025, en solidaridad con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días después de un tiroteo e incendio ocurridos en un centro de reuniones de los Santos de los Últimos Días el domingo 28 de septiembre de 2025. Créditos: Tess Crowley. Imagen: Deseret News.

Además, entre las víctimas del ataque, cuatro Santos de los Últimos Días resultaron heridos de bala. Ben Phelps permanece hospitalizado, mientras que su hijo de 6 años, D’Artagnan, recibió un disparo en el brazo y ya pudo regresar a casa.

Greg Mikat fue alcanzado tres veces y continúa en recuperación en el hospital. Jeff Kubiak recibió un disparo en la pierna.

Otras personas sufrieron heridas por la metrallaTres personas más fueron afectadas por la inhalación de humo. Dos ya recibieron el alta, pero el doctor Bridger Frampton, quien volvió al edificio en llamas para rescatar a otros, sigue hospitalizado.

Primeros en responder

Duke Koelsch, en el centro, voluntario de Lutheran Church Charities, asiste a una vigilia comunitaria con velas organizada por el Hospital Henry Ford Genesys en Grand Blanc Township, Míchigan, el martes 30 de septiembre de 2025, en solidaridad con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días luego de un tiroteo e incendio en un centro de reuniones de los Santos de los Últimos Días el domingo 28 de septiembre de 2025. Créditos: Tess Crowley. Imagen: Deseret News.

Los socorristas y enfermeras también mostraron un espíritu de sacrificio. Varias de ellas dejaron el piquete de huelga en el hospital para correr a atender a las víctimas. Después, algunas incluso se dirigieron al mismo centro de estaca y a otros lugares donde los miembros daban declaraciones para brindar apoyo.

“Están pasando estas cosas demasiado seguido… Nunca pensamos que iba a llegar a nuestra propia comunidad, a nuestros amigos y vecinos”.

Mientras algunos luchan por recuperarse en hospitales, la comunidad se ha unido en vigilias, oraciones y campañas de apoyo. Compañeros de trabajo, vecinos y miembros de la Iglesia han demostrado que el amor del Salvador se refleja en pequeños actos de bondad y solidaridad.

Incluso se han abierto campañas de ayuda para las familias afectadas, recordándonos:

“*Y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo” – Mosíah 18:9.

Un llamado a la esperanza

Duaa Haggag, miembro de la comunidad de Grand Blanc, asiste a una vigilia con velas organizada por el Hospital Henry Ford Genesys en el municipio de Grand Blanc, Míchigan, el martes 30 de septiembre de 2025, en solidaridad con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tras el tiroteo e incendio en un centro de reuniones de la Iglesia el domingo 28 de septiembre de 2025. Créditos: Tess Crowley. Imagen: Deseret News

El ataque en Grand Blanc ha dejado cicatrices físicas y emocionales, pero también ha resaltado la valentía, el servicio y la fe de los Santos.

En medio del dolor, se confirma una verdad eterna: el Salvador sigue extendiendo Sus brazos para sostener a quienes sufren, y Su luz brilla aun en los momentos más oscuros.

Fuente: Deseret News 

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