Cuando fallece el presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, comienza un proceso formal de sucesión que la institución denomina “interregno apostólico”.

Durante ese periodo, el liderazgo de la Iglesia está a cargo temporalmente por el Cuórum de los Doce Apóstoles, que garantiza la continuidad de las decisiones administrativas y espirituales hasta que se reorganiza la Primera Presidencia.

La elección del nuevo presidente no es pública ni mediática. Se lleva a cabo en una reunión privada del Cuórum de los Doce Apóstoles, convocada por el apóstol de mayor antigüedad, ejerce como presidente del grupo durante el interregno.

El presidente Dallin H. Oaks, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, asiste a la sesión dominical por la tarde de la conferencia general en el Centro de Conferencias de Salt Lake City, Utah, el 5 de octubre de 2025. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Esa sesión se realiza tradicionalmente en el Templo de Salt Lake City, Utah, aunque en la actualidad, debido a su renovación, los líderes deben reunirse en otro edificio de la Iglesia.

El encuentro tiene dos propósitos principales: decidir si debe reorganizarse la Primera Presidencia y determinar quién será su nuevo presidente.

Aunque en la práctica la antigüedad dentro del Cuórum ha marcado la pauta de sucesión, el apóstol que ha servido más tiempo es quien asume la presidencia, el proceso no se considera automático. Los miembros del Cuórum deliberan, comparten impresiones y confirman su decisión mediante unanimidad.

Un procedimiento institucional

El presidente Dallin H. Oaks, presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, toma su lugar en el estrado para la 195.ª Conferencia General Semestral de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el Centro de Conferencias de Salt Lake City el domingo 5 de octubre de 2025. Créditos: Scott G. Winterton, Deseret News

En esta reunión, los apóstoles se sientan en círculo y cada uno expresa su opinión. El protocolo establece que cualquier apóstol puede sugerir la reorganización inmediata de la Primera Presidencia. Si existe consenso, se procede a una votación formal.

Cuando el Cuórum aprueba la moción, el apóstol con más años de servicio es presentado como el nuevo presidente de la Iglesia.

Sus compañeros colocan las manos sobre su cabeza y lo ordenan como “profeta, vidente y revelador”. Este acto de imposición de manos constituye el momento central de la transición y marca el fin del interregno.

Posteriormente, el nuevo presidente selecciona a dos consejeros para conformar la Primera Presidencia. Su elección también requiere la aprobación del Cuórum.

En caso de que uno de los consejeros sea tomado de entre los Doce, se designa a otro apóstol para ocupar la presidencia del Cuórum. Así, la estructura jerárquica vuelve a quedar completa: una Primera Presidencia integrada por tres líderes y el Cuórum de los Doce que actúa bajo su dirección.

El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, se dirige a los miembros de Brisbane, Australia en una conferencia de estaca el domingo 16 de marzo de 2025. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En los primeros años de la Iglesia, el tiempo entre el fallecimiento de un presidente y la reorganización de la Primera Presidencia solía prolongarse por meses o incluso años.

Con el paso del tiempo, y a medida que la institución creció en tamaño y alcance global, el proceso se volvió más ágil. Hoy, el periodo de transición suele durar solo algunos días.

Esa evolución refleja un interés institucional por mantener la estabilidad y la continuidad de liderazgo. La Iglesia opera en más de 180 países y cuenta con millones de miembros, por lo que un vacío prolongado de autoridad podría afectar decisiones administrativas, misiones y programas humanitarios.

El modelo actual garantiza que la sucesión se produzca sin interrupciones visibles. La labor cotidiana de la Iglesia continúa y sus líderes locales mantienen la dirección de las congregaciones hasta que la reorganización se anuncia oficialmente a los miembros.

Tradición y estabilidad

holland y Cook
El élder Jeffrey R. Holland, a la izquierda, y el élder Quentin L. Cook, ex compañeros de misión, en el Edificio de Administración de la Iglesia en Salt Lake City el 23 de junio de 2017. Ahora ambos son miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles. Créditos: Jeffrey D. Allred, Deseret News

El sistema de sucesión no depende de elecciones democráticas ni de postulaciones internas. Se basa en la antigüedad dentro del Cuórum de los Doce, lo que proporciona previsibilidad y continuidad.

La experiencia acumulada por cada apóstol, que ha servido durante décadas en diferentes responsabilidades, constituye la preparación natural para asumir la presidencia.

Desde hace más de un siglo, este procedimiento se ha mantenido constante, con una característica invariable: las decisiones se toman por unanimidad. Ningún cambio de liderazgo ha ocurrido por votación dividida o por conflicto interno.

El énfasis en el consenso refleja la naturaleza colegiada del gobierno de la Iglesia. Cada transición se realiza en un entorno privado y reverente, sin la presencia de medios ni de público. El anuncio oficial del nuevo presidente se realiza después, a través de los canales institucionales.

El élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, saludando a los Santos de los Últimos Días reunidos para la dedicación del Templo de Puebla, México, el domingo 19 de mayo de 2024. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Con el fallecimiento del presidente Russell M. Nelson el 27 de septiembre de 2025, se inició el actual interregno apostólico.

Durante este periodo, el Cuórum de los Doce continúa dirigiendo las operaciones eclesiásticas hasta que se realice la reunión formal de reorganización.

Según la práctica establecida, el presidente Dallin H. Oaks, como apóstol de mayor antigüedad, será sostenido como el nuevo profeta y presidente de la Iglesia. Luego elegirá a sus consejeros y se anunciará públicamente la composición de la nueva Primera Presidencia.

Un modelo que evita la incertidumbre

elder uchtdorf junto a su esposa
Élder Dieter F. Uchtdorf junto a su esposa, la hermana Harriet. Imagen: Facebook del élder Uchtdorf

El método de sucesión en la Iglesia de Jesucristo ha demostrado ser uno de los más predecibles entre las organizaciones religiosas contemporáneas.

Su carácter institucional, el énfasis en la unanimidad y la ausencia de campañas o procesos electorales garantizan transiciones ordenadas y sin disputas.

Más que un cambio abrupto, la designación de un nuevo profeta representa la continuación de una estructura que ha mantenido su forma por más de un siglo.

En ese sentido, la reunión en la que se elige al nuevo presidente no es un acto simbólico, sino una manifestación del principio de continuidad sobre el que se sustenta toda la administración de la Iglesia.

Fuente: Deseret News

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@masfe.org Así fue como despedimos a los tres últimos presidentes de la Iglesia. Cada uno nos dejó enseñanzas y ejemplos que atesoraremos por siempre. ¿Cuál de sus funerales recuerdas más? #masfe #russellmnelson ♬ sonido original – Masfe.org

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