El día de ayer se presentó oficialmente al presidente Dallin H. Oaks como el nuevo líder mundial de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el décimo octavo profeta de la Iglesia.

Su nombramiento marca el inicio de una nueva etapa para una comunidad de más de 17 millones de miembros alrededor del mundo. 

Como recordatorio de su legado espiritual, volvemos a su primer discurso en la Conferencia General, hace varias décadas, cuando fue sostenido como apóstol.

Aquel mensaje fue una de sus primeras enseñanzas sobre lo que más lo ha caracterizado: la fe, la obediencia y el servicio desinteresado.

“Acepto este llamado con humildad”

El presidente Oaks explicó que no había podido hablar en la conferencia anterior que fue sostenido, pues debía concluir sus responsabilidades judiciales antes de iniciar su servicio en la Iglesia.  Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En esa ocasión, el entonces élder Oaks explicó que no había podido hablar en la conferencia anterior, pues debía concluir sus responsabilidades judiciales antes de iniciar su servicio en la Iglesia. Por eso, cuando finalmente tomó la palabra, expresó:

“Estoy emocionado con este llamamiento, habiendo sido llamado por Dios mediante profecía y la imposición de manos. He dejado con gozo mis actividades profesionales para dedicar el resto de mis días al servicio del Señor.”

Con esa declaración, dio testimonio del sacrificio que implica servir en el Reino de Dios, y dejó claro que su vida estaría completamente dedicada a Jesucristo.

Sus palabras nos recuerdan que el verdadero discipulado exige poner al Señor en primer lugar, incluso cuando eso significa dejar atrás proyectos personales o metas terrenales. Cuando servimos con esa disposición, nuestra vida se convierte en una ofrenda sincera ante Dios, y cada acción, por pequeña que sea, refleja nuestro amor por Él y por Su obra.

¿Por qué servimos?

En su discurso, el presidente Oaks invitó a reflexionar sobre una pregunta muy simple pero profunda: “¿Por qué servimos?”

Explicó que en la Iglesia y en la vida, las personas sirven por distintas razones. Algunas buscan reconocimiento o beneficios personales, otras actúan por deber o por costumbre. Pero el Señor espera más.

“El servicio es un deber sagrado para quienes adoran a Jesucristo. Él enseñó: ‘El que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor.’”

El entonces apóstol habló sobre los distintos motivos que pueden inspirar nuestro servicio, desde los más humanos hasta los más elevados. Dijo que hay quienes sirven por obligación o por temor al castigo, y otros que lo hacen por amor, gratitud y fe en las promesas eternas.

Servir con el corazón correcto

presidente oaks
El presidente Oaks nos recordó que servir no es solo hacer cosas buenas, sino hacerlo con un espíritu limpio. Imagen: Imagen: La Iglesia De Jesucristo De Los Santos De Los Últimos Días

A lo largo de su mensaje, el presidente Oaks enseñó que el Señor mira más allá de nuestras acciones; Él ve la intención del corazón.

“El Señor no mira la apariencia, sino el corazón”, recordó, citando el ejemplo del profeta Samuel cuando fue enviado a ungir a David.”

Y añadió:

“El Señor requiere el corazón y una mente dispuesta.”

Con esto, nos recordó que servir no es solo hacer cosas buenas, sino hacerlo con un espíritu limpio, sin orgullo, buscando el bien de los demás.

El amor puro de Cristo, la razón más alta para servir

libertad religiosa
Servir por amor a Dios y al prójimo es la forma más pura de adoración. Créditos: Jeffrey D. Allred. Imagen: Deseret News

En la parte final de su discurso, el presidente Oaks enseñó que la motivación más elevada para servir es el amor puro de Cristo, conocido en las Escrituras como caridad.

“Aunque reparta todos mis bienes para alimentar a los pobres, si no tengo caridad, de nada me sirve.”

Servir por amor a Dios y al prójimo es la forma más pura de adoración. Es un servicio sin interés personal, sin búsqueda de reconocimiento, que refleja el corazón del Evangelio.

El presidente concluyó con una invitación que sigue siendo vigente:

“Oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, servidle con todo vuestro corazón, poder, mente y fuerza, para que seáis irreprensibles ante Él en el último día.”

Un mensaje que sigue siendo actual

El presidente Dallin H. Oaks, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Han pasado muchos años desde aquel primer discurso, pero sus palabras resuenan hoy más que nunca. En un mundo lleno de distracciones y opiniones divididas, su enseñanza sobre el servicio desinteresado y el amor verdadero sigue siendo un faro espiritual.

El presidente Oaks, ahora como profeta, continúa testificando con firmeza que el amor a Cristo y al prójimo es la esencia de nuestro discipulado.

Que podamos recordar su invitación y seguir el ejemplo de servir con un corazón sincero, mirar hacia Cristo en todo pensamiento y fortalecer a los que nos rodean.

“Si amamos al Señor, sigamos sus mandamientos y apacentemos Sus ovejas.” – Dallin H.Oaks

Fuente: Más Fe 

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